Os dejo el prólogo que hiciera par Antaño, el poemario de Marien del Canto. Gracias por tu dedicatoria, Marien, me ha llegado al alma eso de: "por tu apoyo incondicional y calidad humana". Estamos para ayudarnos, apoyarnos. Eso creo. Uno siempre agradece sentirse arropado.
Últimamente estoy haciendo varios prólogos. A este paso me convertiré en un experto en la materia. Es broma. Nomás de nomasito. Salud.
Marien del Canto, que es una mujer inquieta, nos ofrece ahora estos versos, estos poemas o textos narrativos, a través de los cuales nos cuenta historias de amor y de desamor, incluso de muerte, que son en realidad los grandes temas de la Humanidad, los grandes y casi únicos temas universales, me atrevería a señalar, porque, como nos dijera el genio mejicano Rulfo –maestro que fuera de la palabra precisa y aun de las imágenes que nos devuelven la belleza poética- sólo existen tres temas, a saber, el amor, la vida y la muerte. Vida y muerte como cara y cruz de una misma moneda; el amor en forma de sonrisa del amanecer y el desamor en forma de corazón hecho añicos. Como ella misma nos dice en este libro.
Marien del Canto, que además es fotógrafa como Rulfo, o sea, alguien que sabe captar y plasmar la realidad a través de imagen, se adentra ahora en el terreno de la palabra, de la palabra poética, para obsequiarnos con estos disparos, directos al corazón, con estas instantáneas, con este impresionismo, pues así es como recibimos sus poemas.
En un universo donde existen miedos, angustia, desengaños, traiciones…, tal y como nos muestra Marien, también agradecemos, como lectores, el amor, la ternura, que siente una hija por sus padres y aun por su abuela.
Esta creadora leonesa, alma libre que busca su lugar en el mundo, como ella misma escribe, cierra el libro con un canto (en honor a su apellido) a la vida.
“Quiero vivir hasta que la llama de la vida/ apague mi aliento…”. Pues eso mismo, ante todo, la vida firmeza.
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