sábado, 24 de noviembre de 2018

El Bierzo literario

Me topo, por puro azar (el azar, tan esencial en nuestras vidas, aunque haya quienes crean que pueden tener todo bajo control, craso error), con este enlace del diario digital infobierzo, firmado por Nuria Martínez, a quien no conozco, o no recuerdo conocer, la cual hace hace un recorrido literario por el Bierzo. https://www.infobierzo.com/el-bierzo-los-parajes-de-una-comarca-escenario-de-mil-y-una-aventuras-literarias/278862/
Y en este recorrido aparece, entre otros libros, Trasmundo, un volumen de relatos que me publicara el IEB en 2009, con prólogo del profesor y escritor César Cabezas. Y que luego, transcurridos unos años, el escritor, periodista y editor Valentín Carrera reeditara en formato digital. 
Cubierta de Trasmundo, con mi hermana mayor montada en caballo (estampa neorrealista a la berciana)


























El Bierzo, en la literatura, ha dado hermosas páginas, de la mano de nuestro escritor acaso más universal, el villafranquino Gil y Carrasco, a quien la autora de este reportaje menciona, naturalmente.  Y ahí están por supuesto los imprescindibles libros de Carrera por el Bierzo. Y los de Guerra-Garrido. Y el ponferradino César Gavela, un narrador nato, con una excelente calidad. Y tantos otros, entre los que no podemos olvidarnos de los maestros narradores Pereira y Carnicer. Y por supuesto del poeta Juan Carlos Mestre. Otro villafranquino universal. En realidad, todos villafranquinos. ¿Qué tendrá esa pequeña Compostela del Bierzo? Gilberto Núñez era otro excelente poeta. Y González-Guerrero en la vecina Corullón. Y Fermín López Costero en Cacabelos. Y Luisa Picado en Matarrosa. Y Carmen Busmayor. Y María José Montero en Villadepalos. Y más... (Qué nadie se ofenda por no aparecer aquí y ahora. Sabéis que os llevo en mi corazón, a todos y todas, quienes en algún momento habéis construido Bierzo con vuestras palabras, con vuestro arte). 

He de confesar que la primera vez que me asomé a Viaje del Vierzo me quedé deslumbrado. Y me planteaba qué fenómeno había escrito semejante proeza viajera-literaria. Pues el autor, al que años más tarde llegaría a conocer, haciendo buenas migas con él, hablaba, entre otros asuntos, del Bierzo Alto y en concreto de Noceda del Bierzo, mi pueblo. Y aun de la mítica fragua de Pepe, la fragua de Furil, que me daría el título de otro de mis libros. Un libro, La fragua de Furil, que tuvo su origen en los textos/columnas semanales que publicara en Diario de León a lo largo de una década, hasta que llegó Paco con la rebaja -llegó el Comandante y mandó parar-, que coincidió con el comienzo de una crisis, que aún continúa. Una crisis cerebral, que se produjo en el magna blando de los tiburones financieros y los mandamases chupacandiles, que aspiran a mantener a raya al pueblo, impidiendo asimismo que la clase acomodada siga en su universo de bienestar (alguien debe producir para seguir nutriendo el perverso engranaje capitalistoide). Y los pobres, pues eso, a pasarlas cada día más putas. Hasta que todo reviente por los aires. Porque los ricos riquísimos, los todopoderosos terminarán reventando también de puro colesterol malsano. Vaya utopía. Mientras haya esclavos, habrá amos, déspotas, cabrones elevados a la enésima potencia. El orbe Tierra está hecho un asquito, con un porcentaje altísimo de la población en estado de pobreza. Y analfabeta (no tengo ni idea de estadísticas, aunque llegara a estudiar estadística, incluso en la uni, pero me lo figuro, visto como está el percal).
Pero yo no venía a hablar de mi libro, o sí (como el cascarrabias Umbral, que además y sobre todo era un genio literario, acaso el mejor columnista español de todos los tiempos). 
Yo venía, en el fondo, a rescatar del arca... de la alianza... este enlace, publicado en infobierzo, que habla del Bierzo en la literatura, en las letras, en las palabras de al menos algunos autores y autoras. Pues sigamos entonando alguna canción acerca de esta bella y olvidada comarca, cada día más olvidada, con la minería ya en extinción, sin horizontes, con una población harto envejecida y subsidiaria, pensionada. Con un panorama desolador. ¿Seremos capaces entre todos los bercianos, entre todas las bercianas, de resucitar a nuestra hermosa muertita?  Qué alguien logre un milagro, como en la época de Jesucristo nuestro señor, que en gloria de su papá esté, sentado a su diestra. O en su regazo zurdo. No importa. Lo que cuenta es alentar, volver a la vida al Bierzo. Con divinas palabras, con amor, con trabajo, con ideas, con ilusión. La ilusión, ay, es lo último que se pierde. 





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