Vistas de página en total

martes, 23 de diciembre de 2014

Entrevista a Manuel Cuenya, por Miriam Alonso



Tú sí eres grande, Miriam Alonso, y una buena narradora y 
entrevistadora berciano-valenciana  (o valenciano-berciana). 
Agradezco mucho tu entrevista. Me hace muy feliz. 
Me gustó mucho entrevistarte para la Fragua literaria 
leonesa.  

ENTREVISTA A MANUEL CUENYA
Extraordinario obsequio de Lorenzo Gorostiaga
(aquí podéis leer toda la entrevista)

M.: He encontrado muchas referencias y enlace a tu trabajo por internet, 
aún así, si te parece, coméntanos un poco por encima quién eres y a qué te 
dedicas.
Nací (o me nacieron) en el útero de Gistredo, Noceda del Bierzo, donde 
las ninfas se arrullan en las aguas de esta bella población situada en el Bierzo 
Alto (provincia de León).
Podría decir que soy un forjador de palabras, un herrero o ferrón, viajero 
en busca de emociones, nómada tras esencias. Me dedico en cuerpo y alma 
a la escritura y a la enseñanza. En la actualidad, después de una intensa etapa 
como profesor y coordinador en la ex-Escuela de Cine del Campus de 
Ponferrada (Universidad de León), imparto clases de Artes Escénicas y 
Escritura creativa. Y colaboro con diversos 
medios de comunicación, entre otros, La Nueva Crónica y el periódico digital 
ileon.com, donde tengo una sección, La fragua literaria leonesa, dedicada a 
autores y autoras de la provincia leonesa. He escrito algunos libros como 
Viajes sin mapa, Trasmundo, Vocabulario de Noceda del Bierzo, Guía de 
Bembibre, El Bierzo y su gastronomía o La fragua de Furil. Figuro en una 
Antología de Relatos Originales y soy coautor de Las edades del Bierzo
Asimismo, edito, a través del Colectivo Cultural La Iguiada, 
una revista cultural, La Curuja: http://nocedadelbierzo.com/la-curuja/ y 
tengo un blog: http://cuenya.blogspot.com.es/ (Bierzo, aldea universal), que 
siempre procuro mantener actualizado.

M.: Escribes columnas pero no siguiendo el estilo periodístico clásico ni plano, 
tus artículos son casi relatos.
Escribo columnas semanalmente y desde hace ya muchos años. Comencé como 
columnista en Diario de León, llegando a hacer dos columnas semanales, y 
desde hace algo más de un año soy colaborador de La Nueva Crónica, un 
jovencísimo y dinámico periódico en el que me siento muy a gusto. ¿Te parece
 que mis artículos son casi relatos? Qué bueno, me encanta que me lo digas 
porque me gusta mucho el género de los relatos y los cuentos (inolvidables 
el genio Pereira o el gran Rulfo, entre otros), incluso de los microrrelatos 
(ahí está el maestro Tito Monterroso o mi amigo berciano, Fermín López 
Costero). Uno mismo ha escrito algunos relatos y/o cuentos. Trasmundo es un
 libro de relatos, ambientados casi todos en el Bierzo y reeditado por 
ebooksbierzo. Como curiosidad, debo decir que imparto cursos de composición 
de relatos tanto en la Universidad de León como en el Centro de Artes 
Escénicas de Ponferrada.
M.: La fragua de Furil reúne columnas varias publicadas en el Diario de León, 
pero ¿qué hay de Viajes sin mapas y tus otras obras?
La fragua de Furil, como bien dices, es un libro de artículos con el que 
me siento muy satisfecho, que fueron publicados en el Diario de León. Tuve l
ocasión de presentar La fragua, además de en Ponferrada, León, Madrid, 
Bilbao o Coruña, en el Instituto Cervantes de Marrakech, ciudad por la 
que siento devoción. Aprovecho para mandarle un saludo a su antiguo director 
Vicente Luis Mora, que por cierto es escritor. De La fragua de Furil me gustaría
 destacar el prólogo que me dedica el colega argentino-berciano Eduardo 
Keudell: “…en persona, o en texto, Manuel Cuenya tiene esos aires de acá y
 de allá, como de todos los caminos de horizontes fugitivos que Atahualpa 
Yupanqui poetizó tan bien. Uno se alegra de que se reúnan sus textos en 
un volumen, porque es como llamar al viajero a un poco de reposo para que 
nos cuente de los valles, las montañas, los mares y desiertos, de los hombres y
 mujeres que habitan esos mundos con la secreta esperanza de amar”.
Viajes sin mapa es un libro de viajes, como su título indica, que relata una 
serie de viajes por diferentes lugares del mundo, que los lectores y lectoras 
actuales reconocen y en los que se reconocen, porque los destinos no son 
especialmente rebuscados: Marruecos, El Cairo, Roma, Lisboa, París, la 
Europa del Este, Buenos Aires o La Habana, entre otros. Una visión, 
espero, personal y particularizada de estos espacios, algunos de los cuales 
le son familiares al autor por haber viajado en varias ocasiones a los mismos,
 incluso por haber vivido en ciudades como París.
Trasmundo es -según el escritor y periodista Valentín Carrera- Noceda, laderas 
de Gistredo y Catoute, Bierzo Alto, en estado puro. “Delicioso el monólogo 
interior de Chano Cabarcós, Duende leonés, y trágico el final presentido e 
inevitable de Gertrudis Fabero. Cáustico y divertido, Manuel Cuenya muestra 
poca compasión por sus personajes: no los salva, allá cuentas, amigos, es 
vuestra vida, condenados a limpiar las bacinillas de Rosaura y Veremundo. 
Demoledora la vida de Gurrispín en el colegio de Vega de Espinareda
Entre ánimas en pena, entre sotanosaurios de aliento fétido y pedagogía 
podrida, un guión para Almodóvar. ‘La vida no es cuento, aunque lo parezca’”.

M.: Hay escritores como Salgari o Julio Verne que, sin viajar prácticamente, 
escribieron las grandes novelas de viajes. Me llama la atención que buena 
parte de tu obra, a pesar de haber visto tanto mundo, siga centrándose en lo 
propio, lo cercano, ¿qué opinas?
En primer lugar,  me entusiasman Salgari y Verne, a quienes leí bien pequeño 
en aquellas ‘Joyas literarias’, que tanta influencia ejercieran en mí. Los 
viajes y la literatura de viajes son mis pasiones. Me encanta viajar, a ser 
posible ligero de equipaje, mochila al hombro, y me entusiasma la llamada 
literatura de viajes y aun el periodismo de viajes. Por cierto, acabo de terminar
 un estudio introductorio dedicado a los ‘Diarios de viaje’ por Europa, una 
obra desconocida de Gil y Carrasco, el escritor romántico de Villafranca del 
Bierzo. Esta obra se reeditará, en el 2015, con motivo del bicentenario de 
su muerte. Y formará parte del gran proyecto conocido como 
la Biblioteca Gil y Carrasco: http://www.bibliotecagilycarrasco.com/ que, 
gracias al escritor-viajero Valentín Carrera, está ya en marcha.
Viajar siempre resulta estimulante e instructivo, y ayuda a dejar de 
mirarnos el ombligo y a quitarnos la caspa. Incluso nos enseña a situar 
los países en el mapa, y las ciudades en el lugar exacto. Si bien, reconozco que 
ha habido grandes escritores de viajes sin moverse prácticamente de su 
asiento, me encanta viajar desde que tengo uso de razón. 
A este respecto, te dejo este enlace: 
http://cuenya.blogspot.com.es/2009/11/literatura-de-viajes-tardes-de-autor-en.html 
En España contamos con estupendos escritores viajeros como Julio Llamazares, 
Ramón Carnicer, Juan Goytisolo o el Nobel Cela.
En cuanto a que buena parte de mi obra se centra en lo propio, lo cercano, 
me parece que tienes razón porque uno escribe sobre lo que conoce o cree 
conocer. Y la tierra, lo familiar, es algo que brota de un modo natural. 
No obstante, me gusta conocer otros mundos, otras culturas, acaso para 
confrontarme con la realidad más inmediata, el entorno más próximo y, 
por supuesto, para darme cuenta, una vez más, que nada de lo humano 
nos es ajeno. Y que un arriero maragato, pongamos por caso, tiene su 
equivalente u homólogo en un gaucho argentino o un nómada del Sáhara. 
A fin de cuentas, “lo universal es lo local sin paredes”, como nos dijera 
Miguel Torga, otro grande de las letras.

M.: La cantera leonesa es extensa, pero también destaca la berciana.
La cantera literaria leonesa (incluida la berciana) es extensa, fecunda, 
verdaderamente interesante. No en vano, vengo realizando, desde hace 
años (en un inicio en Diario de León y en la actualidad en ileon.com) una 
sección de reportajes-entrevistas, La fragua literaria leonesa, dedicada a 
çautores y autoras de la provincia de León. Y puedo asegurarte que hay 
una buena nómina, además de los consabidos y consagrados escritores 
leoneses como los académicos Mateo Díez y Merino, o bien Juan Pedro 
Aparicio, Julio Llamazares, Andrés Trapiello, Antonio Pereira, Juan 
Carlos Mestre, entre otros.
Hay una nueva generación de narradores y poetas con un excelente futuro, 
tanto en el Bierzo como en el resto de la provincia de León. Si comenzara 
a dar nombres ahora, me temo que se convertiría en una lista cuasi 
interminable. En tu tierra valenciana viven al menos dos buenos poetas y 
narradores originarios del Bierzo, Pilar Blanco y César Gavela.
M.: ¿Qué crees que ayudan más al escritor actual si pretende vender su obra,
 las redes sociales o el boca a boca?
Todo ayuda, siempre que se tengan muchos y buenos contactos. Pero 
salta a la vista, es innegable que las redes sociales, como el Facebook o el 
Twitter, contribuyen a dar a conocer a los autores y autoras como 
nunca antes se vio. Y son herramientas extraordinarias tanto para publicitar 
como para vender la obra.
M.: También eres docente, ¿qué enseñas?
En realidad, soy docente desde que era casi un jovencito porque comencé 
a impartir clases a niños y niñas, y aun adolescentes, durante los veranos,
 cuando comencé a estudiar en la universidad. Y fui lector/profesor de español 
en Francia durante mi etapa como Erasmus en la Universidad de Borgoña 
(Dijon), donde uno de mis maestros literarios, Henry Miller, impartiera clases 
de inglés, como figura en su Trópico de Cáncer. Bueno, Miller impartió clases
 en el Lycée Carnot de la ciudad de la mostaza. Y uno dio clases de español 
en el Lycée Les Arcades y también en Dijon Langues. A partir de estas 
experiencias, decidí que la docencia era otra de mis maneras de estar en el 
mundo, que no he dejado de cultivar, aunque a decir verdad prefiero 
aprender que enseñar, o aprender enseñando. También he enseñado en México 
y en España. Estuve durante casi una década como profesor en la ex Escuela 
de Cine de Ponferrada (una aventura que daría para una novela gorda, 
perdón gruesa) y ahora imparto clases en la Universidad de la Experiencia 
(Universidad de León), entre otras de teatro (materia práctica), con la 
consiguiente escritura y representación de una obra de teatro todos los cursos. 
Me apetece mencionar que en el 2010 nos seleccionaron para participar 
en el Primer Certamen Nacional de Teatro para Mayores convocado por 
la Universidad de Alicante, y allá que nos fuimos. Con notable éxito. Todo 
hay que decirlo.
Aparte del teatro, también imparto y he impartido otras materias como 
Medios de comunicación, Artes Escénicas (materia teórica), cultura
 Iberoamericana… además de talleres de escritura creativa, tanto para
 mayores como para jóvenes.
M.: Tengo una teoría sobre los bloggers y la muerte del periodismo. 
Dicen que ahora el oficio está en desuso, que las mismas redes 
sociales son las redacciones del futuro donde los rumores corren 
como pólvora y llegan a cada rincón del planeta sin necesidad de 
editores, ¿es el periodismo un oficio cuya cuenta atrás está en marcha?
El periodismo como tal nunca morirá mientras el poder 
(El Gran Hermano-Telepantalla) vigile y controle a las masas. 
Y el periodismo también está bajo control. Para qué vamos a 
engañarnos. Aunque siempre habrá periodistas intrépidos e intrépidas, 
capaces de luchar con uñas y dientes para ejercer su libertad de expresión 
por encima de todo. Es evidente que las redes sociales cumplen una 
función magnífica como “redacciones del presente/futuro… sin necesidad 
de editores” pero el periodismo seguirá existiendo.
M.: ¿Dónde se escriben las novelas, en despachos o en servilletas y sobrecitos 
de café?
Cada cual escribe donde puede y le dejan (o se deja a sí mismo, qué cosas). 
Y cada maestrillo o maestrilla tiene su librillo. Hay quienes prefieren la 
soledad de una habitación y otros (otras) que se sienten felices y satisfechos 
escribiendo en otros espacios menos íntimos. Como quiera que sea, lo 
importante es que el resultado sea aceptable, bueno o sobresaliente. Decía el 
Nobel Gabito que lo ideal para escribir sería una isla desierta en silencio por la 
mañana y una gran ciudad con mucha marcha, llena de alcohol, amigos y 
juerga, por la noche.
M.: ¿Dónde escribes tú?
A decir verdad, yo escribo en cualquier sitio, si tengo algo que contar en 
ese momento, pero suelo escribir en casa aunque también me encantan las 
bibliotecas para escribir porque es como si uno estuviera en contacto con 
todos los libros, que así es en realidad.
M.: ¿Qué opinas sobre la piratería y el tema de las publicaciones digitales?
La piratería es algo terrible, como su nombre indica, porque el escritor vive 
(qué ingenuidad) o debería vivir (esa es la aspiración) de su escritura. 
Es habitual -a mí me ha ocurrido, más a menudo de lo que quisiera-, que 
el personal (incluso algunos periódicos, lo que resulta ciertamente aberrante) 
te afane textos y sobre todo fotos como si fueran de su propiedad, sin pedirte
 permiso, con un rostro que se lo pisan (bueno, te lo pisan a ti, qué vaya cara 
de gili se te queda, cuando te enteras del marrón).
En cuanto a las publicaciones digitales, me parecen fundamentales en esta 
era digital, un modo de dar a conocer tu obra, aunque no te comas ni un 
rosco económico, que ya jode, pero que todo sea por que tu obra sea leída 
más allá de tu aldea, de tu entorno más inmediato. Y, por supuesto, lo digital 
se impone a marchas forzadas tanto en el periodismo como en la literatura, 
además de en la fotografía y en el cine. Los puristas hablan del papel, del 
celuloide… pero lo digital es el presente. Vivimos en un mundo virtual. 
Bueno, yo quiero seguir tocando y sintiendo, oliendo, saboreando la
 literatura/vida en su estado puro, me vale en estado real, con los 
cinco sentidos, y aún más. Escribir con sensorialidad. Qué maravilla.
M.: Un consejo a los nuevos escritores.
Más que consejos, me atrevería a decir que la escritura es una vocación, y como 
tal debe vivirse, un modo de ser y estar en el mundo, y cuando se cree de 
verdad en el poder de las palabras, pues se pueden mover montañas. O al menos 
se mueve y remueve el interior de uno mismo. Que cada cual debe tomar su 
camino, ya sea la poesía, la narrativa, el ensayo… incluso otros caminos, 
centrarse en lo que de verdad uno quiere y desea, escribir y escribir, lo mejor 
sería escribirlo todo, como quisiera Sartre en su Náusea. “Lo mejor sería 
escribir los acontecimientos cotidianamente. Llevar un diario para 
comprenderlos. No dejar escapar los matices, los hechos menudos, aunque 
parezcan fruslerías”. Escribir no sólo para intentar entender el mundo en 
qué vivimos, sino para entendernos a nosotros mismos en ese contexto. 
Para contar la verdad, aunque sea a través de la ficción, para hablar de lo 
bello/bueno, para revelar los misterios ocultos del subconsciente, para 
profundizar en el alma del ser humano. Algo así. 
M.: ¿Dónde podemos seguir tu trabajo?
Podéis seguirme en los medios que antes señalaba, como La Nueva 
Crónica:  http://www.lanuevacronica.com/ También en ileon.com o 
bembibredigital.com, entre otros, además de en mi blog: 
http://cuenya.blogspot.com.es/, o en esta web: http://nocedadelbierzo.com/ 
dedicada a Noceda del Bierzo y la revista La Curuja. 
Y, por supuesto, en redes sociales como Facebook y Twitter. 

M.: ¿Lo has pasado bien en la entrevista?
Me ha gustado contestar a estas preguntas. En realidad, me encanta escribir y 
responder, siempre que puedo, a lo que se me plantea, porque eso me ayuda a
 entenderme más y mejor. Y por ende espero que estas respuestas despierten
 la curiosidad a mis posibles lectores y lectoras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario