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miércoles, 8 de febrero de 2017

Mapas afectivos en Salamanca

http://www.tribunasalamanca.com/noticias/el-liceo-acoge-la-presentacion-de-mapas-afectivos-del-escritor-berciano-manuel-cuenya/1486566265

Mapas afectivos en Salamanca, aunque mejor sería decir que Salamanca es un espacio afectivo, uno de esos lugares que me ha enhechizado, como le ocurriera a buen seguro a Cervantes (léase su Licenciado Vidriera) y tantos otros, que han conocido y/o vivido en esta ciudad charra, que sigue atrayendo a estudiantes de todo el mundo. De todo el mundo, sí, además de alumnado de toda España, incluido el Bierzo, por supuesto, otrora nuestro campus, cuando la Universidad de León ni siquiera existía, o, en el mejor de los casos, acababa de empezar, con titulaciones que a algunos y algunas no les decían nada. O sí, pero el asunto era salir a ver mundo, salir por el mundo adelante para dar cuenta de la movida salmantina, que tenía buena fama, y la sigue teniendo, claro. Pues a esta ciudad castellana (y leonesa, no nos olvidemos) iban a parar rapaces y rapazas hasta del útero de Gistredo. Como Mingo, José, el de Alejandro, Jordi, Mar, Fernando... Qué tiempos aquellos. 
http://www.lavanguardia.com/vida/20161225/412895042578/la-sala-de-la-palabra-de-salamanca-arrancara-el-ano-con-la-presentacion-de-cinco-publicaciones.html
Visité por primera vez esta ciudad, donde te enseñan la rana y en ocasiones el astronauta de la catedral, hace muchos años, tantos que hasta he perdido la cuenta, es un decir. Y después de aquella primera visita me enamoré de su belleza, de sus monumentos (algunos andantes, quizá esto no me quedó muy lucido ni lúcido, pero lo dejaré, a ver si a partir de ahora hilvano mejor el discurso), de su río, cuya historia me devuelve al Lazarillo, que me cautivó cuando lo leí hace una eternidad, y al que he vuelto en alguna ocasión, porque me invita a zambullirme en la picaresca, ay, tan presente antes, hoy y mañana en nuestra España de verbena y olé, nuestro país machorro, sólo apto para corruptos, fijosdalgo -hoy pijísimos-, y gentes trajeadas, con corbatín, dispuestas a arrearte 'estoupa' por todo el poramen del alma.
Pero esto forma parte de la farsa que vivimos acá y allá, esa vida falsaria, ese veneno, que conviene expulsar dándose por ejemplo un baño espiritual y balsámico en el sagrado Tormes (al que no arrojan los muertitos y muertitas, como hacen los hindúes en el Ganges). Y que este baño no coincida a ser posible con el lunes de aguas, o sí, que más da, el tema es darse un chapuzón, antes de zamparse un hornazo, con el fin de espantar los malos espíritus, el mal fario, la falsedad... porque Salamanca tiene alma bruja y rejoneadora, porque la Salamanquesa tiene algo que te atrapa y te hipnotiza, con el color dorado y carnal de sus monumentos, con la savia de sus gentes...
http://www.salamancaciudaddecultura.org/programacion/escena/details/1700-mapas-afectivos-manuel-cuenya.html
Tal es su duende, o su belleza, o su marcha nocturna... o su cielo... azul comestible... azul protector... que acabamos enamorándonos de esta tierra, en la que uno podría vivir la mar de a gusto (nunca olvidaré mi estancia allí), aunque tiene uno la impresión de que, para vivir en Salamanca, habría que seguir siendo estudiante, o, en el mejor de los casos, profesor, más que nada para estar ligado y aun religado a la universidad, que todo lo preside, en torno a la cual, como si se tratara de un fuego purificador, regenerador, se reúnen propios y extraños, ilustrados y 'dilustrados', todos ellos dispuestos a comerse un cachito de cielo, ay, ese cielo, esa genial obra pictórica que seguimos viendo en el que fuera el techo de la Biblioteca de la Universidad, con esas constelaciones, con esas estrellas, bajo las que contemplamos, absortos, el firmamento, la Vía Láctea. 
Bueno, en realidad los/las estudiantes llegan a la ciudad frayluisesca atraídos/as por la universidad (también por la fiesta) y esos cursos de castellano/español que tanto parecen gustar a los guiris. Será que la ciudad a orillas del Tormes se lo ha sabido montar muy bien. Por decirlo de un modo corriente y hasta vulgar. Y ha sabido sobre todo vender su lengua (que es la nuestra) y su cultura (que también es la nuestra, más o menos). 
http://www.salamanca24horas.com/articulo/cultura/sala-palabra-acogera-viernes-presentacion-publicacion-mapas-afectivos/20170208133355996114.html
Pues bien, el próximo viernes -dios mediante, que decía el cura de mi pueblo- para allá que me iré cual peregrino en busca, quizá, del santo Grial (ah no, que este Grial está en la capital de León, o eso dicen, habrá que darse una vueltina por el interior de San Isidoro, que por cierto tuvo relación con la villa de Noceda, o eso dicen también los sabios), en busca entonces de la santidad teresiana o sanjuancrucesca (¿se puede decir así? Ojalá los académicos y académicas de la lengua no le pongan vallas al campo de las palabrinas, que hartos de vallas y de muros estamos). 
En busca tal vez del fuego (como en la peli de Annaud), quiero decir de la espiritualidad que procura echar la vista al Tormes para entender, una vez más, que sus aguas siguen fluyendo, por los siglos de los siglos, como en la época de Torres Villarroel, por ejemplo, que fue un ilustre salmantino. 
Tantos ilustres e ilustrados ha dado Salamanca que uno, cuando visita la ciudad, tiene la sensación de acercarse, aunque sólo sea un poquito, a la Ilustración, a un tiempo bucólico (con parada en el huerto de Calixto y Melibea a echarse una siestecita), un tiempo aderezado con la serenidad que procura la contemplación del Tormes, momentos hermosos, que uno siente en sus entrañas. Ahora me entró la vena lírica y morriñosona. 

Salamanca,
insigne en armas y letras,
patria de ilustres varones,

       (Espronceda)

Estuve, estoy y estaré en Salamanca, el próximo viernes -si los dioses y las diosas que en el mundo son así lo quieren, y son muchísimos y muchísimas- presentaré Mapas afectivos en el céntrico teatro Liceo (sala de la palabra) en compañía del toreniense y salmantino Daniel Álvarez, impulsor y editor, junto al bueno de Paco Vuelta, de la obra de Paco González, otro toreniense ilustre e ilustrado. 

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