Tú sí eres grande,
Miriam Alonso, y una buena narradora y
entrevistadora berciano-valenciana (o valenciano-berciana).
Agradezco mucho tu entrevista. Me hace
muy feliz.
Me gustó mucho entrevistarte para la Fragua
literaria
leonesa.
entrevistadora berciano-valenciana (o valenciano-berciana).
ENTREVISTA A MANUEL CUENYA
Extraordinario obsequio de Lorenzo Gorostiaga
(aquí podéis leer toda la entrevista)
M.: He encontrado muchas referencias y enlace a tu trabajo por internet,
aún así, si te parece, coméntanos un poco por encima quién eres y a qué te
dedicas.
Nací (o me nacieron) en el útero de Gistredo, Noceda del Bierzo, donde
las ninfas se arrullan en las aguas de esta bella población situada en el Bierzo
Alto (provincia de León).
Podría decir que soy un forjador de palabras, un herrero o ferrón, viajero
en busca de emociones, nómada tras esencias. Me dedico en cuerpo y alma
a la escritura y a la enseñanza. En la actualidad, después de una intensa etapa
como profesor y coordinador en la ex-Escuela de Cine del Campus de
Ponferrada (Universidad de León), imparto clases de Artes Escénicas y
Escritura creativa. Y colaboro con diversos
medios de comunicación, entre otros, La Nueva Crónica y el periódico digital
ileon.com, donde tengo una sección, La fragua literaria leonesa, dedicada a
autores y autoras de la provincia leonesa. He escrito algunos libros como
Viajes sin mapa, Trasmundo, Vocabulario de Noceda del Bierzo, Guía de
Bembibre, El Bierzo y su gastronomía o La fragua de Furil. Figuro en una
Antología de Relatos Originales y soy coautor de Las edades del Bierzo.
Asimismo, edito, a través del Colectivo Cultural La Iguiada,
una revista cultural, La Curuja: http://nocedadelbierzo.com/la-curuja/ y
tengo un blog: http://cuenya.blogspot.com.es/ (Bierzo, aldea universal), que
siempre procuro mantener actualizado.
M.: Escribes columnas pero no siguiendo el estilo periodístico clásico ni plano,
tus artículos son casi relatos.
Escribo columnas semanalmente y desde hace ya muchos años. Comencé como
columnista en Diario de León, llegando a hacer dos columnas semanales, y
desde hace algo más de un año soy colaborador de La Nueva Crónica, un
jovencísimo y dinámico periódico en el que me siento muy a gusto. ¿Te parece
que mis artículos son casi relatos? Qué bueno, me encanta que me lo digas
porque me gusta mucho el género de los relatos y los cuentos (inolvidables
el genio Pereira o el gran Rulfo, entre otros), incluso de los microrrelatos
(ahí está el maestro Tito Monterroso o mi amigo berciano, Fermín López
Costero). Uno mismo ha escrito algunos relatos y/o cuentos. Trasmundo es un
libro de relatos, ambientados casi todos en el Bierzo y reeditado por
ebooksbierzo. Como curiosidad, debo decir que imparto cursos de composición
de relatos tanto en la Universidad de León como en el Centro de Artes
Escénicas de Ponferrada.
M.: La fragua de Furil reúne columnas varias publicadas en el Diario de León,
pero ¿qué hay de Viajes sin mapas y tus otras obras?
La fragua de Furil, como bien dices, es un libro de artículos con el que
me siento muy satisfecho, que fueron publicados en el Diario de León. Tuve la
ocasión de presentar La fragua, además de en Ponferrada, León, Madrid,
Bilbao o Coruña, en el Instituto Cervantes de Marrakech, ciudad por la
que siento devoción. Aprovecho para mandarle un saludo a su antiguo director
Vicente Luis Mora, que por cierto es escritor. De La fragua de Furil me gustaría
destacar el prólogo que me dedica el colega argentino-berciano Eduardo
Keudell: “…en persona, o en texto, Manuel Cuenya tiene esos aires de acá y
de allá, como de todos los caminos de horizontes fugitivos que Atahualpa
Yupanqui poetizó tan bien. Uno se alegra de que se reúnan sus textos en
un volumen, porque es como llamar al viajero a un poco de reposo para que
nos cuente de los valles, las montañas, los mares y desiertos, de los hombres y
mujeres que habitan esos mundos con la secreta esperanza de amar”.
Viajes sin mapa es un libro de viajes, como su título indica, que relata una
serie de viajes por diferentes lugares del mundo, que los lectores y lectoras
actuales reconocen y en los que se reconocen, porque los destinos no son
especialmente rebuscados: Marruecos, El Cairo, Roma, Lisboa, París, la
Europa del Este, Buenos Aires o La Habana, entre otros. Una visión,
espero, personal y particularizada de estos espacios, algunos de los cuales
le son familiares al autor por haber viajado en varias ocasiones a los mismos,
incluso por haber vivido en ciudades como París.
Trasmundo es -según el escritor y periodista Valentín Carrera- Noceda, laderas
de Gistredo y Catoute, Bierzo Alto, en estado puro. “Delicioso el monólogo
interior de Chano Cabarcós, Duende leonés, y trágico el final presentido e
inevitable de Gertrudis Fabero. Cáustico y divertido, Manuel Cuenya muestra
poca compasión por sus personajes: no los salva, allá cuentas, amigos, es
vuestra vida, condenados a limpiar las bacinillas de Rosaura y Veremundo.
Demoledora la vida de Gurrispín en el colegio de Vega de Espinareda,
Entre ánimas en pena, entre sotanosaurios de aliento fétido y pedagogía
podrida, un guión para Almodóvar. ‘La vida no es cuento, aunque lo parezca’”.
M.: Hay escritores como Salgari o Julio Verne que, sin viajar prácticamente,
escribieron las grandes novelas de viajes. Me llama la atención que buena
parte de tu obra, a pesar de haber visto tanto mundo, siga centrándose en lo
propio, lo cercano, ¿qué opinas?
En primer lugar, me entusiasman Salgari y Verne, a quienes leí bien pequeño
en aquellas ‘Joyas literarias’, que tanta influencia ejercieran en mí. Los
viajes y la literatura de viajes son mis pasiones. Me encanta viajar, a ser
posible ligero de equipaje, mochila al hombro, y me entusiasma la llamada
literatura de viajes y aun el periodismo de viajes. Por cierto, acabo de terminar
un estudio introductorio dedicado a los ‘Diarios de viaje’ por Europa, una
obra desconocida de Gil y Carrasco, el escritor romántico de Villafranca del
Bierzo. Esta obra se reeditará, en el 2015, con motivo del bicentenario de
su muerte. Y formará parte del gran proyecto conocido como
la Biblioteca Gil y Carrasco: http://www.bibliotecagilycarrasco.com/ que,
gracias al escritor-viajero Valentín Carrera, está ya en marcha.
Viajar siempre resulta estimulante e instructivo, y ayuda a dejar de
mirarnos el ombligo y a quitarnos la caspa. Incluso nos enseña a situar
los países en el mapa, y las ciudades en el lugar exacto. Si bien, reconozco que
ha habido grandes escritores de viajes sin moverse prácticamente de su
asiento, me encanta viajar desde que tengo uso de razón.
A este respecto, te dejo este enlace:
http://cuenya.blogspot.com.es/2009/11/literatura-de-viajes-tardes-de-autor-en.html
En España contamos con estupendos escritores viajeros como Julio Llamazares,
Ramón Carnicer, Juan Goytisolo o el Nobel Cela.
En cuanto a que buena parte de mi obra se centra en lo propio, lo cercano,
me parece que tienes razón porque uno escribe sobre lo que conoce o cree
conocer. Y la tierra, lo familiar, es algo que brota de un modo natural.
No obstante, me gusta conocer otros mundos, otras culturas, acaso para
confrontarme con la realidad más inmediata, el entorno más próximo y,
por supuesto, para darme cuenta, una vez más, que nada de lo humano
nos es ajeno. Y que un arriero maragato, pongamos por caso, tiene su
equivalente u homólogo en un gaucho argentino o un nómada del Sáhara.
A fin de cuentas, “lo universal es lo local sin paredes”, como nos dijera
Miguel Torga, otro grande de las letras.
M.: La cantera leonesa es extensa, pero también destaca la berciana.
La cantera literaria leonesa (incluida la berciana) es extensa, fecunda,
verdaderamente interesante. No en vano, vengo realizando, desde hace
años (en un inicio en Diario de León y en la actualidad en ileon.com) una
sección de reportajes-entrevistas, La fragua literaria leonesa, dedicada a
çautores y autoras de la provincia de León. Y puedo asegurarte que hay
una buena nómina, además de los consabidos y consagrados escritores
leoneses como los académicos Mateo Díez y Merino, o bien Juan Pedro
Aparicio, Julio Llamazares, Andrés Trapiello, Antonio Pereira, Juan
Carlos Mestre, entre otros.
Hay una nueva generación de narradores y poetas con un excelente futuro,
tanto en el Bierzo como en el resto de la provincia de León. Si comenzara
a dar nombres ahora, me temo que se convertiría en una lista cuasi
interminable. En tu tierra valenciana viven al menos dos buenos poetas y
narradores originarios del Bierzo, Pilar Blanco y César Gavela.
M.: ¿Qué crees que ayudan más al escritor actual si pretende vender su obra,
las redes sociales o el boca a boca?
Todo ayuda, siempre que se tengan muchos y buenos contactos. Pero
salta a la vista, es innegable que las redes sociales, como el Facebook o el
Twitter, contribuyen a dar a conocer a los autores y autoras como
nunca antes se vio. Y son herramientas extraordinarias tanto para publicitar
como para vender la obra.
M.: También eres docente, ¿qué enseñas?
En realidad, soy docente desde que era casi un jovencito porque comencé
a impartir clases a niños y niñas, y aun adolescentes, durante los veranos,
cuando comencé a estudiar en la universidad. Y fui lector/profesor de español
en Francia durante mi etapa como Erasmus en la Universidad de Borgoña
(Dijon), donde uno de mis maestros literarios, Henry Miller, impartiera clases
de inglés, como figura en su Trópico de Cáncer. Bueno, Miller impartió clases
en el Lycée Carnot de la ciudad de la mostaza. Y uno dio clases de español
en el Lycée Les Arcades y también en Dijon Langues. A partir de estas
experiencias, decidí que la docencia era otra de mis maneras de estar en el
mundo, que no he dejado de cultivar, aunque a decir verdad prefiero
aprender que enseñar, o aprender enseñando. También he enseñado en México
y en España. Estuve durante casi una década como profesor en la ex Escuela
de Cine de Ponferrada (una aventura que daría para una novela gorda,
perdón gruesa) y ahora imparto clases en la Universidad de la Experiencia
(Universidad de León), entre otras de teatro (materia práctica), con la
consiguiente escritura y representación de una obra de teatro todos los cursos.
Me apetece mencionar que en el 2010 nos seleccionaron para participar
en el Primer Certamen Nacional de Teatro para Mayores convocado por
la Universidad de Alicante, y allá que nos fuimos. Con notable éxito. Todo
hay que decirlo.
Aparte del teatro, también imparto y he impartido otras materias como
Medios de comunicación, Artes Escénicas (materia teórica), cultura
Iberoamericana… además de talleres de escritura creativa, tanto para
mayores como para jóvenes.
M.: Tengo una teoría sobre los bloggers y la muerte del periodismo.
Dicen que ahora el oficio está en desuso, que las mismas redes
sociales son las redacciones del futuro donde los rumores corren
como pólvora y llegan a cada rincón del planeta sin necesidad de
editores, ¿es el periodismo un oficio cuya cuenta atrás está en marcha?
El periodismo como tal nunca morirá mientras el poder
(El Gran Hermano-Telepantalla) vigile y controle a las masas.
Y el periodismo también está bajo control. Para qué vamos a
engañarnos. Aunque siempre habrá periodistas intrépidos e intrépidas,
capaces de luchar con uñas y dientes para ejercer su libertad de expresión
por encima de todo. Es evidente que las redes sociales cumplen una
función magnífica como “redacciones del presente/futuro… sin necesidad
de editores” pero el periodismo seguirá existiendo.
M.: ¿Dónde se escriben las novelas, en despachos o en servilletas y sobrecitos
de café?
Cada cual escribe donde puede y le dejan (o se deja a sí mismo, qué cosas).
Y cada maestrillo o maestrilla tiene su librillo. Hay quienes prefieren la
soledad de una habitación y otros (otras) que se sienten felices y satisfechos
escribiendo en otros espacios menos íntimos. Como quiera que sea, lo
importante es que el resultado sea aceptable, bueno o sobresaliente. Decía el
Nobel Gabito que lo ideal para escribir sería una isla desierta en silencio por la
mañana y una gran ciudad con mucha marcha, llena de alcohol, amigos y
juerga, por la noche.
M.: ¿Dónde escribes tú?
A decir verdad, yo escribo en cualquier sitio, si tengo algo que contar en
ese momento, pero suelo escribir en casa aunque también me encantan las
bibliotecas para escribir porque es como si uno estuviera en contacto con
todos los libros, que así es en realidad.
M.: ¿Qué opinas sobre la piratería y el tema de las publicaciones digitales?
La piratería es algo terrible, como su nombre indica, porque el escritor vive
(qué ingenuidad) o debería vivir (esa es la aspiración) de su escritura.
Es habitual -a mí me ha ocurrido, más a menudo de lo que quisiera-, que
el personal (incluso algunos periódicos, lo que resulta ciertamente aberrante)
te afane textos y sobre todo fotos como si fueran de su propiedad, sin pedirte
permiso, con un rostro que se lo pisan (bueno, te lo pisan a ti, qué vaya cara
de gili se te queda, cuando te enteras del marrón).
En cuanto a las publicaciones digitales, me parecen fundamentales en esta
era digital, un modo de dar a conocer tu obra, aunque no te comas ni un
rosco económico, que ya jode, pero que todo sea por que tu obra sea leída
más allá de tu aldea, de tu entorno más inmediato. Y, por supuesto, lo digital
se impone a marchas forzadas tanto en el periodismo como en la literatura,
además de en la fotografía y en el cine. Los puristas hablan del papel, del
celuloide… pero lo digital es el presente. Vivimos en un mundo virtual.
Bueno, yo quiero seguir tocando y sintiendo, oliendo, saboreando la
literatura/vida en su estado puro, me vale en estado real, con los
cinco sentidos, y aún más. Escribir con sensorialidad. Qué maravilla.
M.: Un consejo a los nuevos escritores.
Más que consejos, me atrevería a decir que la escritura es una vocación, y como
tal debe vivirse, un modo de ser y estar en el mundo, y cuando se cree de
verdad en el poder de las palabras, pues se pueden mover montañas. O al menos
se mueve y remueve el interior de uno mismo. Que cada cual debe tomar su
camino, ya sea la poesía, la narrativa, el ensayo… incluso otros caminos,
centrarse en lo que de verdad uno quiere y desea, escribir y escribir, lo mejor
sería escribirlo todo, como quisiera Sartre en su Náusea. “Lo mejor sería
escribir los acontecimientos cotidianamente. Llevar un diario para
comprenderlos. No dejar escapar los matices, los hechos menudos, aunque
parezcan fruslerías”. Escribir no sólo para intentar entender el mundo en
qué vivimos, sino para entendernos a nosotros mismos en ese contexto.
Para contar la verdad, aunque sea a través de la ficción, para hablar de lo
bello/bueno, para revelar los misterios ocultos del subconsciente, para
profundizar en el alma del ser humano. Algo así.
M.: ¿Dónde podemos seguir tu trabajo?
Podéis seguirme en los medios que antes señalaba, como La Nueva
Crónica: http://www.lanuevacronica.com/ También en ileon.com o
bembibredigital.com, entre otros, además de en mi blog:
http://cuenya.blogspot.com.es/, o en esta web: http://nocedadelbierzo.com/
dedicada a Noceda del Bierzo y la revista La Curuja.
Y, por supuesto, en redes sociales como Facebook y Twitter.
M.: ¿Lo has pasado bien en la entrevista?
Me ha gustado contestar a estas preguntas. En realidad, me encanta escribir y
responder, siempre que puedo, a lo que se me plantea, porque eso me ayuda a
entenderme más y mejor. Y por ende espero que estas respuestas despierten
la curiosidad a mis posibles lectores y lectoras.
A este respecto, te dejo este enlace:
http://cuenya.blogspot.com.es/2009/11/literatura-de-viajes-tardes-de-autor-en.html
En España contamos con estupendos escritores viajeros como Julio Llamazares,
Más que consejos, me atrevería a decir que la escritura es una vocación, y como
tal debe vivirse, un modo de ser y estar en el mundo, y cuando se cree de
verdad en el poder de las palabras, pues se pueden mover montañas. O al menos
se mueve y remueve el interior de uno mismo. Que cada cual debe tomar su
No hay comentarios:
Publicar un comentario