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jueves, 7 de diciembre de 2017

De Matarrosa del Sil a Madrid: Leo Harlem

Tengo la impresión de que el Bierzo Alto sigue siendo un gran desconocido, incluso para quienes viven en el Bierzo Bajo, lo cual tiene tela. 
En cualquier caso el Bierzo Bajo, con respecto al Alto, es a buen seguro el que más proyección ha tenido, sobre todo en los últimos tiempos a raíz del vino, aunque tampoco sea para tirar cohetes. 
Y si digo Matarrosa del Sil, creo, con sinceridad, que a poca gente le sonará, salvo a quienes viven por la zona. Y los "avecindados". Por supuesto. 
Leo Harlem
Mi padre, cuyo espíritu siempre me acompaña, me contaba que en Matarrosa (curiosín nombre) vivía Tin de Paz, de la familia de Paz, que en Noceda era toda una institución. Y de Matarrosa resultó ser originario Adolfo Cuenya, a quien llegué a saludar en una ocasión en la ciudad francesa de Dijon. Y nunca más, nunca mais volví a verlo. 
En Matarrosa vive o vivía el taxidermista Solís Fernández, del que guardo un buen recuerdo: http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/solis-fernandez-fenomeno_292120.html
Y Matarrosa es el pueblo en el que Javier R. Sotuela, "el cura comunista", ejerciera como párroco a finales de los sesenta. Y quien bautizara al famoso humorista Leo Harlem, que acaba de recibir el premio Lambrión Chupacandiles, que otorga el colectivo 'Plumillas bercianos en Madrid', liderado por el periodista toreniense Juanma G. Colinas, encargado asimismo de llevar a buen puerto la Ciberbotillada en Cacabelos (en enero de 2018 está prevista la siguiente Ciber-botillada en La Moncloa de San Lázaro). 
El término 'Lambrión' me arranca la sonrisa. "Sos un llambrión, rapaz", se decía antaño en mi pueblo a un guajín goloso o glotón, al que le gustaba rebañar el plato. 
Por lo demás, el Lambrión Chupacandiles, vaya nombrecito, es quien anuncia la celebración de la Semana Santa ponferradina.  
Juanma Colinas, Toño Criado y Leo Harlem
Me contaba Sotuela hace dos años, en un encuentro poético-musical en la localidad gallega de Quiroga, que él había bautizado a Leo Harlem. 
-Leo, Sotuela te bautizó -le digo. 
-Pues era tan pequeño -sonríe- que no me acuerdo. 
El pasado lunes (día de Santa Bárbara, patrona de los mineros) asistía a una reunión-cena en Prada A Tope, en Madrid, en la que Leo Harlem recibía el Lambrión Chupacandiles. 
Azares de la vida, al día siguiente del encuentro con este fenómeno mediático, me llamaba por teléfono Sotuela para decirme si había recibido un correo postal suyo. 
-Qué casualidad o causalidad, estoy en Madrid, Javier. Y ayer estuve con Leo Harlem, a quien tú bautizaras.
-Qué bien, así es. Muy buena su familia. 
La conversación con Sotuela dura un rato. Pero no voy a reproducirla entera. 
La cena fue un pretexto para reunirnos, porque lo de verdad importante, al menos para uno, fue ver/escuchar y conversar con Leo así como el intercambio de impresiones con un buen puñado de periodistas/comunicadores del Bierzo, entre ellos, Mario Tascón (que también recibiera el Lambrión en otra edición), Esther Freire (con quien me gustó charlar), mi paisana Raquel Arias (alegría que me dio verla allí, una agradable sorpresa), Raquel Peláez (a quien deseo entrevistar pronto, porque además de buena periodista es escritora), Sara Jusuy (que también se ocupó de la intendencia), José Antonio Álvarez Gundín (Director de los servicios informativos de TVE), Benito Ordóñez (que hizo un reportaje fotográfico del encuentro), Pacho Rodríguez (corresponsal de Diario de León en Madrid, con quien tuve una sustanciosa charla acerca del mundo periodístico), el gran pintor cacabelense Pepe Carralero (que también recibiera este premio. Un hombre en verdad simpático y vital, al que le tengo afecto), Macarena Ruiz (pintora, profesora en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense y compañera de Carralero, buena chica) o Toño Criado, que, junto a Juanma G. Colinas, es organizador de este evento y quien me animó a viajar a Madrid para asistir a esta 'quedada', que amenizara Leo Harlem con su humor,  lo cual se agradece mucho, porque el humor siempre pone salsa a la vida. 
Toño Criado y Leo Harlem
Harlem se mostró cercano, amable, incluso diría que entrañable. Como si uno ya lo conociera de toda la vida, aunque fuera la primera vez que lo veía en vivo y en directo. 
Además de parecerlo (las apariencias en ocasiones revelan más que ocultan) es un tipo realmente con chispa, con ingenio. Y con una gran capacidad de observación y sentido analítico. A Leo no parece gustarle nada el mundo artificial, virtual, tecnológico en el que vivimos, acaso porque él es alguien natural, humanista, al que le gustaría recuperar el silencio, la calma, la vida menos apresurada, el tiempo que permita hacernos reflexionar... En esencia, dice que él sigue viviendo como siempre, como cuando era panadero o camarero (antes de dedicarse, ya con cuarenta años, al espectáculo), aunque eso sí con más guita, aclara. 
Bien sabemos que en este mundo circense "si no hay sardina, la foca no baila", como tú me recordaste. 
En el fondo, "en este mundo los hay que van a lo suyo, menos yo que voy a lo mío". 
Si bien reconoce que tiene buen trato con sus colegas, siente sobre todo afinidad con el humorista Luis Piedrahita, que llegó a estudiar comunicación audiovisual o cine. 
Me gustó ver y hablar con Leo Harlem, fundamentalmente después de la cena, al amor de unas cervezas, en compañía también de Toño Criado (periodista de raza, y autor del interesante libro 'Lobos por el Bierzo') y el propio Juanma G. Colinas, entre alguna otra gente. 
"Nacer en el Bierzo es un milagro", llegó a decir Leo Harlem con su característico sentido del humor. Sí, nacer en el Bierzo es un milagro, lo que me hace recordar, salvando las distancias, a ese inicio magistral de 'La región más transparente', del escritor mexicano Carlos Fuentes: "Mi nombre es Ixca Cienfuegos. Nací y vivo en México, D.F. Esto no es grave. En México no hay tragedia: todo se vuelve afrenta". 
Pepe Carralero y Macarena Ruiz
Aunque sólo viviera en Matarrosa hasta los siete años, Leo Harlem habla con afecto del Bierzo. Y prometió que en la próxima primavera nos haría una visita, que incluso se acercaría a Noceda: el útero de Gistredo. Estaría bien. Pues su madre nació en Primout, ese pueblo con sonoridad francesa en que impartiera clases el poeta astur Ángel González. 
"Leo, alguna vez caminamos, monte a través, desde mi pueblo, Noceda, hasta el pueblo de tu madre, Primout". Qué jovencitos éramos y cuántas ilusiones. 
Su madre, de Primout. Y su padre, de Caboalles, tal vez por eso lo hemos visto/escuchado hablar de Villablino en algunos de sus monólogos. 
Berciano y lacianiego, Leo Harlem ha vivido parte de su vida en Valladolid, donde desea retirarse cuando deje el mundo de los monólogos. Pero de momento seguirá escribiendo (le gusta escribir, ahora está con una buena idea para el guión de un largometraje), actuando (acaba de participar en una película) y viajando. 
Espero, Leo, que te guste 'Mapas afectivos', y te devuelva, en cierto modo, a nuestro Bierzo, "paraíso sexual del chorizo más picante y la castaña más dulce". 

2 comentarios:

  1. Por que yo en mi infancia he vivido en Matarrosa y de vez en cuando suelo ir a rememorar viejas vivencias y lugares. Un saludo!!

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