Foto: M. Cuenya
Os dejo este reportaje, publicado en Diario de León, en la sección La fragua literaria leonesa, sobre el escritor y amigo Fermín López Costero.
El cacabelense Fermín López
Costero, que cultiva con esmero y vocación la narrativa breve, ha sido incluido
recientemente en tres prestigiosas antologías sobre el microrrelato, como Antología del microrrelato español. Desde
sus orígenes hasta la actualidad (Cátedra, 2012), de Irene Andres-Suárez; Mar de Pirañas. Los nuevos nombres del
microrrelato español (Menoscuarto, 2012), a cargo de Fernando Valls; y Esplendor de sirenas (Cuadernos Negros,
Bogotá), del mejicano Javier Perucho, y que aparecerá antes de finalizar este
año. «Me produce una gran satisfacción, verme incluido en estas recientes e
importantes antologías, elaboradas por algunos de los más prestigiosos
especialistas a nivel internacional. Se trata de tres compilaciones muy
diferentes, pero que dan idea de la gran importancia de este género dentro de
la literatura en lengua española. La de Irene Andres-Suárez abarca algo más de
un siglo y da cuenta de los que, a su juicio, son los autores más representativos,
desde comienzos del siglo XX (J. R. Jiménez, Gómez de la Serna , García Lorca,…) hasta
nuestros días (Á. Olgoso, G. S. Cutillas, M. Moyano,…).
La antología de Fernando Valls, sin embargo, presta atención solamente a los nuevos autores del microrrelato español, muchos de los cuales se han dado a conocer a través de Internet. Y el libro de Javier Perucho es una antología temática, dedicada a las sirenas como personajes literarios; es interesante porque reúne piezas de autores muy destacados dentro de las letras hispanoamericanas».
La antología de Fernando Valls, sin embargo, presta atención solamente a los nuevos autores del microrrelato español, muchos de los cuales se han dado a conocer a través de Internet. Y el libro de Javier Perucho es una antología temática, dedicada a las sirenas como personajes literarios; es interesante porque reúne piezas de autores muy destacados dentro de las letras hispanoamericanas».
El
autor berciano ha publicado dos libros de cuentos, Pequeño
catálogo de historias breves (Ayuntamiento
de Cacabelos, 2003) y La soledad del farero y otras historias fulgurantes (Leteo, 2008), sobre el que me centraré
más adelante, además de un poemario, Memorial
de las piedras (Ayuntamiento
de Talavera de la Reina ,
2009), cuyo protagonista son las ruinas del
monasterio berciano de Carracedo, y con el que obtuvo el distinguido Premio
«Joaquín Benito de Lucas».
Tampoco debemos olvidarnos del Catálogo
bibliográfico de Antonio Pereira (Instituto de Estudios Bercianos, 2006), un libro imprescindible para el
conocimiento y el estudio de la obra literaria del villafranquino universal,
al que le unía una buena amistad. No en vano, López Costero es un discípulo
aventajado del maestro Pereira. «Es cierto que en alguna que otra
ocasión se han querido detectar influencias pereirianas en mis cuentos, lo
cual me enorgullece una barbaridad, sin embargo, tales analogías son un elogio
inmerecido, pues ¡qué más quisiera yo, que estar a la altura de semejante
genio! Tuve la suerte de conocer a Pereira y de disfrutar durante algunos años ―hasta
su fallecimiento― de su aprecio y, en ocasiones, también de su magisterio.
Aprendí mucho con él, es cierto, pero su influencia en mí creo que es más
teórica que formal o estilística. La elaboración de su catálogo bibliográfico ―concebido
como una herramienta para facilitar a los especialistas el estudio de la obra
de Pereira― me ayudó a conocer en toda su extensión tanto su poesía como su
narrativa».
López
Costero, que escribe artículos, ensayos, reportajes, poemas, greguerías y
cuentos, es un apasionado de la historia del arte y de la literatura, destacando
sobremanera en la composición de cuentos breves, como queda plasmado en su última
obra narrativa, La soledad del farero y otras historias
fulgurantes, donde el autor
logra entretejer, de un modo hábil y certero, ingenioso y humorístico, una serie de
microficciones que acaban, de una forma irremediable, enganchando a los
lectores. «El microrrelato se basa en dos principios fundamentales: la
narratividad (debe contar una historia) y la hiperbrevedad (debe hacerlo sin
extenderse en el espacio). Requiere, entre otras cualidades, gran capacidad de
síntesis, dominio del lenguaje y una minuciosidad extrema. Es, por tanto, un
ejercicio de gran dificultad, que convierte a su autor en un orfebre de la
narrativa. Tal es el grado de exigencia que, a veces, el éxito o el fracaso puede
depender de factores en apariencia tan simples como la elección de un adjetivo
o la colocación o no de una coma».
Su obra cumbre, La
soledad del farero, es un compendio de historias
fulgurantes en las que, de vez en cuando y de manera velada, se repiten
personajes, objetos o situaciones, lo que confiere cierta unidad y coherencia
al conjunto de este estupendo volumen.
Asimismo, cabe señalar que, este
mismo año, López Costero quedó finalista del II
Premio Internacional de Microrrelato «Museo de la Palabra » con una pieza muy
breve, titulada Robinson. A dicho
premio se presentaron 14.253 obras provenientes de
89 países y escritas en español, inglés, árabe y hebreo.
Al autor berciano le gusta sorprendernos con arranques y
finales antológicos en casi todos sus microcuentos, que por otro lado están aderezados
con un humor, en ocasiones negro, y cuyos personajes adolecen, en su mayoría,
de algún trastorno o bien son muertos que nos hablan desde un más allá:
fantasmas, zombis, espíritus, incluso licuados, entre otros muchos seres
fabulosos. Como ocurre en los mejores relatos del maestro mexicano Juan Rulfo. «Me
gusta moverme entre lo real y lo fantástico, en un ir y venir constante, que
juega con el lector y que, a menudo, lo hace cómplice y partícipe; por eso doy protagonismo
a personajes fuera de lo normal y que detrás de sus trastornos, miserias,
excentricidades y demás ocultan un mundo tremendamente enriquecedor y
misterioso, que suele aportar visiones diferentes y mucho más atinadas de la
realidad que las que perciben o proporcionan los seres normales, que dan escaso
juego cuando nos situamos en el territorio de la fantasía».
La obra de López Costero, que también figura en diversas
publicaciones como Turia, Xarmenta,
Paréntesis, InComunidade, La
Curuja , Filandón o
The Children’s Book of American Birds, nos devuelve a
una suerte de literatura que entronca con las esencias de los grandes de la
narrativa breve, como Borges, Max Aub, Arreola, Ana María Suha, Tito Monterroso,
Horacio Quiroga, Roberto Arlt y aun el leonés Luis Mateo Díez.
López Costero terminó de escribir esta primavera el que será su
segundo poemario («Ahora viene lo más difícil ―dice―, que es
publicarlo.») y, en la actualidad, trabaja en un
nuevo libro de microrrelatos que ya tiene bastante avanzado.
¿Qué libro no
dejarías de leer o leerías por segunda vez?
Muchísimos. «Confabulario», de J. J. Arreola,
por ejemplo.
Un personaje
imprescindible en la literatura (o en la vida)
La literatura, igual que la vida, está llena de personajes maravillosos (no
sé si imprescindibles), como el famoso hidalgo Don Quijote de La Mancha.
Un autor o autora
insoportable (o un libro insoportable)
Autores y libros insoportables hay muchos. El lector experto aprende a
evitarlos.
Un rasgo que defina
tu personalidad
Cuando era joven siempre citaba la paciencia. Ahora ya no me queda mucha.
¿Qué cualidad
prefieres en una persona?
La bondad, sin duda. De poco sirven otras cualidades si se es mala persona.
¿Qué opinión te
merece la política actual? ¿Y la sociedad?
La política actual es decepcionante, lo mismo que la sociedad actual.
¿Qué es lo que más
te divierte en esta vida?
El placer diletante.
¿Por qué escribes?
Porque la escritura me da lo que la vida no me presta.
¿Crees que las
redes sociales, facebook o twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?
Ni mucho menos. No han sido creadas para eso.
¿Cuáles son tus
fuentes literarias a la hora de escribir?
Las potables, las cristalinas, las frescas, las mejores. Lo demás es beber
en los charcos.
¿Escribes o sigues
algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?
Hace tiempo que deseché la posibilidad de crear un blog. Además, trato de
seguir el menor número posible de ellos, precisamente para poder escribir.
Una frase que
resuma tu modo de entender el mundo
¡Ah! ¿Pero el mundo
puede ser entendido?