Volví a Valladolid después de tantos años el pasado fin de semana. Y espero volver en algún otro momento, porque el fin de semana resultó estupendo. Me encantó. Creo que no estaba en esta ciudad castellana desde la presentación de mi libro Mapas afectivos en la librería Margen en 2016, o sea, que ya ha diluviado.

Recuerdo aquella presentación en compañía del gran periodista y escritor Aniano Gago (el cual también ejerció como presentador de mi libro La fragua de Furil en la Biblioteca de Castilla y León, situada en la plaza de la Trinidad). Por ahí andará Aniano. Supongo que estará bien, ojalá; le mandaré un mensaje, porque hace ya tiempo que no hablamos, aunque llegó a colaborar con la revista La Curuja; le hice un reportaje-entrevista para ileon.eldiario.es https://cuenya.blogspot.com/2018/03/la-fragua-literaria-leonesa-aniano-gago.html, le dediqué algún artículo https://cuenya.blogspot.com/2016/02/prosa-de-pan.html, él también me ha dedicado hermosas palabras https://cuenya.blogspot.com/2016/10/resena-de-aniano-gago-sobre-la.html, y es amigo de amigos comunes, como los periodistas Eduardo Keudell y Miguel Ángel García Rodríguez. En realidad, entré en contacto con Aniano Gago a través de Eduardo Keudell. Recuerdo asimismo que Gago estuvo impartiendo una clase/charla en la Escuela de cine de Ponferrada. Y tuve la ocasión de estar con él en la bodega de su pueblo de Cañizo, en Zamora.
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Ruta de El hereje, de Delibes |
https://cuenya.blogspot.com/2012/05/canizo.htmlLa verdad es que en esta reciente visita a Valladolid no avisé ni a Aniano ni a la gente de mi pueblo que vive allí. https://cuenya.blogspot.com/2012/05/valladolid.htmlTampoco a otros buenos amigos de la familia, Toni y Nieves. Ni a Conchi y Alfredo. Sí le dije a otro amigo, el profesor y escritor Alfonso Fernández Manso, que estaba allí, el cual se ofreció hospitalario para lo que necesitara. Pero ya había quedado con una buena amiga para asistir asimismo a un curso de escritura que imparte la médico-psicoanalista Mari Ángeles Jiménez en la librería Margen, que reconocí al instante, aunque hacía años que no estaba allí. Un placer asistir a su curso.
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San Pablo |
Ahora recuerdo que en Valladolid he estado en varias ocasiones invitado por las organizadoras del Festival de cine de La Fila, Isabel y Marina, a quienes tampoco veo desde hace tiempo. Por cierto, en esta ocasión he podido ver el monumento dedicado al cine o Decorado para una película, con una casa en equilibrio que está en lo alto de la estructura. Se encuentra en el Paseo Zorrilla.
Y a Valladolid llegué a viajar para estar en algunos conciertos, como el de la banda irlandesa Nightnoise o el del compositor belga Wim Mertens en el Teatro Calderón, o celebrar el Festcine (que llegamos a realizar con la Fundación Gabarrón, en estrecha colaboración con Juan Manuel Gabarrón, que ahora vive en Hong Kong).
A este respecto, cabe destacar al artista Cristóbal Gabarrón (el padre de Juan Manuel), cuyas puertas de Valladolid simbolizan, como su propio nombre indica, la entrada a un nuevo Valladolid.
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Puertas de Valladolid, de Gabarrón |
Se trata de dos obeliscos, que están decorados con grafismos que representan paisajes, objetos y acontecimientos de la historia de la ciudad. Este monumento se encuentra en una
rotonda donde confluyen el Paseo de Zorrilla
y la Carretera de Rueda, en el centro de tres nuevas zonas
residenciales hacia el sur de la ciudad, entre ellas Covaresa.
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Rosa Chacel |
Cabe recordar que Cristóbal Gabarrón estuvo en más de una ocasión en Noceda del Bierzo de la mano su amigo Pepe Álvarez. Y también de la mano de su otro amigo Miguel Ángel García Rodríguez. https://cuenya.blogspot.com/2010/11/miguel-angel-garcia.html
https://cuenya.blogspot.com/2012/08/ilustres-en-ilustrados-en-noceda-del.html
"Sí, conocí a Pepe Álvarez de Paz por mi padre y eran muy buenos amigos. Una pena que el cáncer se lo llevara así… Y Miguel Ángel es un gran amigo y un señor, con él sí que tengo más años de conocernos, desde que trabajaba en Valladolid, y de buena amistad", me contaba Juan Manuel en uno de sus correos.
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Jorge Guillén |
Recuerdo aquella comida, con motivo de la celebración del Festcine, en compañía de Juan Manuel Gabarrón y del ya desaparecido actor Agustín González en el hotel AC Palacio de Santa Ana, en tiempos monasterio de los Jerónimos, en Arroyo, a las afueras de Valladolid. De esta ciudad es también Ana Isabel, con quien compartí buenos momentos en Disney, en mi etapa como cast member de este reino de la fantasía en París.
Cuna de reyes y grandes escritores
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Felipe II |
Me gustó volver después de tanto tiempo, como ya dijera, a esta cuna de reyes, donde nacieran, entre otros, Ana de Austria, Felipe II (con estatua en la plaza de San Pablo, donde también se hallan el palacio Real y el palacio de Pimentel) y Felipe IV, así como grandes escritores, entre ellos Delibes https://cuenya.blogspot.com/2019/02/el-maestro-miguel-delibes.html, por cuya obra siento auténtica devoción (en el propio curso de escritura en la librería Margen salió a relucir su novela Los santos inocentes https://cuenya.blogspot.com/2022/04/los-santos-inocentes.html, y hace unos días nomás le hablaba a mi alumnado tanto de Cinco horas con Mario https://cuenya.blogspot.com/2010/03/cinco-horas-con-mario.html como de Los santos inocentes), o Zorrilla, todo un fenómeno, cuya casa-museo pude visitar de la mano de una guía extraordinaria, que me ha dado ganas de leer sus memorias, las de Zorrilla, claro está.
No sólo el autor de El Camino y el de Don Juan Tenorio son originarios de Pucela (Pucelle), sino Rosa Chacel, la autora de Memorias de Leticia Valle, que el cineasta Miguel Ángel Rivas -con quien tuve un contacto estrecho durante mi etapa en la Escuela de cine de Ponferrada-, llevó a la gran pantalla.
Rosa Chacel, incluida en el grupo de "las sin sombrero", cuenta con una escultura situada en un rincón cercano a donde se halla la de Jorge Guillén, el creador de Cántico, poeta perteneciente a la Generación del 27.  |
El círculo de Recreo |
El monumento dedicado a Guillén se halla en el Parque de Poniente, donde también se encuentran las esculturas de dos niños que están jugando.
Sólo por la figura de Delibes, si uno es devoto de su obra, ya merece la pena, mejor dicho la alegría, una visita a la ciudad del Pisuerga. Al lado del monumento a Zorrilla, ubicado en el inicio del emblemático paseo Zorrilla (que supera los cuatro kilómetros de longitud), se halla una estatua del autor de La mortaja, justo antes de adentrarse en el Campo Grande (al que le digo el Campón, un sitio maravilloso para pasear y encontrarse con pavos reales -como si uno se adentrara en la fantasía fílmica de Amarcord- y diversas esculturas, como la del fotógrafo, Neptuno o Fuente del cisne... también aquí se encuentra otra de Rosa Chacel).  |
Delibes |
A poca distancia de donde se colocó la escultura de Delibes, en la Acera de Recoletos, número 12, nació este gran escritor el 17 de octubre de 1920. Y en esta casa escribió una buena parte de su obra. A la izquierda de la puerta de la casa una placa nos dice que allí nació. Y en el marco de la placa podemos leer esta frase suya: «Soy como un árbol que crece donde lo plantan».
En 1980, Delibes y sus hijos se mudaron a la calle Dos de Mayo, que sería su última vivienda, donde falleció, como nos recuerda otra placa.
Existe el auditorio Miguel Delibes, incluso una ruta literaria dedicada a su obra El hereje, que comienza en la plaza de San Pablo (me entusiasmó la iglesia de San Pablo, donde fueron bautizados Felipe II y Felipe IV, aquí me encontré por pura casualidad con mi alumna de la Experiencia Elia) y termina en Campo Grande, una ruta que transita por lugares de esta novela en la que su autor reconstruye la ciudad en el siglo XVI.  |
Casa natal de Delibes |
Además de un escritor extraordinario, Delibes fue director de El Norte de Castilla, y mentor del coloso Umbral, que merecería un capítulo aparte.
Umbral vallisoletano
De madre leonesa, de Valencia de don Juan, según contara él mismo en Las palabras de la tribu, Umbral vivió su infancia y juventud en Valladolid como botones del Banco Central, dedicado a encender la calefacción, distribuir correspondencia, hacer recados callejeros y cobros a domicilio, "una infancia cruel y una adolescencia atroz", donde comenzó su carrera periodística en 1958 en El Norte de Castilla gracias a Delibes, que era el director del periódico en ese tiempo. Umbral, que ansiaba ser sublime sin interrupción como el poeta Baudelaire, también trabajó como locutor en La voz de León, con colaboraciones para el periódico Diario de León.
De esa época es su relato Días sin escuela, donde narra sus andanzas por la ciudad de León. En la Acera de Recoletos, calle en la que nació Delibes, conoció a la fotógrafa María España en Valladolid, con quien se casó a finales de los cincuenta en la iglesia de San Martín.
Si rastreamos en la obra de Umbral, aunque no la mencione de un modo explícito, sabemos que está haciendo referencia a la misma como "ciudad del plateresco.... levítica... de procesiones..." en algunos de sus libros como Los males sagrados, Balada de gamberros, Las giganteas, El hijo de Greta Garbo (con alusiones a León), Las ninfas, Los cuadernos de Luis Vives o La capital del dolor. Aquel Valladolid que compartió con algunos de sus amigos como el berciano Luis López Álvarez https://cuenya.blogspot.com/2013/12/la-fragua-literaria-leonesa-luis-lopez.html "A la Casa de Zorrilla yo iba a aprender y a pasar la tarde del domingo, con frío pero con versos, sintiéndome muy literario… Comprendí pronto que no éramos sino la herencia espuria que podía dejar don José Zorrilla", escribe Umbral.
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Rosa Chacel en Campo Grande |
"Al Frondor -así le llama Umbral al Campo Grande de Valladolid- iba yo solo con frecuencia, no a descubrir grutas secretas y municipales, o altos palomares de la tarde, sino a posar ante mí mismo de Shelley de pueblo, con un libro en la mano, aislado en un banco… La infancia que resumía el universo en un parque con países de arena y pavos reales; la adolescencia turbia que se embozaba de parque para el amor y la aventura; la juventud lírica que estaba dentro del parque como dentro de un libro… El Frondor era un mundo populoso de barquilleros, amantes, ancianos, parejas, golfos, guardas y pandillas, pero yo estaba en la edad de ignorar la vida (que sería la materia de mi prosa) y concentrarme en el árbol o el ave… La adolescencia no es sino una silenciosa batalla de vocaciones".
"Tampoco leí nunca en la Casa de Cervantes, porque no me lo pidieron y porque mi fascinación era la prosa de periódico y no el recital público, el sarao literario y cursi".
Casa-museo de Cervantes
En esta reciente visita también estuve en la casa-museo de Cervantes, quien llegó a Valladolid como encausado ante la justicia por impago de fondos públicos y se aposentó con su familia en la capital castellano-leonesa, que llegó a ser capital del Imperio, capital de España, la Corte, desde 1601 a 1606. Esto ocurrió durante el reinado de Felipe III. En este tiempo también llegaron a la capital del Pisuerga Quevedo, que inició su carrera poética y sus andares en la prosa satírica, burlesca, y Góngora. Y comenzaron las disputas entre ambos (el creador de El Buscón y el autor de Soledades).Me fascina la figura y la obra de Cervantes. Sólo por escribir el Quijote, el manco de Lepanto ya se merecería todas las glorias literarias.
Estuvo en Roma.
Participó en la batalla de Lepanto, donde perdió el uso de la mano izquierda. Más tarde intervino en la toma de Túnez y, cuando se disponía a regresar a España en 1575, la galera donde viajaba fue asaltada por corsarios y fue apresado junto a la tripulación y a su hermano Rodrigo.
Tras varios años de cautiverio en Argel y repetidos intentos de fuga, fue redimido en 1580. Siguiendo los pasos de la Corte, fue a Portugal.
Regresó a Lisboa y después fue a Madrid, donde en 1582 comenzó una intensa actividad literaria.
En varias ocasiones estuvo en la cárcel por acusaciones relacionadas con asuntos de la hacienda real.
En 1604, esta vez siguiendo a la Corte de Felipe III, que se había convertido en capital del reino en 1601 (gracias a la intervención del duque de Lerma), Cervantes se estableció en Valladolid con sus hermanas Andrea y Magdalena, su hija Isabel, su sobrina Constanza y la criada, como contara la magnífica guía de la casa museo de Valladolid.
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Pisuerga |
Una estupenda visita guiada por esta casa que, a pesar de diferentes obras a lo largo de los siglos, ha mantenido íntegra su estructura y disposición interior. En la actualidad conserva una fachada de sillería y mampostería en la planta baja y de ladrillo visto que oculta el original entramado de madera en los pisos superiores. Sus balcones, que en origen eran de madera, ahora son volados y de forja antigua. Con un zaguán con pozo y un jardín que ha experimentado variaciones en estructura y decoración.
Esta casa se hallaba en otros tiempos extramuros de la ciudad y muy próxima al cauce del río Esgueva (afluente del Pisuerga).
En Valladolid, Cervantes coincidió con Quevedo y Góngora, entre otros grandes literatos.
Se cree que en esta casa museo -la única residencia de Cervantes que se conserva en su estado original en España- escribió el prólogo y los poemas preliminares a la primera parte del Quijote y probablemente algunas de sus Novelas Ejemplares, como El coloquio de los perros, El casamiento engañoso, La ilustre fregona, El licenciado Vidriera o La gitanilla, pues contienen referencias a Valladolid.
"...nuestra señora Margarita salió a misa de parida en Valladolid" (La gitanilla).
"-De Madrid, cielo y suelo; de Valladolid, los entresuelos" (El licenciado Vidriera).
“Salía del Hospital de la Resurrección, que está en Valladolid, fuera de la Puerta del Campo…” (El casamiento engañoso). Algunos escenarios, que aparecen en sus novelas, son, como recuerda alguna placa, el desaparecido Hospital de la Resurrección, del que se conserva la fachada.
La Puerta del Campo, además, es en La ilustre fregona el punto de encuentro que fijan Avendaño y su ayo. El río Pisuerga y el Hospital de la Resurrección se mencionan en El Coloquio de los perros.
Hubo un tiempo en que esta casa estuvo a punto de derruirse para hacer un ensanche moderno, pero se pudo evitar gracias a la intervención del mecenas Benigno de la Vega-Inclán, que consiguió las reparaciones y compras pertinentes con su propia ayuda además de otras ayudas.  |
Monumento al cine |
Y, como no sólo de historia y arte, cultura y recuerdos, vive este viajero, pues también tuve la ocasión de degustar la gastronomía pucelana en sitios como Vinos Merino o Los zagales, entre otros. Y tomar café en un edificio llamativo, histórico, glamuroso, como El círculo de Recreo.
Se cuenta que Colón falleció en la capital del Pisuerga, aunque sus restos están en la catedral de Sevilla, que también pude visitar en mi viaje de la pasada Navidad.
Hasta la próxima.