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martes, 30 de junio de 2009

Washington en León

Lo que un buen día comenzó siendo una idea, brillante sin duda, se está convirtiendo en una realidad. Nunca olvidaré la visita del hispanista norteamericano Anthony Geist al Campus de Ponferrada, hace aproximadamente un año. Y luego el viaje al Palacio de Canedo, lugar bucólico en medio de unos viñedos, que algunos han calificado como Falcon Crest. Por decirlo a la americana.

En aquel tiempo se había pergeñado un proyecto, quizá pretencioso, en el que se contemplaba la posibilidad de impartir un curso de español para extranjeros, eso sí, a través del cine. De este modo, se pensaba dar uso a las espléndidas instalaciones cinematográficas y otras con las que cuenta un Campus de primera, como lo es el de la capital berciana. El proyecto pretendía ser una extensión del Centro de Idiomas de la Universidad de León. Es más, la propuesta se aprobó, y se intentó llevar a buen puerto, sin embargo, y pese a los esfuerzos realizados por parte de algunos, no salió adelante. Hubo incluso un Centro de Idiomas de renombre, fuera de la provincia, que se interesó por este singular curso. Pero a veces las ideas, ni siquiera las buenas, son suficientes para que vean la luz, que se materialicen y tengan vida, porque se necesita de algo más, como es el apoyo decidido e incondicional, el empeño de seguir a como dé lugar, la voluntad de poder, como a buen seguro diría Nietzsche ahora que el filósofo alemán está más presente que nunca, por su lúcido y fuerte librepensamiento, en estos tiempos de debilidad filosófica, pensamiento débil o simplemente la derrota del mismo, como nos dejó dicho hace ya algunos años el ensayista francés Alain Finkielkraut, uno de los intelectuales más comprometidos con la sociedad de su tiempo.


El propio Anthony Geist, acompañado por Antonio Alonso, el entonces Director de la Fundación General de la Universidad de León y de la Empresa (Fgulem), se mostró entusiasmado con el proyecto y con el Campus de Ponferrada, porque el profesor Geist, además de Jefe del Departamento de español en la Universidad de Washington, es un enamorado del cine, incluso ha realizado un documental sobre la Guerra Civil, Almas sin fronteras, que hemos tenido el placer y la ocasión de ver, y en el que recupera para la memoria a los brigadistas norteamericanos que lucharon contra los fascistas en nuestro país.


La verdad es que no era mala idea la de dar a conocer el Bierzo a través de la enseñanza de la lengua y cultura españolas, con la modalidad del cine, lo que hubiera sido, incluso podría ser un activo, un aliciente, porque hasta ahora el Bierzo, digan lo que quieran, no es conocido en el exterior, ni siquiera fuera de la provincia, salvo por sus vinos, que comienzan a abrirse un hueco en los mercados internacionales, y sobre todo en los Estados Unidos. Hasta Woody Allen, enamorado de los vinos franceses y españoles, hace aparecer el vino berciano, en concreto el caldo de la bodega de Álvaro Palacios, y a modo de hilo conductor de la trama, en su película Vicky Cristina Barcelona. Algo así ocurrió con los vinos de Casar de Burbia, que sirvieron para brindar por el convenio firmado recientemente entre las universidades de Washington y la de León, lo que convertirá a la capital leonesa en sede, la segunda después de la de Roma, que acogerá a un buen número de estudiantes americanos. Se prevé que en torno a medio millar. Este centro, en el que colaborará la Fundación de la Lengua, estará ubicado en el Palacio del Conde Luna. Esto permitirá, asimismo, que haya un intercambio fluido de estudiantes entre ambas universidades. Un paso de gigante para que León comience a sonar en el mundo, y sea punto de referencia… de la lengua y cultura españolas. Casi nada.

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