Me he quedado helado al enterarme del fallecimiento esta misma mañana del gran periodista y escritor berciano Mario Tascón, al que conocía desde hace años, incluso tuve la ocasión de hacerle una entrevista-reportaje para la sección de la fragua literaria leonesa en el periódico digital ileon.
Os dejo los enlaces tanto de ileon como de mi blog.
https://cuenya.blogspot.com/2017/02/la-fragua-literaria-leonesa-mario-tascon.htmlhttps://ileon.eldiario.es/cultura/maestro-convertido-alumno-aprender_1_9407884.html
Sí, Mario Tascón era un prestigioso periodista perteneciente a una estirpe berciana de periodistas, los Tascón, entre ellos Fernando y Alberto. Y un hombre entregado a la cultura, que tuvo la magnífica idea, entre otras muchas, de poner en marcha hace un año la librería El libro imposible en el casco histórico de Ponferrada, donde hace poco más de un par de semanas lo veíamos, a él y al periodista y escritor bembibrense Carlos Fidalgo, hablando de un libro que reeditara el propio Mario titulado Historia de la milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Encina.
Carlos Fidalgo a la izquierda y Mario Tascón a la derecha |
Con humor, Mario nos habló de este curioso librito. Y nos hizo pasar un rato divertido.
Una vez más, la muerte nos pilla por sorpresa, a él lo pilló, por desgracia, y ahora sentimos tristeza. Además, conozco y tengo buen trato con sus hermanos Fernando y Alberto, a los que les envío mucho ánimo y cariño. A toda su familia. Y por supuesto a la amiga Petya, a quien saludé ayer mismo a la entrada de El libro imposible, donde trabaja como librera, y me transmitió, ese mismo día de la presentación de Historia de la milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Encina, que Mario es/era un tipo magnífico, lo cual suscribo.
Así que este fallecimiento de una persona querida, otro más, me hace repensar la vida.
Ayer mismo hablaba en la presentación de El verde aroma del Noroeste en el museo de la radio de Ponferrada, en compañía del amigo escritor Ruy Vega y quienes tuvieron la gentileza de acompañarnos, de este asunto de vida/muerte, Eros y Thánatos, cara y cruz de una misma moneda. Y me produce vértigo, el vértigo de la angustia, el paso veloz del tiempo y el camino hacia la nada.
"... Llega un momento en que el hombre descubre la traición de los años. Llega siempre un momento —el mío coincidió con la muerte de mi madre— en el que, de repente, la juventud se acaba y el tiempo se deshiela como un montón de nieve atravesado por un rayo", escribe Julio Llamazares en su novela lírica y filosófica Lluvia amarilla.
Perdón, que me salga esta vena nihilista, aunque a la vez creo que, por eso mismo, hemos de disfrutar de cada instante cual si fuera el último, sin autodestruirnos, disfrutando de los pequeños grandes placeres, en compañía de seres queridos, en el aquí y en el ahora, "abraza el día y dale el mínimo crédito al futuro", como llegó a decirnos el poeta romano Horacio en sus Odas.
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