Volveré a México habiendo leído la obra completa de
Rulfo, Octavio Paz, Carlos Fuentes y Mariano Azuela.
Pedro Páramo es una
delicia literaria, un chile chipotle regenerador. El laberinto de la Soledad es
un hachazo magnífico a la Chingada. Cambio de Piel, La región más transparente y La Muerte de Artemio Cruz
son algunas de las grandes obras de Fuentes.
Volveré a México y me convertiré
en una calavera de descojone y colegueo, adentrándome en el barrio de la Merced,
que huele a papaya fresca y nutritiva...
México lindo, qué jodido sería estar
inválido, mutilado, ciego, como lo fuera Borges en sus últimos años.
Borges en El
Inmortal se muestra fantasioso, como flotando en el país de los trogloditas,
que devoran serpientes, y luego se
arrastran por el Túnel de Sábato.
Pobre César Vallejo, debe estar aterido en
la tumba en Montparnasse. Yo también nací un día que Dios estuvo enfermo,
grave.
Nietzsche le metió una puñalada (a diosito) en el corazón, y éste se transformó en un vampiro con apariencia de Conde Drácula.
Huxley y la mescalina me sonríen
desde el Colorado. Jim Morrison no quiso aceptar la fama y se suicidó en París.
Père-Lachaise sigue siendo la casa de los muertos gloriosos. Montparnasse es el
cementerio de mis padres literarios.
Me gustaría ser un dandy como Oscar Wilde
y Baudelaire. Me gustaría ser un rentista para poder recorrer el mundo. Me
apasiona el fantasma de Wilde y su Crítico Artista.
Me gustaría viajar como Simone de Beauvoir y
el propio Sartre: hoy desayuno en París y almuerzo en Venecia. Mañana ceno en Roma
y al día siguiente desayuno en Londres.
Umbral es el Miller español. Quizá haya muchos
que no estén de acuerdo conmigo. Henry Miller ha influido decisivamente en Umbral y
eso se nota en sus Ninfas, en sus memorias prematuras, en sus memorias
eróticas, en su obra en general, lo cual es muy saludable.
Umbral sabe
apropiarse de lo potente y nos lo muestra con decisión y entrega. Por su parte, Manuel Vicent es muy viajado. Se ve que
conoce el Barrio Rojo de Ámsterdam, y que se ha movido por sus garitos nocturnos. En la
literatura de Vicent se nota ese saber
meterse en el fondo de las cosas.
La balada de Caín es un divertido viaje a
través del paraíso terrestre. Caín es un músico de jazz en un antro de Nueva
York. Un libro éste que me recuerda la mejor literatura picaresca de Quevedo,
pasando por Mateo Alemán, Vélez de Guevara y López de Úbeda, sin olvidar La vida y hechos de Estebanillo
González.
Hay que recorrer las calles,
los bares, los antros... para sentir el mundo y las palabras escritas, es necesario
acostarse con las palabras y seguir conservando una temperatura onírica, la
temperatura adecuada para poder decir
algo interesante.
Juan Manuel de Prada es un joven escritor (lo era) que dice escribir
bajo temperatura onírica. Me levanto aún con legañas en los ojos, enfundado en
pijama, y comienzo a escribir en hojas usadas por una cara. Esto es más o menos
lo que dice/decía el tal de Prada.
A Juan Manuel de Prada no lo conozco lo suficiente para valorarlo. Me gustaron algunas páginas que leyera de su libro Coños, donde cita a Miller.
Henry Miller, por su lado, escribía en estado de trance y sueño, alucinando
maravillas y atrocidades conmovedoras.
Esta obra, Coños, toma su inspiración de Senos, del gran Ramón Gómez de la Serna.
A decir verdad, Automoribundia, las memorias de Gómez de la "Sorna", es una gran
obra de arte.
Sánchez Ferlosio, Ramón Irigoyen, José Luis
Moreno-Ruiz (no confundir con el capullo de los muñecos) son algunos de
los escritores a los que aún les queda bilis en la pluma y sexo en el sistema
límbico.
Industrias y andanzas de Alfanhui es un hermoso y pícaro cuento.
El
Humor de los Amores es un interesante y humorístico conjunto de relatos.
Ángeles en mis cojones es una frase que José Luis Moreno-Ruiz tomaría prestada de
Francesc Pujols para el título de su librito. “Los ángeles son una cosa de la que nosotros, los hombres, tenemos los cojones llenos”, escribía Pujols.
José Luis Moreno-Ruiz presentaba, en los ochenta del pasado siglo, un excitante
programa en Radio 3: Rosa de sanatorio, así se llamaba el
programa.
Luego Moreno-Ruiz trabajaría como
redactor en la revista Interviú.
El Cela de Cristo
versus Arizona y el Manhattan Transfer de Dos Passos son auténticas inyecciones
de adrenalina y buen hacer literario.
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