Rescato este texto, que escribiera para el Calendario de este año 2011, editado por el Consejo Comarcal del Bierzo. Corresponde a este mes de enero. Y lo dedico al río Sil.
En vez de ilustrar este texto con la foto del puente de Páramo del Sil, tal como figura en el calendario de turno, prefiero hacerlo con la foto del puente de Palacios del Sil, que me quedó más chuli, creo.
Bajo este puente, manufacturado con las hechuras de los sabores antiguos y la textura de los afectos, fluye este río, de aspecto dulce, a su paso por Páramo del Sil, la tierra que, en cierto sentido, impulsó e inspiró a Ángel González a hacerse poeta.
Sosegado, el Sil es como la gran arteria que corriera por el cuerpo del Bierzo, insuflándole energía y pasión. Lo siento como propio, aunque sea el río de todos. Siento su pasado glorioso: su fondo sobre el que aún reposan pepitas de oro, su curso cambiante, desde su nacimiento hasta su desenlace en el Miño, su tiempo presente, fluido y fecundo, forjado con la lírica romántica de los sueños y los silogismos.
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