martes, 19 de junio de 2018

LA FRAGUA LITERARIA LEONESA: Eduardo Fra Molinero

LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Eduardo Fra Molinero: "Las historias llenas de peripecias humanas son las que me gustan"

El novelista y dramaturgo Eduardo Fra Molinero, autor de 'El merendero de la señora Oliva' y la reciente 'De Carbón y nieve', entre otras obras, está en estos momentos rematando una novela titulada 'La caverna de Platón', que trata sobre un viaje de dos jóvenes de 20 años por Francia, Italia, España en el año de 1966.

Valentín Carrera (i) y Eduardo Fra Molinero (d).
Eduardo Fra Molinero (dcha) con Valentín Carrera (izda) en La Obrera de Ponferrada
Manuel Cuenya | 19/06/2018 - 13:01h.
Berciano de Galicia o gallego del Bierzo, así podríamos calificar a Eduardo Fra Molinero, autor de la reciente novela 'De carbón y nieve', un título, como él mismo indica, influido por el latín, con esa preposición inicial 'de', que podríamos traducir por 'acerca de', evocándonos, por ejemplo, 'de rerum natura'.
El propio Fra cree que el título fue un acierto porque simboliza muchas cosas. "Es la aventura de una mujer que, digamos, acaba por tener éxito. Es la lucha por la vida. La protagonista primero emigra de la montaña a Ponferrada, después emigra a Francia como cientos y cientos de mujeres del Bierzo. Es una novela berciana hasta por la emigración. Es el Bierzo y la Cuenca minera de los años 50, 60 y hasta 70", afirma este Licenciado en Geografía e Historia, que impartiera clases como tutor en la Uned.
Una novela ambientada en una época durísima, en una 'Ciudad del Dólar' grisácea, en el que aparecen, entre otros, escenarios como Las Huertas del Sacramento o el casino La Tertulia, cuyo personaje principal es una mujer berciana de origen humilde (Purificación o Puri Silva), que sufre todo un drama hasta que logra emigrar a París, donde también conoce, aparte de los sinsabores de la vida,  el amor, conservando en todo momento su pureza, "como una virgen de carbón y nieve inmolada en los altares de la hipocresía", según Valentín Carrera, el editor de esta obra.
"Que la novela está llena de nombres reales. Pues sí. Y eso es como echarle pimentón al pulpo. Los nombres reales me ayudan a escribir. Así no me despisto de los personajes ni de las situaciones que les pasaron de verdad a los personajes. Pero después para publicar tengo que cambiar muchos nombres, por todo eso de la privacidad. Pero mantengo también algunos otros porque son ejemplares y se lo merecen o porque son demasiado plásticos", apostilla este narrador ponferradino, que confió en Valentín Carrera (a quien casi no conocía) como editor.
Cuenta que ha sido una suerte dar con Carrera. Un encuentro feliz. Que ambos son bercianos en la diáspora. "Lo que pasa es que yo a su lado soy un tanto 'agé' y bastante más feo. Con el tiempo voy dándome cuenta de la dimensión importante de todo lo que hace Valentín. Su sentido de defensa de la naturaleza es algo para mí definitivo. En el Bierzo se han cometido muchas brutalidades contaminantes. Y se sigue con la misma inercia. Una desgracia que ya estamos pagando caro", continúa con ingeniosidad Fra, quien reconoce lo mucho que le ha ayudado su editor, aparte de con el título y algunas cosas más, "en la corrección de muchas frases de mala prosodia, descuidadas. Palabras que sobraban...", pues Carrera hizo, en su opinión, un arreglo de buen podador de viñas.
"Qué sería de nuestras viñas sin los podadores. Me di cuenta que como periodista está acostumbrado  a precisar y no irse por las ramas. Ramas que pueden 'esgazar' y romperte la crisma. Nos entendimos bien. Y además tiene gusto en los diseños. Sabe buscar colaboradores del diseño", precisa este creador, que, con humor, dice que su nueva novela luce en el  escaparate de una librería de Ferrol al lado de 'The lord of Bembibre' (también editado por Carrera)  y las tragedias de Shakespeare, nada menos.
"Cada sociedad tiene un libro o varios que la representan, como tiene edificios con su estilo. Para visualizar en el aula la época, un personaje literario es muy útil."

La Historia a través de la Literatura

"Yo tengo la ilusión de que haya transferencia de vibraciones", expone este profesor de Historia de Arte, cuyo método de enseñanza consistía en explicar una sociedad, una época a través de textos históricos cual si fueran historias literarias.
"Cada sociedad tiene un libro o varios que la representan, como tiene edificios con su estilo.  Para visualizar en el aula la época, un personaje literario es muy útil. Contar las peripecias literarias es muy práctico. Y esas peripecias explican mejor la época que las fechas y los hechos desnudos.  Igual que las anécdotas cotidianas de los personajes históricos. Hay que humanizar con nombres y apellidos la historia. Por ejemplo: para explicar la democracia ateniense nada mejor que contar la peripecia de Lisístrata. Y si los alumnos se animan y la escenifican mejor que mejor", matiza este dramaturgo, que, a partir de los arreglos que hiciera de Lisístrata para su alumnado de Bachillerato, comenzó a  escribir obras de teatro. "Irmandiñas. O parto de Calandrino. Venus na lareira. A batalla de Brión. O converso de Ribadavia. Teatro Settaro presenta Ópera Bufa. Fueron obras un poco de compromiso. Obras que se representaron en festivales de teatro popular. En las fiestas históricas. Lo de las fiestas históricas es todo un fenómeno cultural que merece ser analizado por los antropólogos", especifica.
También ha escrito obras de teatro como 'Gurméndez en un café de Delft', 'Una historia de Guerra' y 'El sainete del Diputado', que reflexionan sobre momentos de nuestra historia contemporánea, en las que el humor es el recurso más importante. "Hay que escapar siempre de dar la lección de historia. Los hechos históricos no tienen que molestar, ni abrumar..., están ahí, como de pasada, "de vagar" decimos en 'galego',  explicando matices  de los comportamientos humanos. Pero sin ser cargantes o demasiado explícitos", insiste Fra en su afán por querer explicar la historia a través de la literatura, del teatro.

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