jueves, 23 de noviembre de 2017

Un pez atravesó la luna

Un pez atravesó la luna es el título de la lectura-performance que hará el poeta, el artista Gustavo Vega este jueves 23 en el Campus de Ponferrada. Será a las 19h30 en la biblioteca del Campus universitario.  
Me alegrará volver a ver a mi paisano de Villaverde de los Cestos (berciano universal, con proyección incluso internacional) después de que estuviera en Noceda hace unos años, con motivo del Encuentro Literario que tengo a bien hacer en mi útero, con el apoyo del colectivo Cultural La Iguiada, que edita la revista la Curuja, y el Ayuntamiento de Noceda del Bierzo. 
Tonia y Gustavo en Noceda

Autor de Poéticas visuales, y una voluminosa tesis doctoral, de casi 3.000 páginas, Gustavo Vega es pionero en la aplicación (nos remontamos a los años 80 del pasado siglo), de los métodos del minimalismo americano a la poesía visual, en la introducción de ésta en la enseñanza así como en la realización de una nueva escritura caligramática con letras deformadas utilizando las posibilidades de la informática. Por tanto, estamos ante un artista, con diversos libros publicados, traducidos a idiomas como el inglés o el italiano (incluso el albanés o japonés), y múltiples performances a sus espaldas. 


Sus performances le han permitido viajar por todo el mundo. Y empaparse sobre todo de sus gentes, reconociendo sobre todo la influencia de países alejados de nuestro Occidente cultural. 


Como tantos bercianos (leoneses), este renacentista, que tuvo la ocasión de formarse en Roma, ha desarrollado casi toda su carrera profesional en Barcelona, esa ciudad que tanto ha aportado a la cultura de nuestro país, aunque ahora viva un clima de tensión a resultas de lo ocurrido en los últimos tiempos con el asunto del separatismo.   

Guatavo Vega reconoce que su  obra (influenciada por el Zen japonés o el Tai Chí) se basa en cierto modo en su infancia y su mocedad en el Bierzo y en la ciudad de León (con la que también tiene vínculos afectivos). Tanto es así que ha llegado a reivindicar la figura de Valerio del Bierzo, que utilizó acrósticos y telésticos, como un precedente de la poesía visual. 

En su obra se aúna lo plástico y lo visual, su gusto por los haikus y en ocasiones por los poemas comestibles. 

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