LA FRAGUA LITERARIA LEONESA
Tomás Álvarez: "La escritura es la salvación de la memoria"
Manuel Cuenya | 02/05/2018 - 12:53h.
El periodista, escritor y viajero Tomás Álvarez, autor entre otros de su reciente 'Cosas de la bucólica. Gastronomía en El Quijote', quiere publicar una novela histórica sobre la época de Fernando I. Y, asimismo, le gustaría publicar un trabajo relativo al Camino de Santiago.
Tomás Álvarez (i) y José María Merino (d) en Madrid. Foto: Marcos Fernández.
Periodista, escritor, fundador del portal Guiarte.com, viajero, profesor, dinamizador cultural, apasionado de 'El Quijote' desde niño y admirador de la poesía de Eugenio de Nora, Tomás Álvarez es un renacentista, un hombre sabio, que ve el mundo con la sensibilidad de quien lo ha recorrido y ha sabido penetrar en sus entrañas. Y aunque ahora ya está jubilado del periodismo, él sigue activo y componiendo artículos y ensayos como su reciente libro 'Cosas de la bucólica. Gastronomía en El Quijote', que, en palabras de su propio autor, el cual se siente orgullo de esta obra, "no sólo ayuda a conocer la gastronomía del Quijote (absolutamente malinterpretada por muchos de los escritores, que la ven como un simple recetario manchego), sino que es un atrio por el que acceder a la gastronomía y la sociedad hispana del siglo XVI".
El poeta, narrador y profesor de Filosofía Eloy Rubio, en una entrevista a Tomás Álvarez en 'Astorga Redacción', escribe que 'Cosas de la bucólica...' es una joyita, una pequeña obra de arte.
Un libro para comérselo, escribe la periodista de EFE Belén Molleda a propósito de este ensayo, porque la belleza será comestible o no será, como nos dijera el genio surrealista Dalí.
Un volumen que nos invita a leer o releer la gran obra cervantina, prologado por el periodista, escritor y académico Luis María Ansón, que nos habla de cultura y gastronomía; ilustrado, de un modo digamos moderno y expresivo, por el pintor leonés Sendo, cuyos cuadros le hacen recordar a Tomás Álvarez las obras de Francis Bacon. Y editado, con esmero, por Juan Manuel Martínez Valdueza, que es también escritor.
'Cosas de la bucólica. Gastronomía en El Quijote' no sólo ayuda a conocer la gastronomía del Quijote, sino que es un atrio por el que acceder a la gastronomía y la sociedad hispana del siglo XVI'
Tomás, que ha escrito mucho y bien, desde novelas y cuentos hasta libros relacionados con viajes, historia o comunicación, como por ejemplo 'Vendedores de imagen' (Editorial Paidós, 1998) –un libro que tuviera en su momento un notable impacto-, no quiere parar aún. Desea continuar explorando, divirtiéndose, tomando iniciativas en el ámbito del ensayo, de la narrativa... Tanto es así que cree que su obra es una parte mínima de la que piensa dejar, "si las Parcas me dan tiempo", señala con afán realista este creador cepedano, que siente -incluso con dolor- que es parte de este espacio, encontrando en su lugar natal (donde vive en la actualidad) "la belleza de la naturaleza, la pureza del aire, la belleza del color de la retama, la nitidez de la luz y una tranquilidad que invita a conocer, a vivir y a luchar cada día".
Cuenta que León tiene una pléyade de gentes que escriben y lo hacen bien. "Y no es casual. Nuestra gente es austera y callada (cazurra) pero también sabe relatar. El filandón es un ejemplo. Los austeros labriegos de La Cepeda, o de cualquier comarca, al terminar la jornada tenían tiempo para hablar al amor de la lumbre, pasando de unos a otros historias, romances o técnicas de trabajo... Además estamos en una sociedad igualitaria. El concejo de los pueblos era un ágora en el que no había aristocracia sino la voz de cada uno, una voz de igual valor. Lo mismo ocurría y ocurre en el filandón... y ese igualitarismo generó en nosotros valor para comunicar, para atrevernos a hablar y a escribir...".
Después de vivir durante casi toda su vida en otros lugares (véase por ejemplo en Argentina), regresó a su tierra, a León, "una tierra que está siendo maltratada por los gobernantes, una tierra que sufre y que padece un proceso de laminación de su identidad... y eso nos hace que estemos dispuestos a elevar nuestra voz y oficiar como testigos. Y esto me lleva a recordar a un poeta formidable y muy nuestro, Eugenio de Nora, que en un momento dramático hizo un libro testimonial importantísimo, 'Pueblo cautivo', en el que dice: '...Y entre tantos oficios yo soy aquel que mira, aquel de quien se pide que atestigüe y declare'", afirma el autor de 'El corazón del Camino', convencido de que uno de los motivos de la decadencia social de nuestro tiempo es la "contaminación comunicativa" exterior que hace al individuo un juguete de los sistemas de formación de la Opinión Pública.
"Este, inconscientemente, se siente obligado a emigrar, consumir... y a adoptar formas ajenas de pensamiento. De ese modo, nacemos en un lugar y el propio sistema se encarga de llevarnos a los grandes centros de consumo para sacarnos el máximo provecho como productores y consumidores... para beneficio de una oligarquía cada vez más poderosa. Ese es el grave problema de la degradación del ciudadano al simple papel de consumidor de productos e ideas... En este panorama, siempre admiré a aquellos que son consecuentes con sus gentes y con el destino de su sociedad. He tenido la suerte de conocer a personajes en los que descubrí la fidelidad a su sociedad (Ernesto Sábato fue para mí un ejemplo)", reflexiona Tomás, quien, como periodista, trabajara en diferentes medios, llegando a ser Director del Diario Mediterráneo y responsable de la dirección de Relaciones Exteriores de la Radiotelevisión Valenciana, o bien Director de EFE en Argentina, donde integrara a tres pesos pesados de las letras como Borges, Sábato y Claudio Sánchez Albornoz en el grupo de colaboradores literarios de la Agencia.
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