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miércoles, 13 de noviembre de 2019

Del agua y del tiempo, un viaje interior, por Álida Ares


 Quiero agradecerle a mi querida amiga Álida Ares la reseña y presentación que hiciera Del agua y del tiempo el pasado mes de agosto en el Museo de Cacabelos (MARCA). Y por supuesto a tantos cuantos asistieron a la misma. 
Álida, que vive en Italia desde hace años, ha estado recientemente en el Bierzo para reencontrarse con su familia, con sus padres, y también para impartir clases en el programa interuniversitario de la Experiencia en el campus de Ponferrada, lo cual ha sido una satisfacción para uno, el hecho de que Álida haya dado unas clases acerca del Camino de Santiago y también sobre El viaje de Don Quijote, realizado por el escritor Julio Llamazares (https://elpais.com/agr/el_viaje_de_don_quijote/a) en su relación con La ruta de Don Quijote que hiciera muchos años antes Azorín. 
Os dejo su reseña sobre Del agua y del tiempo. 

El libro que reseñamos aquí debía titularse en su origen Mi matria. El útero de Gistredo, porque Manuel Cuenya se lo dedica  a su familia, a Noceda, a sus gentes. A mí me lo dio a leer y después de hacerlo, le sugerí el título que lleva ahora, Del agua y el tiempo; porque así, sus paisanos de Noceda, lo pondrán en relación con las fuentes de su entorno y con su historia, y los de otros lugares con el significado simbólico: el agua, el río de la vida y el tiempo que transcurre, que pasa sobre las cosas y las personas transformándolas.
Del libro, de la estructura y el contenido, y de las circunstancias que inspiraron estos poemas y reflexiones quien puede hablar mejor es Manuel Cuenya. Yo sólo quiero decir que el autor es una de las pocas personas que se interrogan sobre el sentido de la vida y  saben pasar revista a lo que somos: naturaleza y memoria, amor y muerte, y que concibe la vida como un viaje hacia un destino desconocido, una aventura que transcurre entre luces y sombras y que es necesario aprovechar y disfrutar. Cuenya es además un escritor que sabe mirar las cosas que lo rodean y escuchar a las gentes y que expresa lo que siente con sinceridad:  pasión ante el amor, rabia frente a las injusticias,  y amargura y desgarramiento ante la muerte, ante la pérdida de los seres queridos.
El autor es además profesor de Literatura y de Escritura creativa, por lo que trabaja y conoce bien la obra de los mejores escritores extranjeros y españoles, y más en particular leoneses, y todos ellos constituyen su fuente de inspiración. El libro está lleno de citas y es un homenaje  a los autores que han influido en su pensamiento y en su obra creativa, desde Antonin Artaud y Ernesto Sábato hasta Antonio Gamoneda y Fermín López Costero, el autor de Teatro de sombras, y su amigo, a quien dedica uno de sus  sentidos poemas, pasando por Antonio Machado, Miguel Hernández, Gil de Biedma, Juan Carlos Mestre, Julio Llamazares o Antonio Pereira, entre otros. Cuenya es también un nocedense de mundo, un viajero lleno de curiosidad que regresa de sus viajes siempre cargado de conocimientos, para mostrar luego en sus crónicas y en sus relatos lo que ha visto y oído. Así lo ha hecho en libros como Viajes sin mapa  o Mapas afectivos, entre otros y en su blog http://cuenya.blogspot.com/, y en muchos de sus artículos periodísticos. Pero en este libro de poemas, Del agua y del tiempo, va más allá del viaje por una geografía próxima o lejana. Aquí lleva a cabo un viaje interior y nos muestra sus sentimientos más hondos, más íntimos sobre sus pasiones y afectos, sobre el amor y la muerte.   


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