Os dejo este artículo publicado ayer miércoles en la Nueva Crónica. Que lo disfrutéis.
Como
si de un buen sueño se tratara -a veces los sueños, también los hermosos, se
cumplen-, el parque eólico previsto, desde hace años, para la Sierra de
Gistredo, conocido como el parque Quintana, que incluía los municipios de
Igüeña, Noceda del Bierzo y Toreno, en el Bierzo Alto, quedará fuera de onda,
ahora que la justicia así lo ha decidido. Y uno se siente feliz porque, después
de tanto tiempo en la pelea, con sangre y sudor, al final se ha llegado (mejor
dicho hemos llegado) a un “happy end” como a veces ocurre en las novelas rosa o
en los telefilmes americanos. Qué cosas. Gracias a la SEO/BirdLife y a la Plataforma por la Reserva de
Gistredo, constituida por honorables personas y grandes impulsores como los
hermanos Vega, Antonio y Javi, además de Raquel Marqués, entre otros, hemos
conseguido la paralización de la “ferralla” en medio de un espacio que, cuando
menos, debería estar protegido, y que, llegado el caso –pues se trata de un ecosistema
parecido a la Reserva de la Biosfera de Laciana y Los Ancares–, debería ser declarado
parque natural. Hace tiempo que uno se temía lo peor, habida cuenta de los tejemanejes
que se conchaban entre ayuntamientos, juntas vecinales, empresas “atropadoras”
(por decirlo con suavidad) y hasta la sacrosanta Junta de Castilla y León. Ya
sabemos, en verdad, cómo se las gastan los poderes, pero por fortuna la crisis,
vaya crisis, también nos ha favorecido de modo definitivo, ya que en época de
vacas flacas no resultan rentables los eólicos en Gistredo.
El dinero, genuino significante-mierda que pudre cualquier
significado, todo lo manda y todo lo puede en este país, y aun en todo el mundo.
Sin embargo, en este caso, sólo el tesón y el buen hacer de una panda de
chalados (dicho con todo el cariño, pues uno también está en el ajo) lograron
lo imposible, casi.
A estas alturas, algunos y algunas se estarán reconcomiendo el alma
(de la que carecen, dicho sea de paso y a la buena fe) porque daban por hecho
que se acabaría plantando el parque eólico en esta bella y valiosa sierra de
Gistredo, área de gran importancia ornitológica, donde habita asimismo desde la
perdiz pardilla hasta el aguilucho cenizo, incluso el urogallo común. Y de vez
en cuando también se avistan osos, que bajan hambrientos en busca de colmenas
de algún paisano en Noceda del Bierzo.
Gistredo es, por lo demás, un enclave perfecto para quienes
practican el parapente. Por tanto, el siguiente paso será, además de incluirlo
en la Red Natura 2000, convertirlo en parque natural.
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