http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/alexandre_285835.html (Diario de León, 16/10/2006)
El gran Manuel Alexandre, que recibiera hace unos años un premio-Retina de manos de los responsables del Festival de Cine de Ponferrada, nos ha dicho adiós.
Alguna vez llegué a verlo en el café Gijón de Madrid, mirando hacia el exterior, como si estuviera contemplando, hipnotizado, alguna película. Su mirar nostálgico y su pose serena lo hacían parecer un tipo entrañable. Su ya avanzada edad (y sus pocas ganas por el viaje, supongo) no le permitieron acercarse a Ponferrada a recoger su premio. Lástima, porque me hubiera gustado verlo en la capital del Bierzo y charlar con él.
De entre los actores españoles de siempre me parece que Alexandre es un icono, una leyenda, que uno lo lleva en el alma, sobre todo después de verlo en El año de las luces de Fernando Trueba, película ésta que me dejó impresionado en su día, entre otras razones por su interpretación, en ese su papel de librepensador apasionado y buen conocedor de la cultura francesa: Montaigne, Balzac, Flaubert.
Actor fetiche en varias películas de Berlanga -quién no recuerda Bienvenido Mister Marshall, Plácido, El Verdugo, Calabuch o París Tombuctú-, y algunas otras de Fernán Gómez, otro buen amigo y aun valedor suyo, así como en Cómicos, Muerte de un ciclista y Calle Mayor de Bardem.
En realidad, Alexandre ha trabajado con los grandes directores del cine español, desde Mario Camus y Fernando Trueba hasta Gutiérrez Aragón (El Quijote) o José Luis Cuerda (El bosque animado, en Amanece, que no es poco. ¿Quién no se acuerda de su interpretación en Elsa y Fred, del argentino Carnevale, o sus últimos días en el papel de Franco, de Bodegas?
Sigamos disfrutando con sus películas.
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