Este verano, a finales de agosto y comienzos de septiembre, tuve la inquietud por acercarme a los lagos de Covadonga.
Desde Arenas de Cabrales, de lo que ya hablé en otra entrada en este mismo blog, queda cerca. https://cuenya.blogspot.com/2023/09/el-latido-de-la-naturaleza-en-picos-de.html
Y tenía ganas de volver a ver estos lagos porque hacía, creo que unos treinta años, que se dice pronto, que no estaba en esta zona lacustre, plena de belleza romántica, máxime si el clima se vuelve brumoso, como me ocurriera con este aún reciente viaje, que ahora vuelvo a rememorar.
Y digo belleza romántica porque el mito de Frankenstein lo creó la escritora Mary Shelley a orillas del lago suizo de Lemán, en Ginebra, una noche tormentosa de verano, en concreto en el verano frío y lluvioso de 1816. Hace ahora algo más de doscientos años. Sobre esta apasionante historia he escrito en varias ocasiones.El propio cineasta astur Gonzalo Suárez, a quien sigo recordando con cariño después de su paso como director honorífico por nuestra Escuela de cine de Ponferrada, hizo la película Remando al viento donde aborda la creación de este mito, que se me antoja fascinante.
https://cuenya.blogspot.com/2022/12/remando-al-viento-de-gonzalo-suarez.html Tal vez por eso nos ha quedado grabado en la memoria colectiva de que de los lagos brotan los monstruos. Como también se dice del lago Ness, situado a unos pocos kilómetros al suroeste de Inverness, que tuve la ocasión de visitar hace años en un viaje Inter-Raíl por Europa. Maravilloso tiempo de viajes no sólo por Escocia sino también por Gales (bueno, este fue otro viaje, ya que en aquel tiempo allí vivía el amigo Abel, en concreto en la bella población de Aberystwyth).
Gales es asimismo una tierra hermosa de lagos y castillos, que también recuerdo por esa película emocionante de John Ford titulada ¡Qué verde era mi valle! sobre la minería.
Los lagos de Covadonga me han llevado hasta las Altas Tierras escocesas y Gales. Recuerdo asimismo el lago y la población de Fort William, en Escocia, donde después de un tiempo en busca de alojamiento -era verano pero con clima frío-, logré alojarme en un hostel gracias a la amabilidad de un tipo que me llegó a decir que en Escocia a nadie se le deja durmiendo al raso. Me dio la vida porque todos los alojamientos allí estaban hasta los topes.
Una experiencia inolvidable. Entonces, uno, que era jovencito y valiente, viajaba por el mundo sin ningún tipo de angustia, con muchas ganas por descubrirlo.Ahora que lo repienso, el paisaje de esta parte de Asturias, donde se hallan los lagos glaciares de Covadonga a más de mil metros de altitud, tiene un gran parecido con los que viera y sintiera en Gales y en Escocia hace años. Y por supuesto este grandioso paisaje astur nada tiene que envidiar a otros lugares del mundo. Eso me dijeron, más o menos, dos mujeres hispanoamericanas con quienes coincidí un rato, que estaban entusiasmadas con la visita a este espacio montañoso y lacustre en los Picos de Europa.
A decir verdad, me encontré con mucha gente, plagado que estaba el sitio de visitantes a pesar de esa bruma que hizo que los lagos de Enol y la Ercina quedaran casi sepultados bajo la misma como si fuera invierno. Esto me hace pensar en volver a los mismos, tal vez en la próxima primavera, cuando se tercie, en todo caso, porque hay que volver a ver en verano lo que se vio en invierno, y de día lo que se vio de noche, como nos dijera el Premio Nobel portugués Saramago en su maravilloso libro Viaje a Portugal.Esto dejé escrito en mi muro de Facebook en su día, en este hasta ahora mi último viaje a los lagos de Covadonga, como así se les conoce a los lagos de Enol y de la Ercina:
Poco más de veinte kilómetros separan los lagos de Cangas de Onís, población donde se cuenta que el rey Don Pelayo creó el Reino de Asturias, conocida asimismo por su exquisita gastronomía, entre la que está el queso Gamonéu, el descenso internacional en canoa del río Sella, que, como ya he apuntado en alguna ocasión, por ejemplo en El verde aroma del Noroeste, nace en la Fuente del Infierno, en Oseja de Sajambre, provincia de León.
Cangas |
El Puentón |
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