Se nos ha ido desgraciadamente el poeta y narrador Antonio Manuel Fernández Morala (Toño Morala), a quien conocía desde hace años. Una pena porque era buen tipo y buen escritor, al que gustaba escribir con el corazón, con el alma, que es como creemos que debería escribirse.
Tuve la ocasión de coincidir con él en algunos encuentros literarios, como el
que hicimos en Noceda del Bierzo en 2016. Inolvidable su presencia, su forma de recitar, con ese su decir poético,
con esa su pasión por las palabras que se tornan vida. Porque la literatura
será vida o no será. "La poesía siempre está de parte de la belleza... de
los olvidados... La poesía logra que nuestras emociones nos hagan ser mejores
personas... Por eso hacen falta más Poetas que malos políticos corruptos,
gobernantes autoritarios...", nos recordaba en una entrevista el autor de Aquella vida… Los lunes de Toño Morala,
que editara el periódico La Nueva
Crónica.
Encuentro en Noceda en 2016 |
Toño nos ha dejado pero su espíritu continuará entre nosotros. Y ahora más que nunca es el momento de enviarle todo nuestro cariño, todo nuestro afecto y nuestro ánimo a su familia, a su mujer Mar, a sus hijas. Mil gracias, Andrea, por facilitarme la entrevista con tu padre.
Toño era, seguirá siendo, poeta y narrador de la Tierra, uno de los grandes impulsores de la cultura, de la literatura, en la provincia de León. Tanto es así que, junto con el todoterreno Ramiro Pinto, fue fundador del Ágora de poesía, que tiene lugar en el anfiteatro de San Marcos de la capital leonesa el último viernes de cada mes. Colaborador de varios medios, entre ellos nuestra querida revista La Curuja, era un hombre realmente colaborador, servicial, enraizado en su tierra, que la sentía con devoción, en ese sureste que, en su opinión, estaba tan olvidado como lleno de vida y de encanto, en esa Mansilla de las Mulas donde vivía, tierra por lo demás familiar, pues de esa zona proviene una parte de mis ancestros, de la familia de mi padre. También en Mansilla tuvimos la ocasión de compartir momentos que quedarán para siempre en nuestra memoria afectiva. “Tengo relación con tu familia de Mansilla”, solía decirme. Un cálido abrazo, querido Toño Morala.
No hay comentarios:
Publicar un comentario