viernes, 22 de febrero de 2013

Monumento al botillo


Ahora, que volveré a ejercer como mantenedor de un botillo en el Bierzo, en este caso en la localidad de Albares de la Ribera, recupero este texto, publicado en Diario de León, en 2005.

http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/monumento-botillo_224163.html 

«PROPONGO que en San Román de Bembibre se construya un monumento en honor a este preciado y precioso embutido que es el botillo», tuve a bien escribir hace ya algunos años a resultas de una invitación que recibiera de la Asociación de vecinos de San Román para oficiar como mantenedor de este Festival del Botillo, algo de lo que estaré eternamente agradecido, pues de bien nacidos es el ser agradecidos. Aquellas palabras, que uno escribe y aun pronuncia con pasión y convencimiento, tuvieron su escucha. Y si no la tuvieron, da esa impresión. Al parecer, no se las llevó el viento. Como suele ocurrir a menudo. Es probable, también, que a algunos les pareciera una ocurrencia sin fundamento, un delirio de última hora, una gracia sin chiste. El asunto es que, por fin, alguien ha tenido el valor y la habilidad de ponerse manos a la obra y el resultado es una pieza forjada en bronce que semeja a un botillo. El diseño corresponde a Álvaro Santos. Y la escultura está ubicada en Molinaseca, ese pueblo por el que uno siente debilidad, más que nada por sus hermosas casas y esos bares-bodega en los que a veces hacemos la ronda. A partir de ahora Molinaseca, además de ser un pueblo conocido por su belleza arquitectónica, será conocido por el gran símbolo gastronómico del Bierzo. Sin duda es Molinaseca un buen lugar para que esté este monumento. Aunque Bembibre sería otra de las villas en las que debería haber un monumento dedicado al botillo, habida cuenta de que en la capital del Bierzo Alto se organiza, desde hace tiempo, el ya famoso Festival del Botillo, que cada año atrae a la villa del Benevivere a muchos foráneos dispuestos a saborear una vianda que, en tiempos no tan lejanos, era comida común y corriente en los pueblos del Bierzo, y hoy, gracias al Festival de Bembibre y la labor de nuestro embajador Luis del Olmo, el botillo se ha convertido, no sólo en una iconografía berciana, sino en un manjar con proyección universal. Ahora que ya tenemos una escultura del botillo en Molinaseca, que vayan copiando en Bembibre, y de paso hagan otra aún más grande y vistosa, y la coloquen en un punto estratégico para que la capital del Bierzo Alto se identifique, de una vez para siempre, con el botillo. Bembibre y botillo están unidas además por esa be que se vuelve mayúscula, y es, como nos enseñara el gran Ramón Gómez de la Serna, el ama de cría de todas las letras del alfabeto.

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