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lunes, 3 de marzo de 2025

Náufragos, del mago Hitchcock

       

Aunque hace años hice una reseña de Náufragos, del maestro Hitchcock, me apetece de nuevo adentrarme en esta película, que analizaremos en una clase para el alumnado de la Universidad de la Experiencia en el campus de Ponferrada. 

Dejo por aquí también la reseña que hiciera en 2011 de este singular película: https://cuenya.blogspot.com/2011/02/naufragos-de-hitchcock.html

A estas alturas, nadie pone en duda la genialidad de Hitchcock porque nada en sus películas está porque sí. Todo está entretejido. Y consigue mantenernos en vilo hasta el final, mientras vamos descubriendo, bien dosificado todo, cada hilo de sus tramas. Por eso nadie puede olvidar Psicosis, Los Pájaros, Rebeca, Con la muerte en los talones o Vértigo, porque se han quedado grabadas en nuestro subconsciente como un arponazo. Todas ellas nos han volado la cabeza. 

https://cuenya.blogspot.com/2011/03/psicosis.html

https://cuenya.blogspot.com/2011/03/los-pajaros-de-hitch.html

https://cuenya.blogspot.com/2011/03/vertigo-de-entre-los-muertos.html

https://cuenya.blogspot.com/2011/03/con-la-muerte-en-los-talones.html

Y lo mejor del asunto, aunque las hayamos visto en múltiples ocasiones, tenemos ganas de verlas de nuevo. Ahí reside uno de sus secretos: que Hitchcock nos engatusa una y otra vez. 

Da igual que hagamos spoiler de sus películas, que las destripemos, porque nos seguirán entusiasmando. https://cuenya.blogspot.com/2011/01/al-genio-hitchcock.html

Lo importante en su cine no es lo que nos cuenta (el argumento) sino cómo nos lo cuenta, siempre original en su puesta en escena. En verdad, el contenido de sus películas le importaba relativamente; incluso una novela mediocre podía convertirla en una buena película a través del ritmo, de elaboradas secuencias de montaje o movimientos de cámara complejos. 

Fantasioso en su estética de imágenes cargadas de metáforas y simbolismo (herencia del expresionismo alemán, sobre todo de su maestro Murnau) y realista a la vez (lo que nos muestra debe parecer y/o ser verosímil) nos sumerge en aventuras fascinantes, inauditas, algo no habitual pero que podría suceder en la realidad.

Su virtud narrativa nos lleva a fijarnos sólo en lo que él quiere, en uno o dos elementos principales de la escena. Y nos muestra sutiles y complejos procesos mentales sólo a través de la imagen. Un gesto, una expresión de un rostro o un movimiento fallido son suficientes para que nos demos cuenta de lo que sienten y piensan los personajes. Sus películas son cine en estado puro. 

Náufragos (Lifeboat, 1944) es una de sus obras más audaces en lo formal, con un uso del ritmo y la tensión extraordinarios, porque la historia se desarrolla íntegramente en un bote salvavidas (título original), sin flashbacks tramposos. Toda una apuesta porque la cámara jamás sale de dicho bote, que es un escenario reducido a la mínima expresión. Logra crear un ambiente asfixiante, generando entre los personajes un clima de tensión psicológica, acentuada por el aislamiento del grupo. Es sobre todo una película de personajes. Nos muestra la claustrofobia en contraposición a la inmensidad del océano.

Películas suyas como Alarma en el expreso, que transcurre en un tren; Crimen perfecto, La soga La ventana indiscreta, que lo hacen dentro de un piso, también sitúan la acción en espacios cerrados. Y en Náufragos experimenta con la unidad espacial, en ocasiones con planos secuencia en un espacio reducido para la posición de cámara.

A lo largo del metraje de Náufragos se nos muestran crisis y tensiones de los supervivientes a bordo del bote, que nos mantienen en alerta como espectadores durante los noventa y seis minutos que dura la película. No obstante, no es ni por asomo una de sus obras más conocidas.

Náufragos y El ángel exterminador

Después de revisitar El ángel exterminador de Buñuel, me vino a la mente Náufragos, porque en ambas vemos a seres humanos a la deriva, atrapados en una barca, sacando a flote sus instintos más salvajes, motivados por el afán de la supervivencia. 

https://cuenya.blogspot.com/2018/12/el-angel-exterminador-de-bunuel.html

"Un drama tenso y vivaz sobre supervivientes a la deriva de un barco torpedeado, absorbente en sus revelaciones sobre los personajes y sus espléndidos detalles visuales" 

Náufragos, cuyo rodaje se realizó en tiempo de guerra, transcurre en un bote salvavidas, como ya adelanté, que va a la deriva en el océano, llevando en su interior a los supervivientes del ataque de un submarino alemán. Supervivientes que rescatan a su vez a un hombre que flota en el océano, que resulta ser el capitán del submarino que hundió el barco en el que ellos navegaban. A pesar de que la acción transcurre en medio del océano, toda la película se rodó en el estudio de la 20th Century Fox, lo que supuso un desafío técnico. Para el rodaje se construyeron al menos dos botes distintos para diferentes planos; el principal estaba cortado por la mitad para que las cámaras pudieran moverse libremente por él. Para mostrar el horizonte del mar usó transparencias. El resto lo recreó en estudio: el ruido, el viento, el oleaje... Construyó un gigantesco estanque del que salía agua a chorros, y máquinas de viento, para dar impresión de estar en alta mar. El elenco actoral fue sometido a todas las inclemencias recreadas en el estudio: la agitación de las olas, las tempestades, así como a la emulación que los distintos comportamientos del mar debían generar en los movimientos del bote. Debido a la gran cantidad de horas que debían pasar en el agua hubo varios contratiempos que retrasaron el rodaje. Las imágenes del mar fueron filmadas en los Cayos de la Florida y en la isla de San Miguel en California.

Hitchcock dibujó un guion gráfico detallado con todas las escenas, plano a plano, con una composición y ángulos determinados, para que hubiera suficiente movimiento entre planos y bastante variedad. "Visualmente, el ochenta por ciento del metraje estaba consagrado  a primeros planos o planos medios... era una necesidad de aproximarse, una especie de anticipación de lo que iba a ser la técnica de la televisión", le cuenta Hitchcock a Truffaut en ese libro imprescindible que es El cine según Hitchcock. A través de estos planos medios y primeros planos consigue una mayor profundidad psicológica de los personajes. 

Hitchcock usó ese guion gráfico para que el operador de cámara supiera qué era lo que quería. Algunas de las secuencias resultan realistas (no tanto el uso de transparencias), y permiten creer que se han filmado en mitad del mar. Como lugar único en el que transcurre la acción, Hitchcock fragmentó visualmente el escenario, creando la ilusión en el espectador de continuos cambios de localización, que no son tales, contribuyendo así al dinamismo en la acción y a un ritmo en continua progresión. El final resulta extraordinario. 

Hitchcock no nos muestra nunca el bote desde el exterior; la cámara siempre permanece dentro de la embarcación incluso en los momentos de mayor peligro y agitación. 


Escándalo por el retrato del alemán

En su momento, Náufragos provocó un escándalo cuando una parte de la crítica y los espectadores detectaron un subtexto incómodo porque, entre los supervivientes del naufragio, figura un alemán con rasgos de superhombre, lo que generó rechazo e incomprensión en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Fue el retrato de ese alemán, Willy, capaz de usar una brújula, de amputar una pierna y de remar durante días sin agotarse nunca, lo que molestó, porque, para muchos, encarnaba la superioridad física del pueblo alemán. En realidad, ese capitán alemán tampoco es un modelo de virtud porque miente a sus compañeros de infortunio, les niega sus reservas de agua y cambia el rumbo para conducirlos a escondidas hacia otro barco nazi. También consume estimulantes para remar sin descanso mientras los demás están extenuados. Sus compañeros de viaje lo acabarán sacrificando en una terrible escena que Hitchcock filma de lejos. 

Lo cierto es que el mago del suspense negó toda voluntad proalemana en su libro de entrevistas con Truffaut en 1966: “La intención era decir que las democracias debían unir fuerzas contra el enemigo común”. Y después de las atrocidades cometidas durante la guerra, perdió en gran medida la fe en el ser humano. Aunque intentó explicar que el verdadero mensaje de la película nada tenía que ver con lo que algunos críticos habían señalado, no acabó de entenderse esta obra, de la que también renegó su guionista, el afamado escritor Steinbeck, quien se mostró disconforme con la imagen que se les dio a algunos personajes como el de Kovak y el camarero, en los que detectó una caricatura que no hacía justicia a lo que él había escrito.

En todo caso, la idea de Náufragos se le ocurrió al propio Hitchcock, que le propuso a Steinbeck (premio Nobel de Literatura en 1962) que escribiera el guion, porque al maestro del suspense le había gustado la adaptación que John Ford había hecho de la novela Las uvas de la ira. Cabe recordar que otro Nobel, en este caso Hemingway, había rechazado previamente la propuesta de escribir el guion de Náufragos. 

En realidad, Steinbeck escribió una novela corta narrada en primera persona, lo cual distaba de la idea convencional de un guion de cine. Y a partir de la novela varios guionistas crearían el libreto de la película. 

Sea como fuere, Náufragos, que recibió tres nominaciones al Oscar: mejor director, mejor guion original y mejor fotografía en blanco y negro -porque logra captar los rostros e incluso el mar embravecido azotando a la barca y a sus protagonistas-, fue la única película que Hitchcock hizo para la 20th Century Fox. 

Reparto

La actriz Tallulah Bankhead, que hace un trabajo estupendo, se llevó el premio del Círculo de Críticos de Nueva York a la intérprete del año. Era, sobre todo, una estrella teatral, “una diva", el personaje más elaborado de todos, porque a medida que avanza la película se va despojando poco a poco de su arrogancia y de su egocentrismo. Además de Tallulah Bankhead (Connie, la periodista frívola, cínica, glamurosa, que buscaba sacar tajada de la guerra para escribir sus crónicas), conforman el reparto otros grandes de la interpretación, que nos ofrecen personajes fascinantes, los cuales nos adentran en la condición humana, con sus grandezas, sus debilidades, sus contradicciones. 

"Encanto... morir juntos es aún más íntimo que vivir juntos", le dice la periodista Connie a Kovac. 

En este grupo de náufragos de diferente condición social e ideológica, como si de un Gran Hermano televisivo se tratara, hallamos a Kovak (John Hodiak), un tipo rencoroso que se ha forjado a sí mismo, y siente atracción por la periodista; el multimillonario Rittenhouse (Henry Hull); la dulce enfermera militar Alice (Mary Anderson), el campechano Gus (William Bendix), que cambia su apellido original Schmidt por Smith; el ingenuo Stanley Garrett (Hume Cronyn); el camarero Joe Spencer (Canada Lee); Mrs. Higgins (Heather Angel), que llega al bote rescatada junto con su bebé cogido en brazos… y el invitado inesperado: Willy (Walter Slezak), el capitán del submarino alemán… Nada ni nadie es lo que parece a simple vista. 

Mientras se suceden los títulos de crédito, asistimos como espectadores al hundimiento de la chimenea de un barco bajo el mar, acompañada de una música atronadora. Entre brumas nos adentramos en una situación límite de supervivencia. A través de un travelling descriptivo -habitual en los inicios de algunas películas del genio Hitchcock, también en Náufragos- se nos muestra una serie de objetos que flotan en el mar. Cine en estado puro. Un botiquín inglés, el cadáver de un marinero con las siglas del submarino alemán en el chaleco salvavidas, una baraja de cartas, maletas, objetos variados en el mar. Esta secuencia influyó en la película Titanic, de Cameron.  

En Náufragos un barco inglés ha sido torpedeado por un submarino alemán que también ha explotado. El travelling de la cámara termina en un bote salvavidas en el que, como contraste, vemos a una mujer impecablemente vestida con un abrigo de visón y zapatos de tacón. Y esa mujer es una periodista (Bankhead). Poco a poco van llegando otros supervivientes al bote. Y entre ellos alguien a quien no esperaban: el capitán del submarino alemán. Enseguida empiezan las tensiones en el bote. Mientras unos proponen arrojarlo al agua, otros aceptan acogerlo por razones humanitarias y para aprovechar sus conocimientos de navegación. Al comienzo, la trama parece pivotar sobre el soldado alemán, pero la estrella Bankhead hace que desviemos pronto la atención hacia ella. 

La banda sonora

Hitchcock decidió no usar música salvo en los títulos de crédito de apertura y cierre de la película. La banda sonora son las olas del mar, el viento o la lluvia, algo sorprendente para aquella época. Aunque sí suena la música de la flauta que toca el camarero negro y el personaje de Rittenhouse, así como las canciones que entona el capitán del submarino alemán. 

La polémica en torno a Náufragos, que se estrenó en 1944, continuó en los cincuenta con la caza de brujas del macartismo. Y en la actualidad parece que vuelve el macartismo con la llamada cultura de la cancelación

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