Vistas de página en total

martes, 3 de agosto de 2021

Primavera extremeña en Sabero

Primavera extremeña, primavera mortal y hermosa, primavera llena de luces y de animales en libertad, pese a la gran tragedia que se cernía sobre el planeta...  

Sin pretenderlo, al cabo de muchos años, había vuelto a vivir un tiempo perdido, el tiempo de la infancia, ese que nunca pasa en nuestra memoria porque se convierte en oro como la primavera extremeña al llegar el mes de junio y con él el verano y el calor.

(Llamazares, Primavera extremeña)


León, "la vieja ciudad gótica, varada como un barco entre dos ríos", como mapa donde uno tiene sus afectos  y punto de partida hacia la ribera del Curueño, el río del olvido del que nos hablara el escritor Julio Llamazares, que en esta ocasión acaba de presentar su Primavera extremeña en el museo de Sabero, donde he podido estar varias veces.

El río Torío a su paso por La Candamia

Y recientemente, con este motivo, escuchar, ver y saludar a Julio, que nunca deja indiferente a su auditorio con su verbo inteligente y humorístico, con su cercanía y naturalidad, con su manera de ser y estar en el mundo. Por eso, su escritura brota de un modo natural, sencillo y a la vez profundo como un venero. 

Por cierto, Veneros es una población cercana a Sabero en la que estuviera hace años en la casa de Chema y Rosa y donde veranea el gran poeta Toño Llamas, a quien también tuve la oportunidad de saludar en Sabero a resultas de la presentación de Llamazares, que fue todo un éxito de público, incluso con las consabidas restricciones COVID. Y por supuesto un momento magnífico para el reencuentro con el escritor de Vegamián, que nos deleitó, como decía, con su forma de decir, como aquello de que un escritor es quien logra tocar la fibra de sus lectores, aunque uno no sepa de antemano a quien va a llegar el mensaje lanzado en una botella al mundo. 

Llamazares en la presentación en el museo de Sabero

Un libro, Primavera extremeña (aquí toda mi gratitud y cariño entrañable a mi compañera de viaje/vida por obsequiarme con este volumen) que su creador no tenía pensado escribir en un inicio, porque estaba con una novela, pero su primer confinamiento en un lugar perdido en mitad del monte de Extremadura, "rodeado de uno de los paisajes más fabulosos de cuantos conozco", le hizo cavilar y ponerse manos al asunto, gracias a la inspiración de las acuarelas del alemán Konrad Laudenbacher, con quien estableció una gran amistad en la sierra de los Lagares, junto a Trujillo, en tierras de Cáceres, donde se instaló Julio con su familia (en concreto en el lagar de Los Almendros), escapándose de una atmósfera de temor, densa y gris, que se palpaba en Madrid con la llegada de un enemigo invisible. 

A Konrad, que fuera restaurador de arte y conservador de la Pinacoteca de Munich, ya lo conocía Julio Llamazares a través del diarista y fiscal Avelino Fierro (eso creí escuchar/entender en la presentación), quien acompañara al autor, al igual que lo hiciera Konrad, en la mesa de presentación. 

En todo caso, Konrad y su compañera María son vecinos de Julio en Madrid, tal y como el mismo cuenta en su reciente libro. "Vecinos también nuestros en Madrid y responsables indirectos de la compra del lagar por parte de la familia de C., pues fueron los que se lo mostraron". 

Julio y Konrad

Apuntes del natural, así subtitula Julio su obra Primavera extremeña, porque considera que también él escribió acuarelas, como hiciera Konrad pintándolas, para ilustrar este libro en el que se nos pinta una primavera esplendorosa, virgiliana y bucólica, en una tierra llena de luz y colorido, con el olor a azahar, jara y hierba seca embriagándolo todo, enmarcada en el contexto de una tragedia pandémica. Una tierra que compartiera asimismo con el burro Aristóteles y el caballo Douglas, que figuran como auténticos protagonistas en el libro.  "Éramos felices y no lo sabíamos", recordaba Julio que dijera un periodista, algo que uno curiosamente también llegara a decir en algún momento de la pandemia.  

Río Curueño a su paso por Montuerto

La sencillez, la naturalidad, la percepción y la sensibilidad del escritor logra adentrarnos en esta bella primavera, que tanto me hace recordar a la primavera que uno viviera en mi pueblo de Noceda del Bierzo en aquel primer confinamiento de 2020, que parece que fuera hace ya un montón de años, como bien nos recordara el propio Julio. 

Vaya por delante mi agradecimiento tanto a Julio Llamazares como a Roberto Fernández, el director del museo de Sabero, que hicieran posible estar en esta presentación, que, como no podía ser de otro modo, me entusiasmó. Y sobre todo la velada posterior en magnífica compañía. Lástima que comenzara a refrescar, incluso a llover, y eso adelantara el fin de la velada. 

Me gustó saludar, entre otros, a la artista Cecilia Orueta (la compañera de Julio) y conocer a Nuria, profesora de Literatura del instituto de Boñar, que ideara una ruta literaria por el pantano del Porma a partir de Distintas formas de mirar el agua y Retrato de un bañista del propio Llamazares, quien me la presentara. 

https://cuenya.blogspot.com/2015/09/distintas-formas-de-mirar-el-agua.html

Curiosamente, Nuria resultó ser paisana de Toreno, qué maravilla, que sea una berciana a quien se le ocurriera esta feliz idea. De cara al otoño, si te parece, Nuria, podrías hacer de guía, ya que tú conoces de primera mano esta ruta literaria: https://xn--elecodelamontaa-crb.com/ 

https://cuenya.blogspot.com/2021/06/el-eco-de-la-montana.html

Olleros de Sabero

Sabero (en concreto Olleros de Sabero) es la tierra minera en la que Julio Llamazares viviera su infancia en blanco y negro, el blanco por la nieve y el negro por el carbón, como él mismo nos cuenta en ese otro libro conmovedor que es Escenas de cine mudo. https://cuenya.blogspot.com/2010/07/escenas-de-cine-mudo-de-llamazares.html

Algún día, algún año, en cuanto se acabe la pandemia, que esto también llegara a su fin, eso deseamos, me gustaría que visitaras, amigo Julio, el útero del Gistredo, ya que tú mismo me preguntaste si seguía con el Encuentro literario en mi pueblo. 

Invitado quedas para un próximo encuentro en Noceda del Bierzo. Mientras, seguiremos recorriendo la ribera del Curueño, la memoria del río, del que daré cuenta en la siguiente entrada de este blog. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario