He descorchado el año viajando por Los (Las) Arribes del Duero, tanto en su parte zamorana (Fermoselle) y salmantina (Aldeadábila de la Ribera, Saucelle, entre otros), como del otro lado de la raya (Miranda do Douro/Aldeia Nova, Freixo de Espada à Cinta, Barco d'Alva, etc), que se me antoja bello y amoroso. Del lado de allá. Algo de lo que daré cuenta en una próxima entrada. Ahora necesito reposar el viaje.
Me encanta, por lo demás, que Lentxu, la hija de Ramón Rubial, me haya contestado con amabilidad proverbial, aclarándome algunas cosas a propósito de mi texto sobre su padre. Me permito la licencia, con permiso de Lentxu, de darle luz a esos matices. Vayan aquí:
La Fundación Españoles en el Mundo, que creó Ramón Rubial junto a Carmen García Bloise, es para ayudar a los exiliados españoles en el exterior. Cuando fallece Rubial, se le añade su nombre y en la actualidad es conocido como el Instituto Ramón Rubial, insertado en la Fundación Ideas.
Lentxu preside ahora la Fundación Ramón Rubial, creada hace diez años para difundir los valores que presidieron la vida de su padre, y en ese sentido, cuenta con premios anuales a una serie de valores, concurso de cuentos, entre otros. Un lujo.
Por fortuna, Ramón Rubial no estuvo condenado a muerte, aunque sí pasó más de 20 años en las cárceles franquistas, además de sufrir un destierro y tres detenciones posteriores. Por su parte, la hija de Lentxu, y nieta de Ramón, ha ejercido como concejala de Bilbao y ahora es parlamentaria en Europa. Una maravilla. En cuanto a Lentxu, fue senadora durante dos legislaturas, y es una fiel devota del socialismo.
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