jueves, 15 de julio de 2010

Alejandra Burgos


Es la segunda vez que escucho a Alejandra Burgos en directo en la sala Tararí, por donde han pasado muchos buenos músicos, entre otros Raimundo Amador o el ya fallecido Antonio Vega.


La primera vez que tuve el gusto de asistir a un concierto de Alejandra Burgos -hace ahora menos de un año- me encantó. Y ayer noche, en la sala Tararí de Ponferrada, volví a ver a esta argentina enérgica y divertida, con la fuerza suficiente para hacernos vibrar.



Alejandra, ya lo tengo escrito, es la Janis Joplin de nuestra época. Una rapazona o chavalina -si nos fijamos en su aspecto físico- con una energía envidiable en el escenario, acompañada por músicos de gran envergadura, como lo es por ejemplo el baterista (el batería, que se dice por estos lares).
Alejandra Burgos nos deslumbró, una vez más, y nos hizo amar la música con su directo potente y atrevido. Aunque menudita de cuerpo y con carita de angelina, resulta "matona" sobre un escenario. Muy buena esta piba.


Y gran acierto por parte de la sala Tararí de hacernos disfrutar con estos ritmos. Jorge, el propietario de la sala Tararí, se ha convertido en alguien casi imprescindible, un punto de referencia, a la hora de insuflarle vida musical a la ciudad de Ponferrada y a la noche berciana en general.


Hasta la próxima. Nos seguiremos viendo en Tararí.

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