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domingo, 8 de junio de 2025

Senda novelada en Santa Marina de Torre


Santa Marina de Torre se ha convertido en un mapa de los afectos gracias a la senda novelada que tuve a bien hacer ayer mismo invitado por sus organizadores, a saber, Melchor Moreno (que también ha presentado alguno de mis libros en ocasiones anteriores) y Santiago Asenjo (quien fuera director de la Biblioteca de la Universidad de León y ahora responsable de la Asociación A Plena Cultura), que está potenciando mucho y bien la cultura leonesa. Así que mi gratitud a vosotros, queridos amigos Melchor y Santiago. 

Un auténtico placer estar en esta senda novelada de Santa Marina de Torre con otros grandes autores como el entrañable Antonio Pereira (al que sigo recordando con cariño), Julio Llamazares (al que agradezco, por ejemplo, que me dedicara unas palabras maravillosas en la contraportada de mi libro Mapas afectivos, y estuviera en mi pueblo hace un tiempo), Carlos Fidalgo (con quien llegué a compartir espacio en Diario de León, y al que sigo leyendo encantado, Carlos también estuvo en el Encuentro literario que organizo en Noceda y ha colaborado con la revista La Curuja), Merino (con quien llegué a compartir cena en una ocasión, y al que recuerdo siempre por su relato El desertor, que aparece en El filandón de Chema Sarmiento), Aparicio (con quien también llegué a compartir cena invitado por la profesora de la ULE y crítica literaria, Natalia Álvarez), Garrido (a quien pude escuchar y saludar ayer mismo) o Sabugal (que también estuvo en el Encuentro literario de mi pueblo, a la que que podido entrevistar tanto para Diario de León como en ileon, y que ha llegado a colaborar con la revista La Curuja).
Enhorabuena a los impulsores, Santiago y Melchor, además de la Asociación de Pensionistas y Jubilados de Santa Marina de Torre, en colaboración con la asociación A Plena Cultura, con el apoyo de la Junta Vecinal de Santa Marina, el Ayuntamiento de Torre del Bierzo, la Universidad de Valladolid, la Fundación Antonio Pereira, la UNED, el Instituto de Estudios Bercianos y la Red Internacional de Universidades Lectoras.
Con Santiago Asenjo

Me encantó participar en la tarde ayer en la senda novelada de Santa Marina de Torre, bajo un delicioso clima primaveral, con el sabor de las cerezas primerizas en la boca. Para hacer boca, nomás. Y luego de finalizar la senda con empanada y dulces caseros de la tierra. Un lujo. Si es que en el Bierzo todo lo maridamos (¿se dice así?) con la gastronomía.
Mis felicitaciones a los organizadores, como ya adelanté, que han realizado un trabajo extraordinario para poner en marcha esta bonita iniciativa que fusiona la natura con la cultura. A los autores. Y también al amigo Gabriel Folgado, alcalde de Torre, quien fuera alumno de la Escuela de cine de Ponferrada, y ahora docente en el programa interuniversitario de la Experiencia, también en la sede del campus de Ponferrada (ULE).
Con Melchor Moreno

He tenido la ocasión de visitar esta tierra hermana en diversas ocasiones, precisamente para escuchar al escritor y también amigo Julio Llamazares, presentar algún libro mío, o escuchar al genial Pedro Trapiello y a Chema Sarmiento (el director de la legendaria película El filandón, a quien antes mencionaba, y al que hace tiempo no veo, aunque llegué a visitarlo incluso en París en mi etapa como cofundador de la referida Escuela de cine de Ponferrada), pero esta ha sido en verdad especial. O así lo he sentido.
Desde este espléndido mirador al mundo (a los Ancares, a la montaña sagrada de Gistredo...), que es Santa Marina de Torre, en el Bierzo Alto, he podido acariciar el cielo (como a veces lo hago con los cielos estrellados del útero de Gistredo, o lo he sentido en el Sáhara). Asimismo, he podido tocar los cielos de la minería, porque nuestro ADN está tatuado con el carbón, con la antracita impregnada de sangre, esa con la que a uno le gusta escribir sus historias.


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