LA FRAGUA LITERARIA LEONESA
Luisa Picado: "La literatura me sirve para aprender, para relajarme, para vivir otras historias"
Manuel Cuenya | 23/05/2017 - 12:34h.
La narradora Luisa Picado Silva, autora de 'Camino negro', está ahora con su tercera novela, que espera publicar de cara al próximo otoño.
"...Una vez terminados los servicios religiosos se dirigió a casa donde se cambió de calzado y salió de nuevo a la calle. Dejó atrás la casa grande, el estanco, la centralita de teléfonos y la droguería de Aniceto y llegó a la carretera con paso ligero tomando dirección a Villablino. Al final del puente una vereda subía por medio de unos castaños y aunque al principio era muy empinada una vez alcanzando el camino se suavizaba bastante.
Constantemente se paraba para disfrutar del paisaje. El camino le ofrecía estampas preciosas con una gran de variedad de árboles, vaguadas llenas de robles, carballos, castaños, hayedos, abedules, alisos, serbales, acebos, retamas y brezos y algún que otro nogal..."
(Luisa Picado Silva, 'Camino negro')
Nacida en la campiña de Valencia de Alcántara, en la provincia de Cáceres, Luisa Picado Silva vivió parte de su infancia y su adolescencia en el Bierzo, en concreto en la a localidad de Matarrosa del Sil, unos años muy importantes de su vida -aclara ella-, tanto es así que en este pueblo de la cuenca minera del Sil encontró el amor, la persona con quien luego se casaría y también conoció a personas maravillosas que influyeron mucho -en su opinión-, en su crecimiento personal: su conciencia social, su inquietud por la justicias, entre otros temas.
"El Bierzo y especialmente Matarrosa han influido mucho en la persona que soy... han influido en mis escritos, por su alma minera, por su espíritu luchador, por las vivencias que experimenté durante los años que viví allí... El Bierzo es mi segunda casa... Desde Cataluña, donde vivo, lo siento con mucho amor y cariño, pero con preocupación por la situación laboral (igual que en otros muchos lugares de España). Siempre que puedo viajo a esta comarca leonesa para visitar a sus gentes, para llenarme de sus paisajes y por supuesto para comer su cecina y beber su buen vino", recuerda con cierto poso de nostalgia la autora de 'Camino negro', una historia ambientada precisamente en la matria de su infancia y adolescencia, esos periodos en los que se forja la personalidad, en los que se despiertan las curiosidades y se comienza a descubrir, en definitiva, el mundo en que vivimos.
'Camino negro' (Angels Fortune Editions, 2016), como su propio título indica, aborda el tema de la minería en la cuenca del Sil en los años sesenta, aún con el franquismo a cuestas, una época dura, no sólo para los mineros sino para la sociedad en general.
En este libro, "escrito con la conciencia de hacer un trabajo bien hecho (esa fue la intención) y con la idea de publicarlo", Luisa realizó una buena labor de documentación antes de lanzarse a redactarlo. Habló con mineros de aquella época y también de la época actual para componer, desde su propia experiencia, este homenaje al espíritu luchador de los pueblos mineros.
"Con 'Camino negro' quería dejar testimonio de una forma de luchar y de vivir, y que, con los años, no nos olvidemos de esta etapa de nuestra historia"
La minería como inspiración literaria
"Quería dejar testimonio de una forma de luchar y de vivir, y que, con los años, no nos olvidemos de esta etapa de nuestra historia", precisa Luisa, quien asegura que no se trata de una novela autobiográfica ni tampoco ficticia, porque las historias que cuenta sí ocurrieron en esta zona minera del Sil, si bien corresponden, según ella, a distintas personas y familias. "Tampoco podemos decir que sea una novela histórica, ya que no utilicé el rigor necesario, desplacé fechas y nombres por respeto a las personas aludidas", señala esta narradora, que para construir el personaje de Bárbara, aunque no sea biográfico, utilizó recuerdos propios, "para desarrollar ambientes y sueños de las chicas adolescentes en aquellos tiempos de dictadura", matiza ella. Y para perfilar el personaje de Don Luis, el párroco de Matarrosa del Sil en los años 60-70 del pasado siglo, se inspiró en Javier Rodríguez Sotuela, que en verdad fue un hombre comprometido con la lucha minera, y con los problemas sociales de la época. "Un defensor de la cultura y de los derechos de los mineros, un luchador incansable, que guardaba los libros en bolsas de plástico entre montones de carbón". Un sacerdote atípico, "el cura comunista", como lo llegaron a apodar en aquellos tiempos, por su colaboración activa con el Partido Comunista, acaso por su sensibilidad y su buen hacer como persona solidaria y comprometida con la sociedad, implicado con la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) y la JOC (Juventud Obrera Cristiana), tal como se refleja en el libro de Luisa Picado Silva. Un hombre extraordinario, un cantautor y dibujante con gran sensibilidad, gallego de origen aunque berciano de corazón y alma, al que tuve la ocasión de conocer hace un par de años en un encuentro literario en la localidad gallega de Quiroga. Y qué curioso que Sotuela llegara a bautizar al famoso humorista y monologuista Leo Harlem, cuya familia es originaria de Matarrosa del Sil.
(Puedes seguir leyendo esta fragua en ileon.com)
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