Que Asturias es tierra hermana ya lo
sabía, desde que tengo uso de razón, o mejor dicho, desde que siento que en el
Bierzo Alto respiramos y hablamos como en tierras astures. Son muchos los lazos
afectivos que nos unen.
Hoy mismo, al escuchar cantar a Susana
Sela (extraordinaria se me antojó su actuación, acompañada por su banda), me
devolvió a otra época, a un tiempo en el que en mi útero de Gistredo (Xistreu)
la gente hablaba así, tal cual.
Por ahí sigue ese Vocabulario de
Noceda que editara hace años a través del Colectivo Cultural La Iguiada,
que quizá convendría reeditar en una versión ampliada.
Ahora, con la globalización (o lo que
sea), se ha perdido gran parte del habla astur-leonesa en mi pueblo. Pero de
vez en cuando aún se escuchan algunas palabras prestosas.
Permanecí, por lo demás, una buena temporada en
Oviedo, en la Vetusta clarinesca, allá por principios de los ochenta, mientras cursaba estudios en la
Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, con lo cual algo conozco sobre
este espacio, que en el fondo es un mapa afectivo, aunque no aparezca en
mis Mapas afectivos, salvo esa referencia a Ángel González, al que se
citara hoy en el encuentro literario-musical, pues el gran poeta astur vivió un
tiempecito en Páramo del Sil. Y hasta llegó a impartir clases en la aldea de
Primout (también enclavada en la sierra de Gistredo), adonde fuéramos
caminando (me refiero a mis cuates de infancia y adolescencia) alguna vez desde Noceda. Una caminata considerable, sin duda, cruzando toda la sierra -por los Cornapinos- en dirección a la aldea de Pardamaza. Y desde ahí seguiendo el curso del río (una deliciosa excursión) hasta alcanzar Primout.
Olvidaba decir que Cuenya, mi apellido
(que mi padre tomara de su madre Simona, originaria de Mansilla de las Mulas) proviene, con
toda seguridad, de la aldea homónima astur, situada en el concejo de
Nava.
Sirva todo este preámbulo para adentrarnos
en tierras astures, en este caso y en esta ocasión, en La Felguera, que también
es cuenca minera, como lo fuera otrora el Bierzo Alto: Arlanza, Losada, Tremor,
Torre, Fabero... por citar sólo algunas poblaciones. En la actualidad, bien lo
sabemos, la minería en el Bierzo ya está de capa caída, por no decir
moribunda.
Me gustó viajar a La Felguera (donde nunca
antes había estado) en compañía de varios autores y autoras de León, comandados
por Teresa González, organizadora del Tercer encuentro literario y musical
entre Asturias y León. Con el impulso, por parte asturiana, de Javier Cellino y José Ramón López Menéndez (director del Centro de Creación Escénica Álvarez-Nóvoa).
Un motivo estupendo para reunirse
narradores y poetas, además de músicos, de ambas provincias, que en verdad
podría ser la misma (históricamente, ahí estuvieron el antiguo Reino de
Asturias y el Reino de León).
Ayer en La Felguera. Foto de Marcelo Óscar Barrientos Tettamanti |
Una buena ocasión para intercambiar textos,
poemas, pareceres, sentires..., lo cual siempre resulta enriquecedor. Y como no
sólo de poesía y música vivimos los seres humanos, demasiado animalines, a
veces, pues también nos juntamos en la Casa del Marqués para comer. Me resultó
harto placentero, sobre todo, la sidrina y la fabada, tan propias de las
Asturies. Un goce para los sentidos.
Y me encantó escuchar a los compañeros y
compañeras tanto de León como de Asturias en el centro de Creación Escénica Álvarez-Nóvoa, que toma su nombre del inolvidable actor y director Carlos, al que tuve la
ocasión de conocer. Un hombre inteligente, sensible, un ser entrañable.
Cabe señalar que Álvarez-Nóvoa era algo
leonés-berciano, habida cuenta de que su padre nació en Ponferrada, porque su
abuelo paterno, Bienvenido, llegó a ejercer como notario en la capital del
Bierzo y en Bembibre. Así que este centro también nos religa y nos
hermana a leoneses/as y asturianos/as.
Merece la pena visitar asimismo la expo Kanya En Femenino (creada en León), que alberga el centro Álvarez-Nóvoa. Allí pueden verse, entre otras obras artísticas, la muñeca diseñada por la poeta, pintora y escultura Charo Acera y algo que me impactó: unos cuadros titulados Menstruación.
Gracias a todos y todas, tanto de la parte
leonesa: Teresa González (por su manejo al volante y la organización del
evento), Juan Campal (astur de nacimiento y leonés de adopción, por su
elegancia y generosidad), Toño Morala (por su performance y su ingenio humorístico), Mercedes
González Rojo (por su vitalidad), Marcelo Oscar Barrientos Tettamanti (por su buen humor, su plática y sus fotos), Manuela Vidal Vallinas (por su poesía de corte lorquiano y su compañía), Noemí
Montañes Fernández (por su desparpajo), Alicia López Martínez (astur
de nacimiento y leonesa de adopción, por su dulzura lírica), Cris Flantains (por
sus reflexiones), Rosa Marina González Quevedo (por sus aires y sones cubanos), Isa
Milnueve (por su voz, por su concierto) como de la parte de Asturias:
Esperanza Medina (por sus poemarios y por ese maravilloso gesto de escanciar sidra), Natalia Menéndez (por
sus poemarios y su conversación, queda construido el "puente de las palabras", como tú dices, entre León y Asturias), Ricardo Labra (por su maestría), el
propio Javier Cellino (por la organización), Armando Vega (por la
brevedad impactante de sus poemas), Agustín Antequera (originario de
Madrid, por su fuerza poética), Susana Sela (por su puesta en escena y su
música) y May Rodríguez Andrés-Reverso (por sus canciones). Espero no haberme olvidado de nadie. En todo caso,
valgan también mis agradecimientos para quienes nos arroparon y acompañaron en
esta hermosa jornada de convivencia. Hasta la próxima. Entonces sí, haremos una visita por la cuenca del Nalón, por esa Felguera en la que naciera la legendaria banda de los Stukas.
Gracias, Manuel, por tu cariño y tu escrito. Gracias pir retratar a cada uno de los partícipes de forma tan personal e impactante. Otro recuerdo que se aúna en este dia. Besos.
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