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jueves, 1 de marzo de 2012
Fuego en Gistredo
Los malditos pirómanos vuelven a joder la belleza de una sierra, Gistredo, que entraña flora y fauna de incalculable valor. Hace tiempo que no la hacían arder, pero hoy han decidido que se vuelva escombro, mal de todos, penuria. A este paso acabaremos cargándonos todo. Qué mierda. Y qué insensibilidad ante la vida. Cómo se puede ser tan capullo o descerebrado o hijo de la chingada para darle estopa a un monte así. No hay perdón que valga. Y quien eso hace, debería arder él o ella o ellos y ellas mismos en las llamas. Siento que me lleva la chingada, y dan como ganas de llorar, llorar en un mundo insensible, lleno de tarados y seres-animales capaces de matar la naturaleza, que es en verdad matar la propia vida, la nuestra, y la de quienes vengan después. Qué vamos a dejarles como herencia a nuestros hijos y nietos. Pobrecitos. Desde la hoya no huelo el humo aunque intuyo la desolación, la impotencia de muchos, el descorazonamiento. Cuánto tiempo tardará en regenerar todo. Qué lástima. Me produce náuseas sólo de pensarlo. Primero querían clavarnos eólicos y ahora le dan matarile a nuestra belleza-vida-belleza. Qué cabrones, ni se miden estos pendejos. Sólo me queda escribir con sangre.
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