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lunes, 15 de diciembre de 2025

Valor sentimental, de Joachim Trier


Este pasado viernes veía, con el alumnado de la Universidad de la Experiencia en los cines Van Gogh de León, Valor sentimental (2025), la reciente película de Joachim Trier, un director noruego del que sólo he podido ver por el momento esta obra, que me ha resultado impactante, como si estuviera visionando una película del cineasta sueco Bergman en lo referente al guion y la construcción de personajes
, y hasta me atrevería a decir que por momentos tuve la impresión de estar delante de la película Persona, https://cuenya.blogspot.com/2023/03/fanny-y-alexander-de-bergman.html, lo que en absoluto, quede claro, le resta valor (valga la redundancia) a este Valor sentimental, que también remite a la obra del dramaturgo Ibsen. 
Premiada por el jurado en el festival de Cannes, optará, junto con la española Sirât -otro peliculón que tuve a bien reseñar en este mismo blog-, a los premios Óscar como mejor película en lengua no inglesa.

Respecto a Joachim Trier (pariente lejano del cineasta danés Lars von Trier, uno de los creadores del cine Dogma 95), cabe decir que, aunque nacido en Copenhague-Dinamarca, Joachim Trier es uno de los cineastas noruegos con más proyección internacional, el cual volvió a contar para Valor sentimental con su musa Reinsve, y su guionista Eskil Vogt, además de la música del compositor noruego Ola Fløttum, que contribuye a crear una atmósfera de hondura psicológica, habida cuenta de que esta película explora (ahondando en las emociones, en el pasado) los traumas de la infancia, la depresión, las complejas relaciones familiares entre un padre, Gustav Borg (encarnado con matices interpretativos por el actor Stellan Skarsgård, que podría ser un alter ego del cineasta Ingmar Bergman) y sus dos hijas, Nora (con nombre de actriz teatral, encarnada por la portentosa artista noruega Renate Reinsve) y Agnes (la deslumbrante Inga Ibsdotter Lilleaas, me ha encantado la actuación de esta actriz). 

Salvando las distancias, Valor sentimental también me ha recordado a Los domingos, de Alauda Ruiz de Azúa, en su exploración de las complejas relaciones familiares. https://cuenya.blogspot.com/2025/11/los-domingos-de-alauda-ruiz-de-azua.html 


Valor sentimental, filmada buena parte de la misma en primeros planos (esa es la impresión al menos), acaso para que nos introduzcamos en el mundo interior de sus personajes, los cuales nos cautivan, adentrándonos en su pasado y su presente, una historia (narrada en tiempo presente) que nos habla de las ausencias, heridas emocionales y dolores de estos personajes que  establecen sus vínculos afectivos en función de esas heridas emocionales, un drama familiar, en definitiva, que se nos muestra a través del recurso del metacine, del cine dentro del cine, como pretexto para hablar de estas heridas familiares, de los traumas del pasado, porque el padre de familia, Borg, es un famoso director de cine al que curiosamente no le gusta el teatro (por tanto, no va a ver las funciones de su hija Nora), un personaje complejo, controlador obsesivo, que decide emprender un nuevo proyecto cinematográfico sobre su pasado familiar (un drama autobiográfico) con el fin de recuperar a sus hijas, con quienes apenas ha tenido contacto durante años, tras el fallecimiento de su mujer, ofreciéndole un papel protagónico a su hija mayor Nora (actriz de teatro en la película), acaso como búsqueda del perdón por parte de ella, aunque Nora rechazará en un inicio indignada esta oferta, que llevará a su padre a dárselo a una joven y emergente estrella del cine americano llamada Rachel Kemp (interpretada por la sorprendente actriz y modelo estadounidense Elle Fanning, que aporta brillo, una suave ironía sobre la fama, la industria del cine como foco de neurosis), lo que intensificará las heridas familiares, porque sí acepta en un principio este papel -que por cierto no encaja en su estilo interpretativo hollywoodiense, el cual resulta extrovertido en comparación con el estilo introspectivo nórdico-, para finalmente dejarlo en manos de Nora, la auténtica protagonista de la historia. 

El personaje de Kemp, cuya presencia en el cartel animará a productores y distribuidores de cine, Netflix incluida, le sirve a Trier y su coguionista Vogt para hacer una crítica a los criterios que imperan en la producción cinematográfica y también a determinados medios de comunicación, que no ponen el interés en el propio cine. 

La idea de Borg es rodar su película en la casa familiar, "la casa de los fantasmas", o sea, la casa Usher (por decirlo a lo Allan Poe), la casa roja que vemos al inicio mediante una secuencia magnífica, mientras una voz en off nos la describe (haciendo asimismo uso de un montaje frenético), la vieja casa de la familia de Gustav Borg, que en apariencia es hermosa, aunque con las fisuras emocionales de la familia que la ha habitado, donde se criaron sus hijas, junto a su madre, incluso después de que él las abandonara, y que fue escenario de tragedias como el suicidio de la madre del propio Borg cuando él era un niño.  


“Las casas siempre están ahí, permanentes e inmóviles, observando cómo la gente que las habita va cambiando; y por eso nos recuerdan qué fugaces son nuestras vidas y que, por tanto, es muy importante reparar el daño que nos causamos los unos a los otros antes de que sea demasiado tarde”, cuenta Joachim Trier acerca del espacio físico donde transcurre buena parte de su película Valor sentimental, que por lo demás se sirve de la técnica del reencuadre usando elementos dentro del plano (ventanas, puertas, marcos) para crear un cuadro dentro del cuadro, enfocando nuestra atención, revelando información, enmarcando al personaje o personajes para enfatizar su aislamiento o dar la sensación de opresión, para componer imágenes ricas, etc. 

Una casa que le sirve como escenario para religar el pasado y el presente, la realidad y la ficción cinematográfica, donde desea rodar este cineasta adicto al alcohol, con sus fantasmas, los conflictos con sus hijas, sobre todo con Nora, que es una chica depresiva, con muchos miedos, entre ellos el pánico escénico, y rabia contenida (en cierto sentido parecida en lo psíquico a su padre, tal vez por eso siente una mayor hostilidad hacia él), porque la hermana pequeña de Nora, Agnes (encarnada por Inga Ibsdotter Lilleaas, con su mirada temblorosa, con sus ojos luminosos) pisa tierra (ella que también actuó siendo niña para una película de su padre), es el ancla que mantiene a flote la familia. 

Resulta realmente emocionante cómo Agnes se vuelve esencial en el entramado emocional, hacia el final de la película, y nos fascina con su extraordinaria interpretación a través de una secuencia genuina, verdadera, de silencios y la conversación que mantiene con su hermana Nora. Pura magia cinematográfica. 


Me apetece señalar que esta joven actriz noruega, Inga Ibsdotter, nominada a mejor interpretación de reparto en los Premios Gotham 2025, se formó en el prestigioso Instituto de teatro y cine Lee Strasberg de Nueva York. 

Lee Strasberg, a quien vemos como actor en el Padrino II en su papel como Roth https://cuenya.blogspot.com/2025/03/el-padrino-ii-de-coppola.html, fue el director del Actors Studio (el método, con la inspiración del sistema Stanislavski y su memoria emocional), considerada como una de las escuelas más importantes de interpretación del mundo, donde se han formado grandes actores y actrices como Marilyn Monroe, Jane Fonda, Paul Newman, Al Pacino, Dustin Hoffman, entre otros muchos. 

Recordemos grandes obras del cine dentro del cine, como Ocho y medio, de Fellini https://cuenya.blogspot.com/2010/06/fellini-quien-llore-cuando-se-murio.html, Cinema Paradiso, de Tornatore https://cuenya.blogspot.com/2020/07/cinema-paradiso.html, o bien La noche americana, de Truffaut y El crepúsculo de los dioses, de Wilder, entre otras. A las que se suma ahora Valor sentimental, una película ambientada en una Noruega primaveral pero que nos duele, porque mete el dedo en la llaga, aunque también contenga algunos pasajes aderezados con un fino humor, con referencias a la silla de Ikea o bien a Netflix. 

Estamos ante una obra excelente, aclamada por el público y con grandes posibilidades de conseguir el Óscar a la mejor película extranjera, aunque mi apuesta también es por Sirât, el peliculón de Oliver Laxe https://cuenya.blogspot.com/2025/09/sirat-de-laxe.html, que además está rodada en Marruecos, donde espero viajar bien pronto. 


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