sábado, 3 de diciembre de 2016

Luna de lobos

"La noche es sólo una mancha negra y fría sobre el perfil de los hayedos que trepan monte arriba, entre la niebla, como fantasmagóricos ejércitos de hielo. Huele a romero y a helechos machacados" (Luna de lobos, Julio Llamazares)

Acabo de ver 'Luna de lobos', la peli del camarada Julio Sánchez Valdés, a quien recuerdo como profesor en la ex Escuela de Cine de Ponferrada. En aquella escuela que comenzó como sueño hasta transformarse en una pesadilla. Pero no quiero hablar de esto, sino sobre esta cinta, cuyo visionado me ha hecho rememorar muchas cosas, y me ha devuelto, una vez más, a mi útero de Gistredo, donde en tiempos también se refugiaran algunos perseguidos por el régimen castrador, cuyo deseo era sobrevivir a la barbarie que supuso la guerra incivil, que se prolongaría (aunque esto se siga silenciando) hasta comienzos de los 50. Qué horror. 
Hace poco más de sesenta años (un suspiro) se mataba de un modo indiscriminado a gente, por no comulgar con la ideología imperante, o por cualquier idiotez.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/historia-de-nuestro-cine/luna-lobos/3817939/
Me ha encantado volver a ver 'Luna de lobos', una obra esencial para quienes deseen conocer nuestra historia brutal, esa que el nacionalcatolicismo y las derechonas fachorras han querido sepultar (que han sepultado, de hecho) en muchas cunetas y fosas comunes. Por fortuna, los chicos de la Memoria Histórica de Ponferrada, entre ellos Marco, siguen exhumando fosas en todo el país. Gran labor la suya, que los gobiernos, sean de la ideología que sean, deberían reconocer y fomentar. 

'Luna de lobos', basada en la novela homónima de Julio Llamazares, nos muestra la vida de algunos huidos, que tienen que refugiarse en el monte, en las montañas leonesas, en cuevas, como los hombres primitivos, como los lobos y las alimañas, como "una alimaña que solo abandona su guarida cuando la luz del sol no puede dañar ya sus ojos inundados de soledad y de sangre", en realidad cual si fueran apestados, porque son carne de cañón en esa tierra maldita, donde la luna es el sol de los muertos, donde "sólo hay ya nieve dentro y fuera de mis ojos", como dice al final Ángel, el prota, a resultas de la feroz guerra/posguerra, que en la novela se extiende hasta 1946. Demasiado tiempo, tiempos salvajes, soportando todo tipo de adversidades. 

"Cuando la noche lo envuelve todo, permanente e indefinidamente, empapando la tierra y el cielo, anegando el corazón y el tiempo y la memoria, sólo el instinto puede descubrir los caminos, atravesar las sombras y nombrarlas, descifrar los lenguajes del olor y del sonido" (Luna de lobos, Julio Llamazares)

La película, con guión de Julio Sánchez Valdés (que en tiempos fuera alcalde de La Ercina) y el propio Julio Llamazares, es una magnífica adaptación de la novela, bastante fiel a la novela, interpretada con solvencia por grandes actores, como es el caso de Santiago Ramos (Ramiro), Antonio Resines (Ángel) y Álvaro de Luna (Gildo) o Kiti Mánver como la novia de Ramiro. Rodada en gran parte en lo que fuera Riaño, hoy sepultado bajo el pantano, 'Luna de lobos' también se rodó en La Ercina y en el apeadero de Yugueros, donde Ramiro, casi irreconocible, toma el tren (gran metáfora cinematográfica) rumbo a la libertad. 


Por su parte, la novela de Llamazares me parece extraordinaria. Escrita desde el punto de vista de Ángel, en tiempo presente, hace recordar a los mejores Cela y Delibes, aunque el autor de 'La lluvia amarilla' tenga su propio estilo, con su prosa plástica, sensorial, comestible, que se huele, se palpa, se paladea como un exquisito pastel de zanahoria, por poner un ejemplo. A uno le entusiasma el carrot cake, que dicen los angloparlantes. 
Sus descripciones son poéticas y su narración es ágil, intensa, envolvente, te engancha desde el principio hasta el final con la fuerza y la emoción de alguien que maneja con destreza su oficio, que en su caso es arte, el arte de narrar con palabras creando o construyendo imágenes poderosas, que en la peli también están presentes. 
Mi enhorabuena para Julio Sánchez Valdés y Julio Llamazares, por cuya obra siento devoción. Y además es una persona extraordinaria. 

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