Vistas de página en total

lunes, 16 de octubre de 2017

Entre nacionalismos y fuegos

Entre nacionalismos y fuegos, estamos literalmente achicharrados. Tal pareciera que fuera a llegar el fin del mundo, al menos de esta Tierra, que, a este paso, acabará reventando, sin duda. Y nosotros con ella. Nosotros, o quienes aún permanezcan en pie, que hacen falta arrestos para permanecer en pie.
Una tragedia, la cantidad de fuegos que nos han metido en el cuerpo en un abrir y cerrar de ojos. Qué barbaridad. 
Hoy creía que Ponferrada nunca amanecería, cubierta como estaba por el humo, espesa como nunca la había visto en mi vida, ni cuando aquellas nieblas y neblinas que hacían temblar al misterio. Pues hoy ha sido aún peor. Un rostro apocalíptico, que nos hace estremecernos, de pena, tristeza. Un panorama que me ha hecho recordar el monstruoso atentado de las Torres Gemelas neoyorkinas, cuando se vinieron abajo después de los impactos sufridos. 
Realmente, se le caen a uno los ánimos al suelo. Y se desmorona el latir vital. 
¿Cuándo acabarán, de una vez, con la quema de la naturaleza, de nuestros bosques, de nuestro hábitat natural? ¿Cuándo? No saben que, cuando arde la naturaleza, nosotros ardemos con ella, se nos va la vida, nos quitan oxígeno, nos calcinan las ilusiones. 
Nuestro noroeste verde y hermoso, nuestro espacio afectivo, se torra por doquier. Dan ganas de llorar. Ojalá pudiéramos llorar como lluvia que apagara todos los fuegos. Llorar como un gran río que, con sus aguas, aplacara tan desatino incendiario. Ojalá pudiéramos llorar como una amplia y nutriente lluvia para poder sentir el mundo con ilusión. 
Y qué me decís de los nacionalismos, que nos vuelven ensimismados, egocéntricos, como si nos creyéramos diferentes al resto de nuestros semejantes, humanos, demasiado bestiales, en muchas ocasiones, a lo largo de una historia, que tiende a repetirse bajo las mismas barrabasadas. 
Hoy me siento cabizbajo, con ánimo abatido, con la sonrisa congelada. Y mañana, quién sabe. Seguiremos entre nacionalismos absurdos y fuegos matarifes, que nada bueno nos depararán. 
El mundo se ha vuelto loco. 

1 comentario: