miércoles, 5 de septiembre de 2018

La fragua literaria leonesa: Fernando Calvo García

LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Fernando Calvo García: "Vengo de la tradición oral y mi amor a la literatura proviene de esos momentos"

El poeta y maestro lacianiego Fernando Calvo García, autor de 'Las luciérnagas mueren en el frío del mundo', entre otros, está ahora corrigiendo una miscelánea titulada 'Copos blancos, copos negros de nieve' (a partir de poemas inéditos escritos entre 2011 y 2017). Y presentará su reciente poemario 'Las luciérnagas...' el viernes 7 de septiembre, a las siete de la tarde, en la Casa de Cultura de Villablino.

Fernando García Calvo
Fernando Calvo García. Foto: Vanessa García Pérez
Manuel Cuenya | 05/09/2018 - 12:55h.
Luciérnagas,/ ¿por qué lucís en el estío/ en los caminos de la noche?/ Acaso vuestra luz es la luz/ de los poetas/ que enseñaron el camino/ de volver a casa./ Luminarias para el viajero perdido,/ para mí perdido.
Un verso es un garabato de luz.
La poesía es la lluvia del alma/ de los pájaros tristes.
La poesía es el envoltorio/ del alma.
Un poema es la música/ de un tiempo,/ de una luz/ en cristales de día/ en un jardín de claridad./ Un saber decir/ cómo dice el ruiseñor./ A veces son flores que vienen del frío.
Un verso debe ser pureza expresiva/ estética y conciencia ética...
El poeta es un ser:/ observador,/ curioso,/ intuitivo,/ imaginativo,/ sensible,/ sutil,/ herido/ amante de la belleza,/ reflexivo,/ amante del recuerdo./ Escribe para comprenderse/ y comprender el mundo./ Un poeta es un hombre con conciencia,/ es memoria...
El verdadero espíritu de la luz está en lo que escribes. La poesía es mayor que tú.
El mayor elogio a un poema mío/ es el eco de una lágrima en el lector...
Escribiré un verso/ con la luz de un cielo azul,/ con la belleza de una flor/ de mis alrededores,/ con las lágrimas de la Tierra./ Después lo entregaré/ como luz de mi alma./ Él, en su silencio, lo alargará/ como contemplación/ de un nuevo amanecer./ Escribiré en el sol de las lágrimas/ del mundo./ Mi corazón se aplaca escribiendo/ el dolor./ Lloran mis manos para vivir/ mirando las praderas blancas.
La poesía es un revólver sin balas, lo dijo Leopoldo María Panero.
Mis versos son astillas aromáticas para el pensamiento en un viaje de lluvia.
(Fernando Calvo García, Las luciérnagas muren en el frío del mundo)
Originario de Villaseca de la Laciana, el poeta y maestro Fernando Calvo García, cuya vida cultural se ha desarrollado y se desarrolla en Torrejón de Ardoz, Alcalá de Henares y Madrid, presentará su reciente poemario 'Las luciérnagas mueren en el frío del mundo' el día 7 de septiembre.
Será en la Casa de Cultura de Villablino a las 19 horas, con la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de esta localidad lacianiega.
Cuenta Fernando que el título de su poemario es metafórico. "Las luciérnagas somos los poetas que, por nuestra sensibilidad, morimos en el frío del mundo, en las injusticias. Si uno mira al mundo con sensibilidad y con mirada crítica  uno se llena de frío (dolor, tristeza...)".
Se trata de un libro combativo, impregnado de humanismo, que nos ayuda a reflexionar. Y nos conciencia de la importancia de los grandes valores como la justicia, la igualdad, la libertad, la solidaridad, el respeto por el otro, por el diferente, la defensa de los emigrantes. "El poeta Ángel Guinda dice que una frontera es una herida en la tierra", matiza Fernando, quien se iniciara en el mundo poético, literario, a través de los calechos y filandones de su tierra.
Historias, cuentos, romances... fue el primer libro de su vida -asegura él-, que aprendió a escuchar y respetar a los mayores.
"Vengo de la tradición oral y mi amor a la literatura proviene de esos momentos. Un día en Torrejón de Ardoz lo comentamos Luis Mateo Diez y yo", rememora.
Aparte de tradición oral, Fernando descubrió, allá por los sesenta del pasado siglo, la poesía de Miguel Hernández (en la primera edición de Losada). Y se quedó impresionado con sus poemas, con su vida y su muerte.
"Memoricé muchos de sus poemas y los utilicé como lucha contra el franquismo. Me fichó la Guardia Civil por dar un recital de Miguel Hernández en Villaseca. Todavía debe existir  la ficha de 'rojo peligroso'. Esto hoy parece una anacronía. Cuando fui de maestro a Ibiza y alquilé un apartamento, a la semana tenía una pareja de la Guardia Civil en mi puerta para controlarme... Empecé a trabajar la poesía en la escuela, esto me animó a escribir poesía, a leer cientos de libros de poesía, de todas las épocas, de todas las tendencias... Y así he seguido, ya con mi séptimo poemario".
No sólo su lugar de nacimiento, sino Robles, toda Laciana, las brañas, Babia, Corniero (pueblo próximo a Riaño), en realidad toda la naturaleza: arroyos, manantiales, prados, montes... le han servido como inspiración a la hora de componer poesía.
"Viví 'en una metáfora de la naturaleza', en medio de un vergel, hasta los dieciséis años", apostilla. "La naturaleza impregnó mi infancia, hoy mi poesía lleva esa marca en la memoria". Su padre le transmitió el amor a todo lo que sembraba y crecía con trabajo y esfuerzo, en medio de un mundo natural, poblado por árboles, flores, pájaros, luciérnagas, libélulas, grillos... animales salvajes y domésticos... Un mundo lleno de colores...
"Memoricé muchos de sus poemas y los utilicé como lucha contra el franquismo. Me fichó la Guardia Civil por dar un recital de Miguel Hernández en Villaseca. Todavía debe existir  la ficha de 'rojo peligroso'"
No obstante, en ese mundo también existían las minas, los mineros asomados a las ventanas, de noche, para poder respirar porque sus pulmones se habían convertido en piedra de la silicosis. Imagen poderosa, que nos hace estremecer. Mientras, Fernando, siendo aún un niño, miraba el cielo estrellado.
También creció con la nieve -memoria de la nieve-, la tierra y los árboles cubiertos de nieve. Otra imagen fantástica.
"Todavía hoy en la ciudad  mis ojos llevan un copo de nieve", recuerda este poeta lacianiego, convertido en un 'urbanita', que lleva viviendo casi toda su vida en Torrejón de Ardoz.
"A día de hoy, cuando voy al centro de Madrid a ver exposiciones de arte, a museos... a tapear, a ver los edificios, soy la persona más feliz con Paqui". Sin embargo, cuando mira hacia el suelo y ve tantos pobres en los soportales, en los rincones, en los pasadizos, durmiendo entre cartones, eso le produce dolor y rabia.
Es la suya una poesía sencilla pero profunda, clara, llena de pureza y libertad (en el fondo la escritura es un fiel reflejo de uno mismo, de lo que uno es en verdad).
"La poesía de Fernando Calvo García es honda, grave, meditativa. Tensión e intensidad cargadas de intención. Aborda las grandes preocupaciones de la condición humana. Indaga el silencio esencial y fértil desde el abismo de nuestra existencia. Poesía con claridad de forma e inmediatez de tema: relampagueante, minimalista, aforística", escribe el poeta Ángel Guinda.
Una poesía ética-estética, con aires greguerísticos, en la que se contiene la espiritualidad del ser humano. "La poesía para mí es vida, amor, un conocerme y conocer al otro, diálogo, compartir, relacionarme. Desarrollar cada día más mi sensibilidad, la mirada crítica, buscar en la ética y desarrollarla con belleza. Un desarrollo neuronal (neurogénesis), ser más creativo. La poesía es el arte de la palabra, el arte de la soledad.
La poesía cada día me hace más insumiso, más rebelde  más revolucionario (una revolución sin armas. Y sí con un libro en las manos. El día que eso ocurra, los poderosos temblarán). La poesía me hace más humano en busca del ser humano. Me hace comprender. Me enseña a mirar sabiendo lo que miro. Ser poeta no es ningún oficio, es un sentimiento de ser y estar en este mundo de una forma activa. El día que el ser humano descubra la poesía será otro... La poesía nunca morirá", sostiene Fernando, quien escribe en verso libre que, "como sabemos, viene de los simbolistas franceses", añade.
Se siente cómodo en el verso libre, aunque también escribe poemas en versículos, en prosa. A este respecto, aclara que no está en contra de la poesía rimada, sí, en cambio, en contra del ripio, de la rima facilona. Se muestra respetuoso, en todo caso, con todo tipo de poesía, tendencias, estilos. Y admira tanto a los poetas clásicos como a los contemporáneos.
(Puedes seguir leyendo esta fragua en ileon.com:
https://www.ileon.com/cultura/089308/fernando-garcia-calvo-vengo-de-la-tradicion-oral-y-mi-amor-a-la-literatura-proviene-de-esos-momentos)

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