San Froilán en Lugo
Octubre es un buen mes para sanfroilanear, tanto en León como en Lugo. Desde hace años, me gusta sobre todo acercarme a Lugo para asistir a conciertos, algunos muy buenos. La verdad es que merece mucho la pena, sobre todo a quienes nos gusta la música en directo. Y encima los conciertos, casi todos, son gratis. Todo un lujo. El 2012 fue algo más flojo que años anteriores en cuanto a actuaciones musicales, a resultas supongo de la crisis, jodida crisis. A ver si comienza a escampar. Octubre ya es mes en que se nota el otoño, la caída de las hojas de los árboles, cierta morriña, la consabida astenia, que conviene combatir escuchando buena música y haciendo cosas placenteras. Que cada cual se procure las suyas.
En este mes también celebramos el cumple de Raquel González en Noceda. Y ahora que recuerdo en febrero festejamos el de Venancio de Paz.
Y para despedir el mes, participé en la primera jornada dedicada a las leyendas y tradiciones en el Bierzo, lo que fue una buena ocasión para sacar a relucir agunos dichos e historias acerca de nuestras costumbres y folclore, el folclor, como los zarramacos, las ánimas benditas o las bruxas y "pantasmas".
Octubre ya es por lo demás "mes de escuela", y uno comienza a impartir sus clases. Una labor que por fortuna me sigue gustando.
En Veguellina, con Tomás, Estrella y Helena
Y llegó noviembre, con su rostro escuchimizado y catarral, aunque cargado por anticipado de aguinaldos, como el ciclo de cine en Bembibre, dedicado a los geniales y humorísticos hermanos Marx. A esto se sumó una conferencia sobre Ramón Carnicer, con motivo de su centenario, que me pidió la Concejalía de cultura del Ayuntamiento de la villa del Benevivere. Y luego le tocó el turno a Narradores en Otoño, o en Otoño Narradores, en Veguellina de Órbigo, donde me invitaron a hablar de literatura (y hablé, cómo no, de literatura de viajes y de mi fragua). Gracias Helena, gracias Tomás Néstor. En este mes, que acentúa la astenia y la depre, debido a la falta de luminosidad, entre otras causas, comencé mi fragua literaria en Diario de León, dedicacada a autores y autoras de la provincia leonesa, un proyecto hecho realidad que espero tenga aceptación entre los lectores y lectoras. El tiempo lo dirá. En todo caso, uno ha depositado sus ilusiones y sus ganas en el mismo. Por eso, ya dije en la primera entrada: Todo un año, de enero a junio, que el 2012 era el año de la fragua, que es metáfora y símbolo de un espacio creativo, en el que se tejen ideas y esperanzas.
Filandón en Noceda, Con Abel, Pepe, Tono y Daniel
También en noviembre participé en un filandón-magosto que el amigo y poeta Abel Aparicio entamó en Noceda del Bierzo, con la colaboración de otros poetas, narradores y músicos, entre ellos Daniel Guerra, Pepe Álvarez, Tono Sahagún, Rodri y Diego y Fran... Allí nos citamos estos duendes para darle fuego a "palabros", historias y sonidos tradicionales. Muy buena la actuación de los chicos de Tarna, que el día anterior habían estado en Bembibre. Y muy graciosa la historia que nos contara Tono Sahagún, quien por cierto colaborará en el próximo número de La Curuja, con sus crucigramas en llionés y una historia en esta lengua/llingua. Adelantado queda. La Curuja, ay, sigue volando alto por los cielos del Alto Bierzo. Aprovecho la ocasión para recordar que, a lo largo del 2012, el Colectivo Cultural La Iguiada de Noceda, a través de mi humilde persona/lacayo, ha publicado dos números, uno en febrero y otro en julio, con la colaboración de insignes narradores, poetas, paisanos y amigos/as. El magosto/filandón nocedense dio paso a otro magosto, entre buenos amigos y amigas, en una aldea del Alto Bierzo. Al amor dulce del fuego.
Y, hablando de filandones, me viene a la memoria el mes de abril, donde estuve, invitado por el amigo Paco Vuelta, para presentar en Toreno un libro de Américo Vázquez Vuelta. Me encantó conocer a Américo, una excelente persona, uno de tantos emigrantes bercianos en la Argentina, donde vive y ejerce como médico desde hace un montón de años. Américo estuvo de pequeño (como criado) en casa de Felipote en Noceda del Bierzo, tal como nos lo relata él mismo en el número de febrero de La Curuja.
Este fue asimismo el mes en que el amigo José Luis Presa presentó en Ponferrada su libro, La luz de mi noche, en el que tuve el placer de participar con dos textos, y que arropé en la Ciudad de la Ciuden. Allí estuvimos presentándolo el propio autor y los amigos Santi Macías y Samuel Folgueral.
Con Javi y Ángel en Hogar leonés de Bilbao
Despedimos el 2012 con el mes de diciembre, que me obsequió un extraordinario viaje a Bilbao, para presentar mi fragua en el hogar leonés de la ciudad de la ría y el Euskalduna. Entrañable la acogida de mis amigos Ana y Javi, y realmente hermoso el recorrido por el Gran Bilbao, en afectuosa compañía. Me entusiasmó volver a esa ciudad después de tantos años, y saludar a buenos amigos y amigas y presentar mi fragua (en realidad, hablé sobre literatura de viajes) ante un auditorio de unas 120 personas. Una maravilla. Gracias Ángel Muñiz, y gracias a todos y a todas por vuestra presencia. Sólo con este viaje ya se justificaría todo el mes de diciembre. Sin embargo, también hubo otros actos, dignos de reseña, como la firma de libros del escritor y amigo César Gavela en la librería Ave María de Ponferrada, o mi participación en las Jornadas de Magaz de Abajo, a las que me invitó Marcos Cubelos, para presentar mi fragua, de la mano del escritor y amigo Juanjo González. Un día de frío que calentamos, reunidos cual filandón, en torno al brasero de las palabras y los afectos. Y para despedir los actos y charlas en el 2012, no así el año, recuperé mi saber "spicológico" para dar una charla, que me pidiera Nieves Alonso del Centro de Día de Mayores de Bembibre, sobre Soledad y depresión.
Como preámbulo a las fiestas navideñas, nos reunimos varios amigos y amigas en torno al fuego, en este caso hecho con leña, aunque también con amistad y afectos, en una aldea mágica del Alto Bierzo. Y de ahí a la Navidad sólo un pasito: pues heme "eiquí", después de pasar la Nochebuena y la Navidad en Bembibre, en casa de mi hermana Encina, y ahora en este León, entre casa de mi hermana mayor, Merce, y mi hermana pequeña, Feli, dándole ya al Nuevo Año. Este León, que tan buenos recuerdos de infancia me trae, en casa de Mecedes y Amador, los amigos de mis padres, que vivían en el barrio del Divino Obrero con sus hijos Alfonsito (hoy médico) y Carlos (hoy ferroviario), a quienes no veo desde tiempos ha. Qué pena, que Amador, un tipo realemente alegre y simpático, se haya muerto.
Olvidaba decir que la auténtica despedida del 2012 fue un viaje a la Omaña (en dulce y hermosa compañía). Un viaje en concreto a Riello, la matria/patria del gran poeta Luis Miguel Rabanal, que cuenta con una calle en su pueblo.
Sabrosa la tortilla, sabroso el jamón, sabrosa la compañía e inolvidable el paseo por Riello. Qué lo disfrutéis.
¡Apasionante! Que el 2013 sea aún mejor y se llene también de momentos extraordinarios. Un abrazo.
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