sábado, 11 de enero de 2020

La fragua literaria leonesa: Zana


fRAGUA PUBLICADA MIENTRAS ANDABA POR TIERRAS TUNECINAS, QUE ME SENTARON ESTUPENDAMENTE. 

LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Juan Carlos Lorenzana: "Ser y sentirse minero marcan una manera de entender la vida"

El narrador, minero y ex político Juan Carlos Lorenzana (Zana), autor de 'Relatos mineros', está en estos momentos con la promoción de su libro a la vez que se halla escribiendo una novela que tenía en mente desde hace tiempo. Una novela que nada tiene que ver con el mundo de la mina.

Juan Carlos Zana
Juan Carlos Zana en primer término con amigos, Mario y Montse, en Villalfeide
Manuel Cuenya | 18/12/2019 - 12:08h.
"A veces es el azar, por así decirlo, pero las más no.
Al principio, el polvo y los gases que salían mansamente por la caña del pozo invirtieron su camino. Fue un contra movimiento leve, seco, nítido, para, unos escasos segundos después, ser succionados como con rabia. Al instante se escuchó una tremenda explosión, luego, otras dos aún más devastadoras. Y después nada, silencio.
Por la caña del pozo vertical, como si fuese la chimenea de una fábrica, empezó a salir un polvo tan espeso que parecía una nube caliente de harina molida y sucia. Instantáneamente todo quedó sometido por el desorden. Nadie parecía atinar a decir palabra, como cuando a uno le cae encima un imposible.
De la fragua, de la serrería, de la casa del vapor, del lavadero, del escogido, de todos los rincones fueron saliendo aturdidos un ejército de viejos lisiados, mujeres y niños. Caminaban con la intranquilidad marcada en el rostro, como la mirada huidiza de quien es arrastrado al destierro.
Con la segunda explosión, quizás la más violenta, una de las dos jaulas, la que estaba a media caña del pozo, había salido despedida destrozando las guiaderas. Tres mineros iban en ella. Fueron los tres primeros muertos a los que se les puso nombre.
En menos de dos minutos, calcinados, descuartizados y repartidos por los lugares más inesperados dentro del enjambre de galerías intercomunicadas, la explosión, el fuego y la nube de gases y polvo dejaron varios cientos de cadáveres".
(Zana, "A veces es el azar, por así decirlo, pero las más no', 'Relatos mineros').
Hijo, nieto y bisnieto de minero, con varias generaciones dedicadas a este trabajo tan duro e ingrato, que por otro lado ha sido una gran fuente de riqueza para unos pocos, el propio Juan Carlos Lorenzana, más conocido por Zana, ejerció la profesión de minero. "A todos los mineros, A los que se llevó la mina... A mi madre, y a todas las mujeres de las cuencas mineras... A Jerónimo, mi bisabuelo. A Miguel y Secundino, mis abuelos. A José, mi padre. A José Amador, mi hermano. Todos mineros...", a todos ellos están dedicados estos 'Relatos mineros' que ahora nos ofrece a través del sello editorial Eolas, que dirige el polifacético Héctor Escobar (a quien algún día, si se deja, podríamos dedicarle una fragua).
"Con estos 'Relatos Mineros' queremos contar para desmentir, contar para desmontar toda la infamia que de nosotros se ha dicho y se ha escrito... cómo es el dolor que siente una mano agarrada a un martillo picador... O cómo se gestiona el miedo ante un hundimiento, o la sensación de indefensión ante una invasión o un desprendimiento de grisú.", escribe su autor.
Al parecer, 'Relatos mineros' llegó al magnífico escritor Julio Llamazares de un modo casual (el azar, ay, tan decisivo en nuestras vidas). En realidad, no fue tan casual pues la foto que figura como portada del libro corresponde a la fotógrafa Cecilia Orueta, y Cecilia es la compañera, la mujer del autor de 'Escenas de cine mudo', obra extraordinaria en la que la mina y la minería son el hilo conductor de la misma.

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