Valentín Carrera. Foto: Cuenya |
Si bien ha transcurrido el tiempo desde que se presentara Borges en el Bierzo en la pasada feria del libro en Ponferrada, me apetece hacer mención a este libro del periodista y escritor Valentín Carrera, porque en esta obra recoge textos sobre autores y autoras del Bierzo, en realidad de la provincia de León, desde clásicos como Gamoneda (un armario lleno de sombra), Antonio Pereira (oficio de mirar), Carnicer (la mirada libre), Julio Llamazares (Distintas formas de mirar el agua), Guerra Garrido (cuando mala mujer la mar es cruz), César Gavela (el camino heterodoxo y otros pasos), Mestre (rey persa de un solo vasallo), González-Guerrero, o Amancio Prada (Libre te quiero)... a otros autores como el pintor Pepe Sánchez Carralero, el político nocedense Pepe Álvarez de Paz, los hermanos periodistas Mario y Fernando Tascón (La Biblia bastarda), Cano García Ordiz, Santiago Macías, Fermín López Costero, Gonzalo López Alba, Carmen Rodríguez y Sergio Castro, Ruy Vega (El proyecto dream), Berta Pichel (El amor y la memoria siempre vencen al silencio), Sabugal (Hijos y nietas del carbón), Toño criado (Lobos por el Bierzo), o Carlos Fidalgo (prosa de otro mundo). La lista es grande. Desde el ensayo al periodismo, los viajes, la novela o la poesía, incluso la Gramática española para estudiantes italianos, como ha hecho la buena amiga y filóloga Álida Ares, que vive en el Trentino italiano, aunque se pasa largas temporadas en el Bierzo, en Villadepalos.
https://cuenya.blogspot.com/2012/12/la-fragua-literaria-leonesa-valentin.html
Por supuesto, me hace ilusión que Carrera me haya incluido con dos textos: Cuentos en el Bierzo a la manera de Poe y Geografía de las emociones (acerca de Mapas afectivos). Con prólogo de la intrépida y querida periodista Mar Iglesias, quien habla de Valentín Carrera como el nombre en clave del Truman Capote del Bierzo que se convertía en Ramón Carnicer cuando cogía la mochila y recuperaba las Hurdes apodadas Cabrera... O en Julio Verne cuando se metió hasta las trancas en la tierra antártica para cocinar botillo.
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Presentación de Borges en el Bierzo en feria libro de Ponferrada |
Contaba Valentín Carrera que en Borges en el Bierzo rescata del desván hexagonal de la biblioteca de Babel libros y autores que lo han escogido y él les devuelve el favor. La biblioteca de Babel soñada precisamente por el escritor bonaerense Borges. De ahí el título de este volumen. No obstante, a uno le sorprende que lo haya titulado Borges, que es sin duda un escritor de culto, un erudito, polisémico, políglota, con una memoria prodigiosa (tal vez como su Funes el memorioso), aunque en mi opinión se trata de un autor harto complicado de leer por el gran público, porque nos introduce en los sueños (como ocurre en Las ruinas circulares... quién sueña en un sueño, ¿quién nos sueña cuando soñamos?), las paradojas, como en La biblioteca de Babel con sus libros ilegibles (El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas), o un perseguidor perseguido en La muerte y la brújula, el juego especular, la infinitud del tiempo y del espacio (El Aleph...¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca?), el idioma analítico (que tanto fascina a neurocientíficos y lingüistas), la física cuántica, como hace por ejemplo en El jardín de los senderos que se bifurcan (Creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades. No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros, los dos. En este, que un favorable azar me depara, usted ha llegado a mi casa; en otro, usted, al atravesar el jardín, me ha encontrado muerto; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un error, un fantasma), la metaficción y/o erudición libresca (textos que surgen de otros y remiten a un texto original, perdido o inexistente), los laberintos, las bibliotecas, la construcción de mundos alternativos simbólicos a partir de reflejos, inversiones y paralelismos, la identidad (Borges y yo... Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas), la confusión e imbricación entre realidad histórica e imaginación.
Como Borges, que era agnóstico y/o ateo y un descreído en la política (un pacífico y silencioso anarquista que sueña con la desaparición de los gobiernos), uno siente que este escritor argentino hubiera encontrado en el Bierzo un lugar en el mundo para componer sus cuentos y sus poemas, también sus ensayos.
Y mi enhorabuena a Valentín Carrera por esta obra, que me obsequia con esta bella dedicatoria.
https://valentincarrera.es/manuel-cuenya-cuentos-en-el-bierzo-a-la-manera-de-poe/
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