miércoles, 27 de noviembre de 2019

La fragua literaria leonesa: Jaime Silva

LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Jaime Silva: “La mejor manera de amar a alguien o a algo es echarlo de menos”

El reportero, redactor, guionista y director de programas como WildFrank, autor de 'Cómo me hice idiota', lleva un tiempo garabateando una serie de textos que puede que estén muy próximos a una especie de prosa poética.

Jaime Silva
Jaime Silva.
Manuel Cuenya | 27/11/2019 - 11:27h.
El Bierzo, Ponferrada, la provincia de León en su totalidad, no deja de sorprenderme. Son tantos y tan buenos los autores nacidos en esta tierra que uno se queda literalmente 'flipado' (permitidme este término coloquial). Recientemente, he descubierto la existencia de Jaime Silva, ponferradino todoterreno y aventurero, que acaba de publicar un singular libro titulado 'Cómo me hice idiota', lo cual es toda una intención de declaraciones, como suele decirse. 'Cómo me hice idiota' me lleva de un modo inevitable a otro título sugerente, impactante como es 'Democracia para idiotas', de Pedro Ramos Josa.
Aparte de autor, Jaime Silva es periodista vocacional. Y ha ejercido como redactor, reportero, guionista y director de programas como WildFrank, y aun otros como Callejeros Mediaset o Discovery, lo que le ha permitido recorrer buena parte del mundo, algo en mi opinión magnífico. Viajar por el mundo es realmente un buen modo, un modo excelente, de confrontarse con la realidad, con las realidades vitales.
"Con WildFrank estuve varios años rodando la fauna y ecosistemas del mundo, del Amazonas a Nepal o de Indonesia a Namibia y ha sido toda una experiencia. Trabajar junto a Frank, también leonés, es un privilegio, es un hombre fuera de lo común que hace cosas fuera de lo común y está llevando a cabo una labor titánica en la lucha por el medio ambiente y la conservación de las especies".
Cuenta Jaime que siempre quiso ganarse la vida escribiendo "pero, claro, hacerlo con novelas y poemas resultaba una idea descabellada, por no decir imposible", aclara a la vez que explica que asistió, con cierta desgana pero con muchas aspiraciones, a la carrera de Periodismo, algo que, por lo demás, le permitió desenvolverse con soltura por el Madrid de finales de los ochenta y principios de los noventa. "Todo muy frenético y divertido durante aquella época", añade.
Recuerda pintar una pancarta que decía 'Pertierra bajo tierra' o rozar el codo del mítico rockero Johnny Thunders en el Agapo.  Y después tuvo la suerte de vivir gracias a escribir historias con imágenes en  movimiento y así hasta la fecha actual, "primero redactando noticias y reportajes, después escribiendo en imágenes sobre el asunto que la televisión pagase: una favela en Brasil, la pacificación de Sarajevo, un concurso en Australia o las Bodas de Sálvame. Debe existir alguna extraña conexión de radiación cósmica entre todo esto", afirma este apasionado de Artaud, Blake, Baudelaire, Burroughs, Vian,  Nerval, Rimbaud, Ginsberg, Perec, Pasolini o los rusos del siglo XIX... Escritores todos ellos que desfilan por las páginas de su libro 'Cómo me hice idiota', atrevido título que, por un lado, hace referencia al término idiota en su sentido etimológico como lo personal, "de lo que esconde uno dentro de sí y que, por lo tanto, es hermético". Pero, por otro lado,  asegura Silva que el significado de 'idiota' en su libro surge de algo más banal, "que es percibir en un momento dado de la vida que el desorden de lecturas y músicas te han conducido a la apoplejía intelectual, que cada vez entiendes menos las cosas, la realidad, y que no hay respuestas para el amor y la muerte".

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