Encantado de formar parte parte de estas Declaraciones Poéticas (Ágora siglo XXI) que ha editado la poeta astur Carmen Nuevo (Verso Fuster).
La poesía es acaso una forma de estar y ser en el mundo, una necesidad y respiración. Un modo de nombrar lo innombrable, revelando los secretos de la vida; la poesía es vida, latido que nos conecta con otras realidades, acaso con otros universos.
La contemplación de la Vía Láctea, un amanecer en el desierto, una puesta de sol en la Costa da Morte, por ejemplo, el alumbramiento de un bebé, la ternura brotando como un manantial de agua pura, acaso como un manantial de palabras con sangre y alma, la sonrisa de un niño o una niña en el campo de batalla son poesía en estado puro.
Ese intento por ahondar en el subconsciente, en los sueños, mientras buceamos en los bajos fondos de la condición humana y tratamos de articular el pensamiento, recreándonos en imágenes que nos procuran sacudidas emocionales, eso es poesía.
Aquello que nos ayuda a fundirnos con la serenidad en una tarde primaveral, mientras procuramos comprender el mundo en que vivimos, y sobre todo ese deseo por entendernos a nosotros mismos, porque nada de lo humano ni de lo animal nos es ajeno, eso es poesía.
Esa predisposición a abrir nuevas sendas, surcar terrenos baldíos, navegar ríos y mares, abrazar nuevos horizontes, mientras nos columpiamos en la hamaca de los deseos y las ilusiones, eso es poesía.
Ese río-océano en el que nos embarcamos para dejarnos fluir, incluso contracorriente, por cauces y terrenos reinventados, por veredas en ocasiones intransitables, eso es poesía.
Esa forma de mirar la realidad o irrealidad en la que estamos inmersos, acaso para que podamos combatir la desmemoria y también para expulsar la bilis, el veneno que hemos acumulado a lo largo de esta vida, que por instantes se nos muestra absurda, eso es poesía.
Esa belleza que engendra amor y luz, que nos hace sentir la vida, el tiempo, el cual corre veloz como un caballo desbocado por las praderas de una infancia-matria, que ya no volverá, eso es poesía.
Aquello que nos acaricia en todo su esplendor, con su mirada de amor, esa magia que nos invita a contemplar la lejanía con el tacto, a olfatear la hierba seca en una noche de estío, eso es poesía, porque la poesía es revelación y una forma de regresar a la vida y aun proyectarla en un presente continuo.
Poesía es lo que nos permite elevarnos por encima de las miserias, más allá del bien y el mal, como quisiera el filósofo Nietzsche, que amaba sólo aquello que alguien escribiera con su sangre, con su propia sangre-espíritu.
Y desde luego, esta hermosura de texto también es poesía. Poesía en la mirada, en la escritura y en el sentimiento.
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