El próximo jueves 22 de abril, después de impartir mi curso de escritura en León, iré a Villaquilambre a charlar sobre los viajes y la escritura viajera de Pardo Bazán, autora gallega nacida a mediados del siglo XIX en A Coruña. Y que este año se cumple el centenario de su muerte en la capital de España.
Una escritora todoterreno, que abordó varios géneros literarios (novela, poesía, ensayo -uno dedicado al padre Feijoo-...), entre ellos el de viajes, habida cuenta de que era una mujer de clase alta, condesa, para más señas, que defendía al proletariado y la educación de las mujeres y podía permitirse el lujo (qué vaya lujazo) de viajar por España y aun por Europa, por el placer de viajar, como hacían los románticos, en un tiempo en que los viajes estaban al alcance de muy pocos.
Una mujer cosmopolita que aprendió a hablar varios idiomas, entre ellos francés, inglés y alemán, lo que sirvió, en efecto, para poder viajar por diversos países de Europa. A este respecto cabe destacar sus viajes como Por Francia y por Alemania y De España a Ginebra, que se me antoja realmente interesante y al tiempo me hace recordar el viaje (el último) que realizara nuestro romántico berciano Gil y Carrasco de Madrid a Berlín, éste en misión diplomática. Algo que también llegó a hacer, casi casi, Emilia Pardo Bazán, como su viaje a Francia con motivo de la Expo Universal de 1889, del que deja constancia en su Al pie de la Torre Eiffel (Crónicas de la Exposición) (1889).
En realidad, Pardo Bazán tenía gran querencia por el vecino país galo, tal vez su segunda patria o matria. No en vano, es evidente la influencia de la literatura francesa, sobre todo de Balzac (el autor de La comedia humana), Daudet (creador de Cartas desde mi molino) y sobre todo Zola (autor de Germinal), en su obra. El realismo y/o naturalismo (reproducción de la realidad cual se tratara de un documental) impregna toda su obra, cuya novela tal vez más influyente es Los pazos de Ulloa, sobre la decadencia del mundo rural gallego y de la aristocracia, a la que ella pertenecía (incluso con su pazo de Meirás).
Una novela, Los pazos de Ulloa, adaptada a la televisión como serie por el cineasta y escritor astur Gonzalo Suárez, quien otrora fuera director honorario y honorífico de nuestra Escuela de Cine de Ponferrada.
Los viajes y la literatura de viajes (que por lo demás es la madre de la literatura), son constantes a lo largo de su vida, incluso sus viajes secretos con su amante, el escritor Galdós (el autor de novelas como Tristana y Nazarín, ambas adaptadas por el genio Buñuel).
Pardo Bazán y Galdós mantuvieron una correspondencia que podría llevarnos, salvando todas las distancias, al universo de Anaïs Nin y Henry Miller.
Sea como fuere, Pardo Bazán, cuyo museo se halla en el corazón de la antigua Coruña, cerca María Pita, fue una mujer avanzada para su época, como lo fuera su contemporánea almeriense Carmen de Burgos (considerada como la primera corresponsal de guerra y defensora de los derechos de las mujeres).
No hay comentarios:
Publicar un comentario