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domingo, 3 de julio de 2022

A Sendo, el gran artista maragato

 No llegué a tener trato con Sendo, sólo lo vi y lo saludé una vez, y eso fue en Albares de La Ribera en octubre del pasado año, antes de la presentación del libro sobre la minería de Cecilia Orueta. 

Sendo, foto Eloy Rubio

No lo conocía, pues, a Sendo, pero tanto me han hablado de él, que es como si lo conociera de toda la vida. 

Sólo lo vi en una ocasión pero me pareció que tenía cara de muy buena persona y a buen seguro lo era, por lo que me cuentan quienes lo conocieron y tuvieron amistad con él, empezando por la amiga Álida Ares, que siente mucho su fallecimiento. 

Recuerdo que Álida me habló de él estando con ella y su marido Jordi en el Trentino, en Italia, en el 2019, donde viven. Un viaje magnífico, gracias por supuesto a su proverbial hospitalidad. 

También Álida me dijo que Sendo había estado con su mujer en su casa de Italia. 

No en vano, a Álida le recordaban las pinturas de Sendo a algunas del Renacimiento italiano. 


Lamento que se haya muerto Sendo, porque, aunque sólo lo vi una vez, me quedé con su rostro de buena gente. Me quedo con la buena gente. Y, si además es un buen artista, mejor que mejor. La buena gente de verdad, creo, no abunda. Esa es al menos mi opinión. 

Sendo también era querido -seguirá siéndolo, además ahí queda su obra- por el amigo periodista y escritor Tomás Álvarez. Y también por la artista Cecilia Orueta y el gran escritor Julio Llamazares. Tanto es así que lo saludé a través de Julio Llamazares en Albares de la Ribera, la tierra del padre de mi madre, Antonio, alias el chulo, pues allí presentaba Cecilia, como ya había adelantado, su magnífico libro titulado The End. 

Recuerdo que el estupendo libro Cosas de la bucólica. La gastronomía en el Quijote, de Tomás Álvarez, está ilustrado por Sendo. 

Conservo una instantánea de ese día, del grupo en el que estaba Sendo, de personas como Avelino Fierro, Héctor Escobar o el propio Llamazares, en Albares, en concreto enfrente del edificio de Usos Múltiples de esta localidad berciana, donde en tiempos uno llegara a impartir un taller de teatro.

Ahora, que ya no podré entablar charla con Sendo, procuraré conocer a fondo su obra artística, en la que el gran artista maragato ha dejado impreso su espíritu, su alma. 


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