Agradezco mucho que mi querida amiga Álida Ares me dedicara en su día estas palabras cariñosas, estimulantes y alentadoras, a resultas de mis Mapas afectivos.
Creía que había publicado esta reseña en mi blog, pero he visto que no, con lo cual me apresto a publicarla. Gracias, Álida, por tomarte tu tiempo en la lectura y composición de este artículo. Con personas como tú da gusto seguir trabajando, viajando y escribiendo, que es, como bien sabes, un modo de estar en el mundo. Aprovecho para brindarle estas palabras al amigo Fermín López Costero, persona entrañable y gran escritor, que se nos fue hace pocos días. En su memoria.
Los mapas afectivos del escritor
berciano Manuel Cuenya
De Álida
Ares (Universidad de Trento)
No se trata de un libro de psicología como podría hacernos sospechar
su título, sino de un libro de viajes, un libro que nace de la pasión del
escritor por viajar. “Porque viajar”, afirma
Cuenya, “es una manera sin duda de entender mejor el mundo en que vivimos”.
Álida Ares en Trento. Foto: Jordi Canals |
En este libro se encuentran los espacios que han cautivado a Cuenya,
"esos lugares –incluido el Bierzo− por los que siento afecto, en los que
me he sentido a gusto... en los que he encontrado, de alguna forma, una
temperatura afectiva adecuada".
Essaouira |
En el prólogo del libro, Valentín Carrera nos advierte que estos “mapas
afectivos”, al contrario que los geográficos o Gps, no sirven para guiarnos por
un territorio determinado, sino para perdernos por sus rutas de la mano del autor, el cual, a su
vez, utiliza como brújula su curiosidad,
su sensibilidad y sus pasiones: la
música, el cine y la literatura.
Estas tres grandes pasiones son con frecuencia las que lo guían hacia
un destino desconocido, un lugar donde rememora y evoca a los autores o cineastas
favoritos, donde logra tocar y sentir las pasiones que le suscitan la literatura, la música, el cine y que luego va
a transmitirnos. Para ello Cuenya se introduce por sendas literarias, como la
que sigue los pasos de Valle-Inclán en Galicia, de Ángel González en León, de Miguel
Torga o Julio Llamazares en Portugal, de Juan Goytisolo en Marruecos, u otras
rutas más lejanas, como el México de Buñuel y Bretón, o el Texas de Win Wenders. Otras veces es la música la que flota
en la atmósfera, como en los viajes a Galicia y, en particular, al festival de
Ortigueira, al que acude cada año.
Kasbah Itran |
Al lector que emprenda esta aventura de vagabundeo por el mundo con
Cuenya no le faltarán emociones, música y una compañía extraordinaria, y no
solo disfrutará de los conocimientos, la imaginación y la sensibilidad del
guía, sino que encontrará también por el camino a muchos otros viajeros y
personajes interesantes que comparten su pasión por el viaje y la literatura.
Álida Ares, septiembre de 2016
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