lunes, 4 de julio de 2016

Emilio Vega, poeta del amor


Artículo publicado hoy mismo en la Nueva Crónica, dedicado al poeta Emilio Vega, que fue homenajeado este fin de semana en A Rúa, donde también nos dimos cita algunos convidados para celebrar el XXX Encuentro poético en esta localidad ourensana.  


Nacido en Laciana, como el académico y escritor Luis Mateo Díez, el poeta Emilio Vega ha vivido y desarrollado su labor creativa en el Bierzo, de la que se siente hijo adoptivo, una tierra de singular belleza, según él, donde naciera González-Guerrero, “el poeta más grande que ha dado esta tierra”, al que recientemente homenajearan en la fiesta de la poesía de Villafranca del Bierzo. 


Y ahora es Emilio Vega quien acaba de ser homenajeado en el XXX Encuentro poético, que se celebra en la localidad gallega de A Rúa, a resultas de su reciente poemario, ‘Por el dulce sendero que conduce a tu nombre’, que tuve el placer de prologar, lo cual que a uno le entusiasma, que a un escritor leonés lo reconozcan fuera de sus fronteras, aunque Galicia sea tierra hermana, cual si se tratara de una prolongación natural de la comarca leonesa del Bierzo.


Si bien Emilio es un autor que ha cultivado varios géneros literarios, entre ellos la narrativa breve, su trayectoria como poeta, y aun como gran poeta, es indiscutible. Prueba de ello es su último libro, cuyo tema esencial es el amor, una constante por lo demás en toda su obra poética, léanse asimismo sus anteriores poemarios como ‘De espaldas al amor’, ‘Adonde quiera que el amor nos lleve’ o ‘Preludio y solo para un amor ausente’, entre otros. 


Estamos, pues, ante un poeta/hombre romántico, que escribe con pasión y entrega, también con ternura y sensualidad, hasta sus últimas consecuencias, que se nos muestra a pecho descubierto, de un modo auténtico.

‘Por el dulce sendero que conduce a tu nombre’ es el hermoso título de un libro perteneciente a un poeta enamorado, que dedica a tres mujeres, enamorado del manantial del amor, enamorado de la vida, del amor ideal, perfecto, que todo lo puede, de ese amor que cura todas las heridas, incluso las más profundas del desamor, lo cual es toda una declaración de principios.

El poeta, consciente de su soledad existencial y la finitud de la vida, deposita toda su ilusión, de un modo decidido, en el amor, no sólo carnal sino sobre todo espiritual, como una forma de encontrarle un sentido a la vida.

Merece la pena leerlo.


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