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domingo, 7 de septiembre de 2025

Decimosexto encuentro literario en el útero de Gistredo

 Pues sí, ya llevamos dieciséis años haciendo el encuentro literario en Noceda del Bierzo, pueblo al que llamo el útero de Gistredo, que es un territorio legendario como Comala o Macondo o Castroforte del Baralla o Región... 

Cano G. Ordiz, Silvia Aller, Raquel Villanueva, M. Cuenya, Luis Segura, Miguel Ángel García Rodríguez y María Encina R. de Paz

Noceda del Bierzo es el pueblo que me vio nacer y donde he vivido, salvo mis estancias fuera del país, en Francia y México, o mis largas temporadas en diversas ciudades de España, como Oviedo, Salamanca, Madrid, Almería, León o Ponferrada (en la capital del Bierzo también vivo, aunque nunca he sentido que viva del todo en la misma, qué cosas). 

Noceda es asimismo el pueblo, a los pies de Gistredo, adonde vuelvo siempre que puedo, porque en este lugar en el mundo están mis raíces, están buena parte de mis afectos, y uno vive y vuelve adonde se hallan sus afectos. No existen, eso creo, lugares mejores o peores para vivir, ni siquiera lugares más bonitos o más feos, si uno encuentra lo que necesita, es decir, la temperatura emocional o afectiva adecuada para estar en el sitio elegido. Otra cosa son los viajes por el mundo adelante, porque uno puede viajar a cualquier parte del planeta, aunque en algunas partes acabemos encontrando también una temperatura emocional acorde a nuestro modo de entender el mundo, a nuestro modo de ser y estar en el mundo.


Pues sí, ya llevo organizando, a través del Colectivo La Iguiada, que edita la revista la Curuja, este evento desde hace dieciséis años, qué se dice pronto y se entama como se puede, eso sí, con cariño y buena voluntad. Y esperamos seguir organizándolo, dios mediante (que diría el cura de mi pueblo), si nos lo permite el ánimo, la salud, las ganas... Con la colaboración asimismo del Ayuntamiento de Noceda.

Este año lo celebramos con alegría, como suele ser habitual, pero también con la tristeza inmensa de vivir días, semanas empachosas de fuego, que nos han tenido literalmente achicharrados. Y seguimos con incendios. Qué desastre, qué barbarie.

¿Hasta cuándo van a permanecer los incendios? ? ¿A qué temperatura arde nuestro espíritu resiliente?

Ojalá comience a llover como si no hubiera un mañana para empapar la tierra, la naturaleza, y dejen de joder, de jodernos la vida con tanto incendio intencionado.


Ojalá llueva agua para que los cielos dejen de llover ceniza sobre nuestro medio ambiente. Sobre este asunto también nos habló en el encuentro literario el periodista Miguel Ángel García Rodríguez, que asistió como público y acabó participando, lo cual le agradezco mucho, porque Miguel Ángel es un extraordinario comunicador originario de Quintana de Fuseros, aunque también nocedense, que ejerció como corresponsal de Televisión Española en Berlín, incluso como corresponsal en Lisboa. Miguel Ángel también nos leyó un breve y contundente relato de infancia.



Asimismo, agradezco las intervenciones de nuestros invitados como la poeta Silvia Aller, que vino desde Laciana para hablarnos de la poesía y el patsuezu (también de la poesía escrita en patsuezu), a la profesora y narradora María Encina R. de Paz, descendiente de Noceda, que nos leyó poemas que nos hicieron recordar a nuestra querida poeta y maestra Felisa Rodríguez, a Raquel Villanueva, gran amiga y excelente narradora, que nos estremeció con la lectura de un pasaje de su nuevo y extraordinario libro 21. Solamente, al poeta, narrador y radiofonista de origen astur, aunque berciano, Cano García Ordiz, que también nos sobrecogió con poemas de su nuevo libro, que en breve estará editado, y a Luis Segura, que es ya un autor habitual en el encuentro de Noceda, el cual nos habló de su abuela, originaria de Quintana de Fuseros como él, emigrante en Buenos Aires, y también nos recitó algunas de las letras de sus canciones para el grupo Capitán Moscú (banda que lidera el músico berciano Nono Ferrero) sobre la ciudad de La Habana: Qué bonita era La Habana. Muy internacional y cosmopolita. Todo ello en un ambiente amable, con un maravilloso público asistente, al que le agradezco por supuesto su presencia, sin el cual no tendría mucho sentido el encuentro literario.

Mientras nos quede una gota de sangre en las venas, seguiremos apostando por la poesía, por la belleza, por la naturaleza, que todo es uno, a la vez que continuaremos mostrando nuestro rotundo rechazo por todo aquello que atenta contra nuestra vida, contra nuestra naturaleza, que es nuestra madre, la casa de nuestro ser.

Hasta el próximo encuentro literario.

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