jueves, 12 de abril de 2012

Finisterre/Fisterra

Un nombre bien lindo, Finisterre, que la galleguidad ha convertido en Fisterra. El otrora fin de la tierra, entre el sueño y el infinito, se perfila como un lugar cautivador, donde el aire sopla algo frío y las olas del Cabo de la Nave (la punta más occidental de Europa) me hipnotizan. Estoy en la Costa da Morte, otro nombre que nos hace recordar nuestra condición mortal y rosa. Merece la pena, y mucho, asomarse a los acantilados de los confines de la terra. 

Y treparse al pico o monte de San Guillermo, desde donde se tienen vistas al pueblo de Finisterre. Permanezco arrullado en la playa de Mar de Fora, mientras una meiga me susurra desde la Cueva del Encanto.


Prosigo ruta hacia el Faro. 

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