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martes, 11 de agosto de 2009

Francisco López en el hayedo de Busmayor

Vuelvo al hayedo de Busmayor en busca quizá de inspiración y la presencia allí de Francisco López Pozo, al que olvidé en anterior reseña, y no quiero que ahora se me vaya el santo al cielo. He leído algunos poemas de este paisano de Igüeña y me han gustado, sobre todo ese que dice: Trabajando en el carbón, en deuda con la luz/ aquel tiempo subterráneo/ era mejor/ Trabajando en el carbón, aquella paciencia/era mejor/que esta tristeza/traidora con el diablo./Y el placer sólo un residuo en algún lugar del cerebro,/cuando caen del techo rocas de cartón piedra/me aplastan y en algún lugar del mundo/suenan canciones románticas italianas. Tus versos, Francisco, me devuelven a aquella infancia minera, ¡qué negros eran nuestros valles!, y aquel sentimiento de que en algún momento un minero podía perder la vida, bajo los cielos mal entibados de cualquier chamizo. Yo rezaba -aún creía en algún dios cristiano- para que mi padre llegara sano y salvo cada noche a casa. Sentí como angustia, sólo pensar que pudiera ocurrir una desgracia. Como la que le ocurrió al padre de un amigo, Javi, cuando yo apenas contaba con once años, época en la que también descubrí la literatura de Larra, insigne suicida. Además de Francisco, en la cena nos acompañó la presidenta del IEB, Mar Fue un encuentro para no olvidar y espero que se repita. Por cierto, en Busmayor también me encontré con algunos paisanos, como Luis, el hermano de Paco el albañil, y Catarino y su familia. Hasta la próxima.

1 comentario:

  1. gracias amigo Manuel por tus palabras y me alegra un montón que te haya gustado ese poema mío. La mina fué mi primer trabajo y ahora recuerdo aquel tiempo con ambiguas sensaciones.Qué bonita experiencia la del hayedo;buenos poetas,buena gente,...un saludo fuerte.

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