Mi estimado amigo José Luis Carretero, en tiempos gerente del Campus de Ponferrada, me acaba de comunicar la muerte de Justo Fernández Oblanca, quien fuera hasta hace poco Decano de la Facultad de Educación de la Universidad de León, y responsable máximo de la titulación de cine, adscrita a esta facultad, y desde hace algún tiempo tristemente desaparecida, como tristeza enorme me provoca la desaparición del amigo Justo, con quien compartí muchos momentos, incluso tuvo la amabilidad de invitarme también a impartir algún curso en su facultad.
Recuerdo con gran alegría aquellos filandones que organizaba en el mes de noviembre, con la presencia del maestro Pereira, que nos dejaba a todos boquiabiertos cuando se ponía a relatar sus historias, de José María Merino, de Paco Flecha (en tiempos también Vicerrector de la ULE), de Pedrín Trapiello, de Martín Garzo, de Eduardo Keudell, de tantos escritores.
Justo era una persona entrañable, amigo de sus amigos, que un día pudo llegar a ser Vicerrector de Relaciones Internacionales. Qué pena, querido Justo, que aquello no hubiera prosperado, como tampoco prosperó nuestro curso de Lengua española a través del cine, a pesar de que estaba todo en marcha y en el buen camino. Tampoco se hizo realidad tu ilusión de que Manuel Rivas diera una charla sobre literatura en la Facultad de Educación de la Universidad de León, porque la realidad se truncó, como ahora tu vida, y ahí no hay quien a darle la vuelta, porque la muerte es una cabrona que a menudo se ensaña con los buenos, con la gente que realmente merece la pena. Ya sé que todos, tarde o temprano, caminaremos hacia la nada en un viaje sin regreso, pero tú, gran Justo, eras aún joven.
En los últimos tiempos, la verdad, se te veía alicaído, pero no parecía que fuera grave. Incluso Chema, tu amigo del alma, nuestro amigo común, te daba ánimos y te alentaba porque creía que tu "mal", tu malestar era más psicológico que físico, pero no, la procesión, tu procesión estaba por dentro. Qué jodido.
Hoy es 14 de julio, o sea, fiesta Nacional en la France. En cambio, en León será día tristeza porque te nos has ido, tan pronto, tan en silencio. El 14 de julio era fecha que me hacía sentir libre y hasta libérrimo, y me daba por recordar la figura controvertida del marqués de Sade. Hoy no puedo evitar acordarme de ti, amigo Justo, y para ti son estas palabras de cariño, de recuerdo.
Descansa en paz, que desde este útero del Bierzo te seguiremos recordando con muchísimo afecto.
Descanse en paz.
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