martes, 17 de abril de 2018

La fragua literaria leonesa: Loli González Prada

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LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Loli González Prada: "En las dos novelas que tengo publicadas, el Bierzo es uno de sus protagonistas"

Manuel Cuenya | 17/04/2018 - 14:04h.

La narradora y poeta Loli González Prada, autora de 'Ocho días de guerra para amarnos' (Ediciones Atlantis, 2017), está ahora con una novela entre manos, que nació el día que fuera a un concierto de Melendi.

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Loli González Prada
Loli González Prada
Foto. M. Cuenya
Valdecañada se desperezó con cautela y sin urgencia, con el nuevo amanecer regresaron las historias adormiladas contando viejas leyendas que en amalgama rezumaban aromas a madera.
Valdecañada se desperezó mecida por el canto de los pájaros que aún no habían partido, el de las palomas torcaces que perseguían un halcón que les había robado lo que no les pertenecía y del susurro del viento que peinaba la mañana colándose sin pedir permiso por las chimeneas para mecer los fuegos de leña húmeda que no habían sucumbido a lo largo de la noche...
(Loli González Prada, Capítulo III, 'Ocho días de guerra para amarnos')
Hija de emigrantes, la narradora y poeta Loli González Prada, aunque la nacieran en París (eso pone en su carnet de identidad), es y se siente del Bierzo porque, además, siempre ha vivido en esta comarca leonesa.
Cuenta que no sólo ella sino que fueron muchas las personas que, por razones de trabajo, nacieran fuera de España, en una época en la que el nuestro era un país con muchas estrecheces y carencias. Un país, cabe decirlo, que parece que cada cierto tiempo estuviera en crisis, como está ocurriendo en esta época, desde hace tiempo. Un país, el nuestro, que no acaba de levantar cabeza. Y el ámbito cultural hasta parece que hubiéramos involucionado. Y es que no ayudan las políticas actuales, es más, ponen trabas a las ruedas del carro del mundo artístico. Como sabemos.
Si bien ha estado en la capital francesa en dos ocasiones después de su nacimiento y no se ha sentido extraña paseando por sus calles (que tampoco es aquella esplendorosa ciudad de años pasados, adonde fuera a parar la flor y la nata de la intelectualidad mundial, amén de muchos trabajadores de la Europa pobre y aun de otros lugares) su tierra es el Bierzo, donde cree que hay mucho potencial en el ámbito literario, aunque tiene la impresión de que no ha sido debidamente reconocido, "pero aun así es muy firme y confiable todo lo que se está logrando".  Y le encanta ver cómo la literatura de la provincia leonesa se expande y tiene mucho que decir. Y hasta se escuchan las voces narrativas leonesas fuera de la provincia.
"Nunca he vivido fuera del Bierzo y creo que no sabría hacerlo, mi tierra forma parte de mí, me vio crecer y sin dudarlo estoy orgullosa de ser berciana y presumo de ello siempre que puedo. En las dos novelas que tengo publicadas, el Bierzo es uno de sus protagonistas, porque me gusta encontrar su reflejo en lo que escribo", recuerda con afecto la autora de 'Primera clase con billete de vuelta', una novela editada por Hontanar, que le produjo una gran emoción. Y le procuró encontrar a personas que hoy son sus amigas.
"Quienes escribimos sabemos que son muchas horas de dedicación y a veces tienes que robarle tiempo a tu vida diaria, pero merece la pena"
Las nubes, ahora, son mi único hogar. Aquí no hay contaminación. Las nubes filtran toda la porquería, deteniendo su ascenso hacia nosotros. Aquí la escarcha nos da calor. El calor, humedad. No sudo ni tengo frío. Ahora sí que me cunden las horas y tengo tiempo para pensar en lo equivocado que viví. Aquí no acuso la ausencia de ordenador, ni la falta de dinero. Aquí descubro El mundo que tengo a mis pies.
Viajé por la India, paseé por la muralla china, volé en el Air Force One, asistí a la última misa del Papa en la Plaza de San Pedro, viví el rodaje accidentado de la última película de James Bond perdido entre bambalinas, conocí la fría Irlanda, la hermosa Gracia, la bella Venecia.
-¡Ay! –suspiré, recordando tantas cosas extraordinarias que no puedo compartir con nadie.
(Loli González Prada, 'Primera clase con billete de vuelta')
'Primera clase con billete de vuelta' nació de un pensamiento, "acababa de perder a mi tío", apunta. Y le sirvió como liberación, catarsis. Imaginando lo que su tío estaría haciendo en el cielo –señala–, le ayudó a sonreír mientras escribía y lo recordaba.
Hugo, el protagonista de esta novela, sufre un accidente. Y desde el cielo, sentado en una mullida nube, se dedica a espiar a su mujer mientras rememora su existencia en la Tierra, dándose cuenta de sus errores.
Sus primeros pinitos con las letras se remontan, según ella, a sus acicaladas y extensas redacciones del colegio, que fueron el comienzo de lo que vendría después.
Recuerda que, cuando tenía quince años, escribió su primera novela, que guarda celosamente en una caja, "pero con dieciséis abandoné los estudios y me puse a trabajar, con dieciocho me casé y definitivamente dejé a un lado mi pluma y mi imaginación".
Por fortuna, hace nueve años, sus dedos teclearon una frase en Google y quiso el destino que sus palabras aterrizaran en un blog literario, en el que esta "aprendiz" (como ella misma se califica), entusiasmada con todo lo que descubre  en la literatura, comenzara a escribir y desde entonces –precisa– no ha podido dejar de hacerlo.
"No era lectora de poesía, excepto los poemas que leí obligada en el colegio y en el instituto, pero en este blog nos proponíamos retos y comencé a crear. Reconozco que soy una atrevida, he escrito poesía, relatos de zombis, épicos, fábulas, microrrelatos, novelas, haikus y cartas", afirma esta apasionada de Danielle Steel, la escritora romántica de best-sellers. "Me gusta cómo escribe, cómo me llega, cómo lo cuenta". Asimismo, se reconoce devota de escritores "increíbles" de la talla de Murakami o Cortázar, entre otros.

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