domingo, 12 de febrero de 2017

De Salamanca a El Cielo gira


http://www.salamanca24horas.com/articulo/cultura/sala-palabra-acogera-viernes-presentacion-publicacion-mapas-afectivos/20170208133355996114.html

Me ha gustado volver a Salamanca, tierra familiar y entrañable, para presentar Mapas afectivos. Y sentirme arropado por Daniel Álvarez, berciano de San Pedro Mallo que vive en la ciudad helmántica, y Nicolás Miñambres, salmantino de Alba de Tormes que vive en León. 
Y por su puesto mi agradecimiento a Encarna, la mujer/compañera de Daniel y a Almudena Jiménez, del teatro Liceo, donde hiciera la presentación, que se mostró muy eficaz y resolutiva en los trámites previos y luego con su presencia y acogimiento en la sala de la palabra (bonito nombre para presentar un libro). 
También mi agradecimiento a Daniel, el técnico de la sala la palabra, y tantos cuantos asistieron al evento (no esperaba a tanta gente, la verdad, aunque algunas personas que sí me hubiera gustado ver no estuvieron). Y gracias al joven Juan Arnaiz Lafuente, que se mostró interesado en la charla. Bueno, creo que la charla interesó a todo o casi todo el mundo. Hasta hablé de la similitud entre los místicos españoles como Santa Teresa y los derviches que entran en éxtasis a ritmo sufí. 
Foto de Alberto Martín. En sala la palabra (teatro Liceo, Salamanca)

http://salamancartvaldia.es/not/140633/mapas-afectivos-viajes-emociones-manuel-cuenya/
Una pura coincidencia con Nicolás Miñambres, quien no estaba previsto que me presentara, pero a veces se dan estas casualidades. Y Nicolás, que maneja la palabra con soltura, me dedicó palabras afectuosas.
Por su parte, Almudena Jiménez, al decirle que era del Bierzo, me contó que en la Universidad de Salamanca había tenido un profesor del Bierzo: Molinero. Su profesor de Antropología, apostilló. Qué curioso, Rodríguez Molinero era, ya falleció hace unos años, de Quintana de Fuseros, pueblo hermano de Noceda. 
Me ha gustado recorrer los sitios de siempre, asomarme al mirador-balcón, donde está ubicada la Facultad de Químicas, para contemplar el discurrir del Tormes. Y echarle un ojo, una vez más, a la rana-calavera de la fachada de la universidad o bien a la Casa de las muertes, que siempre está cerrada, al igual que la casa donde viviera Unamuno. Y acercarme a la cueva de Salamanca, donde sigue estando el busto de Torres Villarroel. Y pasear por la Rúa Mayor. Y por supuesto por la Plaza Mayor. Compartir, en definitiva, momentos placenteros con Daniel y Encarna, que se mostraron hospitalarios, llevándome también al mítico bar-restaurante Bambú, aledaño a la Plaza Mayor, que uno conociera, en época estudiantil, por sus "palomas" (cortezas rellenas de ensaladilla rusa). Y esa conversación estupenda en la que -oh, sorpresa y azares de la vida- salió a relucir el documental El cielo gira', de Mercedes Álvarez, porque Encarna, la mujer de Daniel, es de Aldealseñor, donde la cineasta Mercedes Álvarez (también oriunda de este pueblo soriano) rodara este documental. Son amigas y se conocen de toda la vida. 

Confieso mi admiración por esta película sobre la memoria rural, sobre esos espacios y paisajes, esas gentes con las que me identifico. Os la recomiendo. 
El cielo gira, que tiene una sensibilidad parecida a En construcción, de Guerín (no en vano Mercedes Álvarez fue jefa de montaje del documental de Guerín), nos engancha con la poética de sus imágenes, con esos personajes de carne y hueso que nos cuentan, con transparencia, su forma de vida, incluso su aceptación, sin aspavientos y con naturalidad, de la muerte como algo que forma parte de la vida. 
El cielo gira también me hace pensar en las películas de Erice, entre ellas El sol del membrillo, en Elogio de la distancia, de Felipe Vega y Julio Llamazares, en Los montes, de Chema Sarmiento, Ancestral Delicatessen, de Gabriel Folgado  o en El árbol de los zuecos, de Olmi, entre algunas otras, como Los espigadores y la espigadora, de la cineasta francesa Agnès Varda. 
El asunto es que el cielo... de Salamanca (estos días algo tristón a resultas del clima) me ha llevado al cielo gira. 
Pues sigamos girando... con Mapas afectivos... o como sea. 

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias amigos por estos momentos. Dani anfitrión sigues siendo el mecenas de grandes personajes. Mapas afectivos y su autor merecía algo tan grande como esto. Un abrazo para ti y para ese gran amigo que nació muy cerca de mí. "En el útero de Gistredo".

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