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lunes, 12 de diciembre de 2022

Drácula de Coppola

 Drácula (Bram Stoker´s Dracula, 1992) es sin duda una de las mejores adaptaciones de la novela de Stoker, aunque no sea exactamente fiel a la misma, porque el lenguaje cinematográfico (con imágenes) es diferente al literario (con palabras). 

En todo caso, Coppola quiso que el elenco actoral hiciera una lectura previa de la obra de Stoker en voz alta, que los intérpretes estuvieran familiarizados con esta novela. 

Coppola, en su película, lo que hace es una reinterpretación del mito remitiéndonos a los orígenes mismos del cine, empleando recursos clásicos y efectos visuales como sobreimpresiones, exposiciones múltiples, maquetas, escenas filmadas marcha atrás, fotogramas con dibujos encima, sombras chinescas, entre otros.    

El prólogo, que es puramente cinematográfico (no está contenido en la novela), nos sumerge en el origen de Drácula y el amor loco de éste por Elisabeta.   

El príncipe Vlad el Empalador (Drácula) se convierte en feroz guerrero contra los turcos, enfurecido, porque la Iglesia rechaza el alma suicida de su amada Elisabeta. Vemos a un Drácula locamente enamorado, humano, demasiado humano, en una sangrienta batalla, que se nos muestra como un espectáculo visual de sombras chinescas extraordinario. 

En este sentido Drácula es como Frankenstein, el cual llega a decir - en la novela de Shelley-, "tienes que crear una hembra... con la que yo pueda vivir e intercambiar las muestras de afecto de las que no quiero prescindir... el amor de otro semejante bastaría para destruir la causa de mi desesperación...". El amor, siempre el amor. Y es que el Drácula de Coppola es una historia de amor loco, de amor y de sangre, donde ambos están fundidos, porque la sangre es pasión y amor, también dolor. 

La novela de Stoker nos introduce en universo donde lo anormal se cuela dentro de lo cotidiano. Está contada con una técnica cinematográfica a través del multiperspectivismo con el empleo de cartas y diarios de los principales personajes, incluso mediante telegramas, recortes de prensa, notas, alguna entrevista, algún informe, yuxtaponiéndose diversos puntos de vista sobre un mismo personaje. Como dando a entender que se trata de algo real.  

La película explora sobre todo el lado poético, emocional, sensual, pictórico (con referencias a Klimt, Munch, o a Caspar David Friedrich en paisajes solitarios y ruinosos), en una puesta en escena en la que sobresale el vestuario, la fotografía, con su plástica, su colorido intenso, simbólico, metafórico: Drácula vestido de color rojo, Mina de verde o azul..., así como la banda sonora, que resulta fascinante, trasladándonos a un universo donde se funden cine, teatro (con referencias al kabuki) y literatura (el malditismo).  

https://cuenya.blogspot.com/2012/05/dracula-de-soker.html

El ritmo trepidante de la película, con esos magníficos actores que son Gary Oldman o Anthony Hopkins (también Mina, interpretada por Winona Ryder), logra hipnotizarnos, metiéndonos de lleno en la película. 


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