Se nos ha ido el genio Morricone, que tantas
buenas bandas sonoras nos ha dejado, pero su espíritu, precisamente en forma de
música, siempre nos quedará. Siempre nos quedarán sus maravillosas bandas
sonoras.
Morricone. Wikipedia |
Siempre nos quedará su música para películas
inolvidables como Cinema paradiso, de Tornatore, que es
precisamente un homenaje al cine, al cine como magia. Por eso el arte es
tan importante, porque se queda con nosotros para que sigamos soñando. Y
emocionándonos. Para que sigamos viviendo.
El poder de la música (también de la imagen)
nos llegan por vía directa a las entrañas, calan hondo en nosotros. Y nos
procuran emociones intensas, despiertan en nosotros vivencias, sensaciones...
que nos ayudan a seguir viviendo acaso con ilusión.
¿Qué sería de nosotros sin el cine y sin la
música?
"El cine es fundamentalmente ritmo
-asegura Bergman-. A menudo siento una película, o una pieza de teatro,
musicalmente", nos cuenta el director sueco. "Cine como sueño, cine
como música", añade el autor de Fresas salvajes en
la Linterna Mágica (su fascinante libro de memorias).
Cinema Paradiso |
El cine es ritmo. Por eso Morricone, al igual
que hiciera su paisano Nino Rota, compuso extraordinarias bandas sonoras para
películas como La misión, que se ha quedado grabada en la retina de
nuestra memoria afectiva. O bien la trilogía del dólar de
Sergio Leone. Con un joven actor llamado Clint Eastwood que a la larga se
revelería como uno de los grandes directores del cine mundial, con películas
como Los puentes de Madison, Gran Torino o Million Dollar Baby (cada
vez que veo esta película se me parte el corazón).
Ayer volvíamos a ver en la tele El
bueno, el malo y el feo, perteneciente a esa trilogía del
dólar, que nos hizo engancharnos al western, en concreto el spaghetti
western, películas todas ellas rodadas en Almería, tierra en la que
tuve la ocasión de vivir durante algún tiempo. Y que he visitado en algunas
ocasiones. El Minihollywood, enclavado en el desierto de Taberna, como icono y
espacio cinematográfico.
Tabernas |
Almería es por lo demás provincia que ha
servido como plató cinematográfico para varias películas, incluso para rodar
secuencias de Indiana Jones y la última cruzada, de Spielberg. Por
tanto, Morricone, quien introdujo el silbido en sus bandas sonoras para
los western antes mencionados, bien se merece un homenaje en tierra
almeriense. Cabe recordar que quien pone el silbo a las conocidas melodías de
Morricone es/era un silbador profesional de Jaén llamado Savoy.
Salta a la vista que el tándem
Morricone-Leone salta a la vista (no olvidemos Érase una vez en América)
pero no quiero olvidarme de la banda sonora de una de mis películas preferidas,
me refiero a la monumental Novecento, de Bertolucci, quien
dijera de Morricone que compuso uno de los más bellos himnos de la historia del
cine. Una cinta, la de Bertolucci, que requeriría de otra entrada en este
blog.
La música de Morricone siempre nos
acompañará.
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